Con un porcentaje más alto de convicción que de recursos aseguran trabajar las organizaciones de la sociedad civil en pos de la eliminación de la violencia hacia la mujer. Afirman que ayudan a todos los requerimientos que reciben.
Las organizaciones de la sociedad civil, en el contexto del Día Internacional por la Erradicación de la Violencia Contra la Mujer, también hicieron un llamado para contar con un camino más expedito a la hora de requerir recursos para continuar con su labor, sobre todo, al tener el respaldo de años de resultados y aporte.
Sus experiencias son un importante valor en cuanto a la atención y reparación de víctimas de violencia. Por un lado, llegan en ayuda de mujeres a las cuales el sistema público no alcanza. Y por otro, también aportan en la concientización, educación y difusión de lo que es violencia contra la mujer.
En ese sentido, la Fundación Antonia con seis años de existencia, es un ejemplo de resiliencia, además, ya que su directora, María Consuelo Hermosilla, es madre de una víctima fatal de la violencia y por ello el nombre de la organización.
Desde enero de 2023, funciona en una casa gracias a los recursos que obtuvieron a través del Gobierno Regional del Biobío, donde pudieron ampliar su alcance a 184 personas que han sido víctimas, a las cuales se les da atención psicológica por, al menos, seis meses y una vez a la semana. Además, de asesorarlas en lo legal: se hacen querellas, demandas de divorcio, por pensión alimenticia y de régimen de visitas.
Consuelo detalló que para obtener los recursos del Estado tuvieron dificultades en lo que tiene que ver con la entrega de documentos, en algunas ocasiones entregaban uno y por el paso del tiempo debían renovar la tramitación. “Con el caso mediático de las fundaciones, se da daba la impresión que era tan fácil hacer esto y resulta que no es fácil. Para una fundación o una organización que postula un proyecto hay un mínimo de años de funcionamiento, luego de ese mínimo de años, pasas por diferentes revisiones con diferentes personas, es tremendamente burocrático”, manifestó Hermosilla.
Cabe mencionar que hace poco la Fundación Antonia obtuvo una beca que les ofreció el Gobierno de los Estados Unidos, la ganaron y el proceso fue mucho menos burocrático.
“Además tenemos una línea de acción que tiene que ver con la prevención de este tipo de violencia y lo hacemos a través de charlas, talleres a lo largo de todo Chile”, indicó Consuelo Hermosilla.
En esta fundación no es requisito que estén siendo víctimas en el momento de ingresar a la atención, puede hacerlo una persona que haya pasado por eso en algún momento de su vida. “Tampoco es un requisito, ni el género, ni la orientación sexual. Eso es independiente de todo. Nosotros atendemos a personas”, señaló.
Hace unas semanas, la Fundación Antonia fue designada para estar a cargo del Consejo de la Sociedad Civil -Cosoc- del SernamEG, cargo que dura 5 años. “Es una tremenda oportunidad que podamos hacer algo muy interesante en estos cinco años, ya que se fusionan diferentes entidades. Para nosotros es muy valioso”, comentó Consuelo Hermosilla.
Con la experiencia que han tenido durante estos años, la directora de la Fundación aseguró que está claro que hacer leyes no lo es todo para erradicar la violencia contra la mujer. “Falta dar énfasis en la educación, pero la educación desde muy pequeños. Siento que todavía estamos atrasados en que a los niños hay que educarlos a través de las emociones, porque hoy tienes adolescentes que no tienen ni idea lo que sienten, por supuesto, tienes adultos que no tienen idea de lo que sienten, que no saben manejar sus frustraciones, ni sus impulsos. Yo siento que tal vez no implica tantos recursos en la educación, pero sí implica convicción de quienes están a cargo de la toma de decisiones”, dijo.
La directora de la Fundación Antonia observó que el sistema presente no flexibiliza su actuar lo suficiente, por ejemplo, solamente atienen a mujeres mayores de 18 años, sólo a mujeres víctimas de un hombre, no de otra mujer. “Porque yo entiendo que una persona que llega a tocar la puerta y se atreve a pedir ayuda, es una persona que no le puedes decir que no la vas a atender. Porque tuvo el impulso o a lo mejor alguien le animó, quizás ya tocó fondo, puede estar con ideaciones suicidas y en ese momento se atrevió. Tú no puedes darle explicaciones, tienes que atenderla”, afirmó.
Otra experiencia de cinco años de trabajo, es la ONG Amiga Yo Te Creo en la que su presidenta, Daniela Esparza, señaló que se han enfocado en la visibilización de la violencia contra la mujer como problemática social y estructural. Además, en ofrecer instancias de formación para prevenirla, ofrecer la primera acogida y acompañamiento psicosocial a mujeres y personas de las diversidades y disidencias sexogenéricas. También realizan talleres grupales y entrega de información de sensibilización por redes sociales.
“Creemos que podemos evaluar positivamente nuestro trabajo, ya que se ha podido atender al 100% de quienes nos contactan a través del formulario y continúan manifestando interés en la primera acogida. Sin embargo, también es frustrante porque organizaciones como la nuestra surgen a raíz de la falta de oferta pública, por lo que nosotras debemos cumplir sin recursos lo que el Estado no lo logra hacer”, manifestó la psicóloga de profesión, Daniela Esparza.
“Nuestro trabajo es casi 100% voluntario, debemos compatibilizarlo con nuestros trabajos remunerados, lo que a ratos es difícil”, indicó la presidenta de la ONG.
En cuanto a los desafíos que consideran debería superar la sociedad por la eliminación de la violencia hacia la mujer, Esparza indicó que “creemos que vivimos en un país tremendamente machista y conservador, por lo que la prevención es fundamental para erradicar la violencia contra la mujer y una herramienta fundamental es la Educación Sexual Integral desde etapas preescolares”.