Por su característica humildad, Sergio Cabrera prefiere no personalizar el trabajo que realiza la Corporación de Asistencia Judicial en Isla Mocha y Santa María, aunque con su relato deja patente su vocación de servicio.
El jefe de la oficina Provincial de Arauco de la Corporación de Asistencia Judicial (CAJ), Sergio Cabrera, además de sus acciones de orientación, asesorías y representación propias de su cargo, mes a mes se encarga de generar puentes de acceso a servicios con los habitantes de la Isla Santa María e Isla Mocha.
En un trabajo que implica horas de viajes en condiciones complejas, como las que viven cotidianamente también los isleños, de la cuales él mismo hace referencia en varias ocasiones, ya que se siente bastante interesado en apoyar el progreso de estas comunidades, más allá de su deber estrictamente laboral.
Desde 1995 que Sergio Cabrera, abogado, trabaja en la CAJ. Desde ahí lo llamaron cuando apenas llevaba 3 de meses de titulado para ofrecerle un lugar de trabajo en la comuna de Los Álamos. Él comenta que no saben quién fue, pero que alguien se encargó de recomendarlo para esa labor. En el momento, solamente pidió un día para ir a conocer el lugar, y finalmente aceptó la oferta. “Vi que había mucho por hacer, eso lo he encontrado en todas las comunas que se alejan de los centros urbanos”, contó a Diario Concepción.
De esta manera continuó una relación muy estrecha con la Provincia de Arauco que ha tenido desde niño, dado que siendo hijo de minero y oriundo de Lota, su familia que era muy cercana a la Iglesia y generaron amistad con otra familia de la Isla Santa María en ese contexto, y por muchos años pasó temporadas completas de verano en esa localidad.
“Cada vez que llegaba el verano partíamos todos, nos quedábamos todo enero y febrero: sacando pelillo, luga, ordeñando las vacas, guardando los corderos, sacando papas o sembrando, cazando conejos, cosas que para mí, en ese tiempo, eran casi mágicas”, relató.
Así conoció la realidad de las islas. “Actualmente, soy Jefe Provincial de Arauco de la CAJ y me planteé un desafío de poder acercar a la institución, a la Isla Mocha y a la Isla Santa María”, indicó y específicamente desde este año la Corporación de Asistencia Judicial inició un trabajo en terreno en ambos territorios.
“He tenido la intención de poder atender personas que están en situación más vulnerable, más aisladas. Como soy hijo de padre minero, conocí la realidad de la necesidad del esfuerzo del trabajo de la ayuda colaborativa o comunitaria. Por lo tanto es una forma de poder ayudarlos, la verdad y soy la primera generación de mi familia, que llegó a los estudio universitarios, entonces siento soy el resultado del esfuerzo de ayuda de la colaboración de muchas personas. De esa manera me siento identificado con el trabajo en las islas”, afirmó.
A cada isla la CAJ asiste de forma presencial al menos una vez cada dos meses, aunque Sergio manifestó que: “yo no quiero personalizar porque esto eso es malo, a mí me gustaría poder convencer a la directiva que nuestra institución necesita formar un equipo de trabajo estable y permanente que las personas sepan quién va a llegar”.
A través de un trabajo conjunto cuentan con el apoyo de la trabajadora social de la Fundación de la Familia dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, en la Isla Santa María, así se mantiene el nexo entre cada visita.
“Los isleños tienen un carácter especial, son directos y son muy francos. A ellos les gusta que los traten con franqueza, es decir, que no les generen expectativas. Son personas que exigen un buen trabajo. Pero la otra cara, es que son muy amables”, describió Cabrera en cuanto a la relación que ha podido generar con las personas que habitan en medio del Pacífico.
En el mismo relato vuelve a recordar que “hay mucho trabajo que hacer, mucho por delante para estas comunidades”.
Al ser la realidad de las islas, tan distinta a la del continente, los servicios como el que ofrece la CAJ deben adaptarse a las necesidades. “Para eso necesitamos que los dirigentes sociales, que están radicados ahí, nos cuenten de lo que necesitan”, indicó.
“Hace unos días en el Cesfam de Puerto Sur (Santa María), tuvimos un trabajo con las personas adultas mayores, dónde nosotros desde el punto de vista jurídico hablamos de la Convención Interamericana de los Derechos del Adulto Mayor. Ahí estuvimos después, jugando bingo, comiendo queque, tomando bebidas, entregando regalos navideños, algo bastante lúdico para ellos”, relató Cabrera respecto cómo desempeñan su labor en el lugar, que por un lado implica profesional, pero también participar de otras instancias para generar confianza y cercanía.
Al menos son tres días los que se deben tomar para viajar a cada isla, el primer día sólo se contabiliza como viaje, ya que nunca es seguro poder realizarlo en el horario así planificado. Lo anterior, se debe a que la embarcación depende de que la marea esté alta para realizar el traslado.
Por lo tanto, el día de llegada sólo se programan actividades como charlas, y no atenciones, éstas se realizan durante el segundo día. El tercer día es destinado al viaje de retorno, pero durante la mañana pueden realizarse atenciones. Eso mismo, viven los habitantes de la isla para hacer un trámite tan simple como el cambio de cédula en el continente, explicó Cabrera.
En la Isla Santa María, principalmente se atienden casos de familias, como divorcios, pensiones de alimentos. En la Isla Mocha, están preocupados de la regularización. “Cuando llegaron los primeros colonos, se preocupaban de los espacios que estimaban o creían que les pertenecían, se dividieron los terrenos entre ellos, tirando líneas”, comentó y agregó que por eso ahora tienen dificultades para acceder a subsidios, por eso han enfocado en aquello su acción en terreno.
Sergio Cabrera, realiza también clases a futuros técnicos en Administración y a Ingeniería en Administración en el Instituto Tecnológico de la Universidad Católica, y en la oficina de la CAJ también llegan estudiantes en práctica. “Casi todos tienen a sus familias en la Provincia de Arauco, yo trato de potenciarlos en lo que puedo con mis conocimientos, y poder ir aportando algo importante en el camino a las nuevas generaciones”, señaló.
En cuanto al trabajo que hacen los practicantes en la CAJ , Segio Cabrera apuntó que “les corresponde atender, asesorías a las personas que no pueden valerse por sus propios medios, que no tienen recursos para contratar abogados, así es que tratamos de entregar esa mística, ese compromiso social”.