Fundación,Gobierno Regional y otros organismos realizan proyecto para construir APR en dichos lugares. Alcaldes remarcan que los habitantes necesitan el recurso para consumo propio y de sus animales.
Por Christopher Cortez / Bruno Rozas
13 de las 14 comunas de la Provincia de Biobío poseen escasez de agua potable, de acuerdo al diagnóstico realizado por la fundación Huella Local, la que lidera el proyecto de construcción de sistemas de Agua Potable Rural (APR) para las comunidades.
Aquello se enmarca, de acuerdo al informe, en una compleja situación de la Región del Biobío, la que ha visto “aumentar su frecuencia de sequía del 19,6% entre el 1980 y el 2010, repercutiendo en los caudales de las fuentes superficiales y subterráneas de agua, lo que impacta la disponibilidad para los distintos usos, como el consumo domiciliario”.
La organización destaca que la actual crisis hídrica ha impulsado a los alcaldes de la Asociación de Municipios Cordilleranos del Biobío (Amcordi) a pedir que se avance administrativamente para que el territorio sea declarado como zona de rezago, permitiendo de esta manera a dichos municipios acceder a recursos y capital humano avanzado para solucionar las necesidades más urgentes de las comunas, como las de infraestructura hídrica.
El jefe nacional de APR de Huella Local, Rodrigo Romero, indica que “se determinó que había un déficit de acceso al agua potable en comunidades rurales. En función de eso, el programa quiso dar cobertura a toda la Provincia de Biobío”.
De ahí es que desarrollan un Programa de Asistencia Técnica para Comités de APR, el cual tiene por objetivo mejorar el bienestar de los habitantes de zonas rurales de la Provincia de Biobío, específicamente en Antuco, Quilleco Tucapel, Cabrero, Yumbel, Laja, San Rosendo, Nacimiento, Negrete, Mulchén, Quilaco, Santa Bárbara y Alto Biobío. Solo Los Ángeles no entra en la lista.
La fundación que ejerce estas labores en distintas regiones del país funciona como enlace entre el Gobierno Regional y la comunidad. Como agente externo, lleva a cabo el proceso y genera una cartera de proyectos para posterior financiamiento.
Cabe destacar que la Delegación Presidencial de la Región del Biobío respalda dicho análisis, informando que Biobío es la provincia con mayor cantidad de familias abastecidas a través de la Ficha Básica de Emergencia Hídrica (FIBEH). En detalle, son 3 mil 992, versus 2 mil 182 de la Provincia de Arauco y 1.491 en la Provincia de Concepción.
El proyecto de Huella Local se desarrolla mediante cuatro componentes que se ejecutan en paralelo en dichos municipios. El primero y ya terminado, corresponde al Levantamiento de información comunal, donde se recopilaron y gestionaron datos relacionados al acceso a agua potable.
Por otro lado, el segundo es la Optimización de 13 APR en la Provincia (ver tabla), etapa de ejecución orientada a mejorar la sostenibilidad de los sistemas a través del apoyo a la operación de los servicios, instalando paneles fotovoltaicos. Esto cuenta con un 40% de avance y casi $155 millones para beneficiar a 3 mil 368 familias.
En tercer lugar y con un 50% de realización, se encuentra la fase de Diseño de los 13 APR, el “corazón” de la iniciativa y con la que posteriormente se buscará financiamiento público. Nace desde la priorización de sectores necesitados por parte de las propias casas comunales y la determinación de Huella Local sobre cuál es el lugar que cuenta con los requisitos. Para este caso se destinarán $20 mil 380 millones, aportando en la calidad de vida de 1.571 familias (ver tabla del final) mediante un trabajo coordinado con el Gobierno Regional, las municipalidades y diversos servicios involucrados.
Finalmente, con un 75% de avance, está la Transferencia tecnológica y capacitación a APR existentes en las comunas participantes.
Rodrigo Romero destaca que “todos aquellos sectores que inicialmente tenían pozos, punteras o camiones aljibes, ahora se abastecerán a través de ese sistema que se va a ejecutar”.
En cuanto a plazos, el programa descrito dura dos años. “En ese tiempo debemos obtener la aprobación de los proyectos” por parte de organismos afines como la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), la Seremi de Salud y otros, explica el jefe de Huella Local.
“Posterior a eso, se postula -por ejemplo- al FNDR para obtener los fondos. Y luego se construye. Lo que eso demore dependerá de la gestión del Gobierno Regional o municipalidades para conseguir los recursos. Quizás son 12 meses desde el término del diseño hasta la obtención del financiamiento. La etapa constructiva demora aproximadamente 12 o 18 meses”, establece Romero.
Para la construcción de la infraestructura, la fundación considera contratar servicios externos reconocidos por la DOH, para lo que realizan un símil a una licitación pública con varios consultores que participan de un concurso. Aquello dependiendo de la magnitud de cada plan.
“Hay 824 millones 162 mil que se deben gastar en los componentes. Para la ejecución de la etapa constructiva se convierten en $25 mil 826 millones. Todo financiado por Gore”, cuenta el profesional.
Daniel Salamanca, alcalde de Santa Bárbara, remarca que esta necesidad es de todas las comunas precordilleranas. “La prioridad del gobierno comunal se le asigna al agua potable rural. Tenemos 14 proyectos de agua potable rural. Estamos caminando casi a una gobernanza en este tema”.
Esto, manifiesta, está dando resultados y “nos van quedando pocos sectores sin este servicio”. Sin embargo, la mayor falta del recurso está en lo que se destina al consumo humano, ya que cuentan con buenas soluciones de riego para actividades económicas.
Por eso es que los habitantes de la comuna se abastecen mediante camiones aljibes, los que pasan con frecuencia por las viviendas.
Salamanca adelanta, respecto al proyecto que lleva a cabo Huella Local y el Gobierno Regional, que “está funcionando bien” y “debería contar con Recomendación Satisfactoria (RS) el primer trimestre de 2024”.
Otro caso es el de Mulchén, el que también pasa por un complejo momento de disponibilidad hídrica. En palabras de su alcalde, Jorge Rivas, con el pasar de los años y diferentes factores que han contribuido, la gente está careciendo del insumo para ellos y sus animales. “Generalmente en el paisaje veíamos mucha vertiente, canales o esteros. Existía agua en el campo. Es una situación complicada que hay que resolver”, sostiene.
El jefe comunal añade que “ha habido veranos donde nos ha tocado llevar agua desde el sector urbano a los animales del sector rural. Hemos implementado proyectos de agua potable rural pero, lamentablemente, el exceso de burocracia que tiene el Estado hace que estos se demoren más de lo esperado”.
Ante ello exige que cortemos los procesos. “No es posible que algo así se demore 10, 12 o más años. Nos ha tocado vivirlo. Hemos llegado a muchos sectores, por cierto, pero es un problema prioritario”.