Luego de la publicación en el Diario Oficial el 24 de octubre entró en vigencia la Ley N° 21.625 se derogó el artículo 70 del Estatuto Docente, y el Sistema de Reconocimiento y Promoción del Desarrollo Profesional Docente quedó como único sistema de Evaluación de la Docencia.
Esta ley establece que los profesores de establecimientos públicos dejen de ser evaluados por dos sistemas distintos, la Evaluación Docente y el Sistema de Desarrollo Profesional Docente, y sólo sean evaluados por el último, lo que beneficiará a 116 mil profesores en todo el país.
La formación de los profesores de los tramos Experto I y Experto II, será obligatoria y los instrumentos de evaluación serán ajustados a los niveles y modalidades en que trabajan los docentes.
Para el profesorado de establecimientos particulares subvencionados que están en el tramo Acceso de la Carrera Docente pasarán a evaluarse obligatoriamente, medida aplicada progresivamente entre 2025 y 2027.
El Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP) mejora el acompañamiento a docentes principiantes que no han logrado avanzar de tramo en su carrera, y permite que las y los profesores que tienen contratos de 44 horas semanales puedan hacer sus procesos de inducción dentro de su jornada laboral en las horas no lectivas.
Antes este cambio en la legislación respecto de la Evaluación Docente, Gonzalo Sáez, doctor en Educación y académico de Facultad de Educación del departamento de Currículum e Instrucción de la Universidad de Concepción, indicó que “en general el cambio que se está introduciendo no es un cambio radical. Lo que sí está ocurriendo, es que simplifica el proceso. Entiendo yo que lo que tenían era un inconveniente porque había superposición de instrumentos”.
En cuanto a la crítica que se podría hacer a cómo quedó el nuevo sistema de evaluación el Dr. Sáez destacó la dificultad que representan las pruebas estandarizadas que tienen esa estructura que no aporta mucho y que sirve para la mirada más de la contabilidad y la rendición de cuenta, pero no ha generado impactos positivos en términos de calidad y de desarrollo de los aprendizajes de la profesión docente.
La segunda crítica es que de alguna forma estos instrumentos han tenido poco impacto en la colaboración y es demasiado episódica. “Promueve la preparación cada cierto periodo de tiempo de una unidad muy particular y es poco portadora en la práctica sistemática del profesorado”, señaló Gonzalo Sáez.
“Los profesores que se colaboran en una misma unidad educativa, tienden a tener mejores resultados de aprendizaje con los niños y las niñas. Por otro lado al ser tan episódicas, los colegas preparan con mucha dedicación a está unida, pero lamentablemente no está articulada”, explicó el académico frente a si es evaluado el trabajo en equipo de forma correcta en el sistema actual.
En cuanto al tiempo que implica la preparación de la evaluación y su posibles desmedro en las labores dentro del aula, para el Dr. en Educación eso no ocurre por la ética laboral del profesorado, pero afirmó que “sí, muchas veces se lesiona la profundidad en las relaciones que cultivan con los chiquillos porque tiene que apurarse, no descuidan su trabajo. El profesorado lamentablemente lo que hace es que resta tiempo de descanso cuando está en el trance la evaluación para completar y diseñar su unidad”.
De acuerdo al académico el proceso anterior era excesivamente individualista, si bien este sigue siéndolo, se incorporan algunos dispositivos en donde el profesor y profesora tienen que trabajar con otros pares en torno a una problemática articulada.
Respecto a si la academia es consultada para generar estos instrumentos, de tal forma de satisfacer a quienes deben ser sometidos a la evaluación, el profesor Sáez indicó que son convocados, pero que muchas veces se opta por posiciones más hegemónicas. “Mientras el sistema educativo esté tremendamente tensionado hacia la rendición de cuentas y hacia los estándares desde nuestra perspectiva se pierde lo pedagógico se desvirtúa, se aumenta mucho la intensidad del individualismo que no va de la mano con lo que desde que necesitan los niños y los adolescentes los liceos en las escuelas”, apuntó Sáez.
En tanto, el presidente Regional Colegio de Profesores, Jorge Barriga, comentó que reciben prácticamente todos los días recibe consultas de parte de distintos profesores que todavía tienen dudas sobre el nuevo proceso de evaluación.
Para Barriga la diferencia principal es que antes se evaluaba por dos sistemas y hoy será sólo por uno. “En la evaluación estaba el portafolio y la prueba, que se mantiene. Y tres instrumentos con muy baja ponderación, evaluación de terceros, autoevaluación y evaluación del director, se eliminan. Los cambios, son que los profesores dentro de cuatro años se han evaluado siempre y cuando estén en tramos de Avanzado, Experto 1 y Experto, 2 tendrá cuatro alternativas: una es hacer una capacitación del CPEIP dura dos semanas tres semanas, la segunda es pertenecer a la Red de Maestros, la tercera está el profesor mentor, la cuarta efectivamente evaluarse de nuevo”, indicó Barriga y agregó que en caso de que alguien no quiera optar por ninguna el Ministerio de Educación deja de cancelar la asignación de tramo hasta que el profesor regularice esa situación.
“Uno como dirigente siempre cree que se puede hacer más. Yo me estoy evaluando y hacer un portafolio como se plantea hoy en día no tiene ningún sentido es muy lejano a la realidad, no te demuestra quién es un buen o mal profesor”, manifestó Jorge Barriga y afirmó que sí ven con buenos ojos el avance que se ha hecho con esta nueva ley, pero esperan que el próximo año en las negociaciones puedan plantear la necesidad de una nueva forma de evaluación que sea más justa y más real. “Este año se eliminó la clase grabada que eso sí que era un show”, comentó Jorge Barriga.
El problema de los tiempos que absorbe la generación del portafolio y la preparación de la prueba, para lo que cuentan con un plazo de tres meses, es una de las dificultades más grandes que aquejan a los docentes en este proceso. “Sería ideal, que cuando comienza este proceso, el profesor que tenga 30 horas a la semana pudiera ocupar cinco horas. Eso si estuviéramos en un mundo ideal, pero el problema es que todos los días hay profesores que están con licencia, algunas muy largas. Veo muy difícil que esté la voluntad por un tema económico en realidad”, indicó Barriga.