Registro fotográfico de fauna en Parque Nonguén da claves para su conservación

Pudúes, zorros y guiñas son de los animales que más se observan al finalizar el estudio anual que realiza Conaf en el parque ubicado en Concepción. Además de poder descubrir el paso de animales domésticos y personas de tal manera de identificar las medidas de seguridad que deben tomarse para resguardar la fauna silvestre.

Un arduo, pero fundamental trabajo se vive por estos meses en el Parque Nacional Nonguén se trata de la Campaña Anual de Monitoreo de Fauna mediante Cámaras Trampa que lleva a cabo la Corporación Nacional Forestal (Conaf). Esta iniciativa comenzó oficialmente en 2019 y permite distinguir la presencia de fauna, identificar patrones de actividad, realizar la estimación poblacional, así como también analizar medidas necesarias para resguardar su conservación.

El jefe de Áreas Silvestres Protegidas de Conaf en la Provincia de Biobío, Jorge Quintana, explicó para esto el Parque Nonguén fue cerrado durante la última semana de septiembre, el objetivo en esa ocasión fue instalar las 30 cámaras trampas con las que dispone en la primera etapa de captura de imágenes.

“Se cierra una semana para instalar, después una semana para sacarlas, eso va a ser cuando haya pasado un mes. Después se volverán a instalar en otro sector. En total, vamos a cerrar cuatro semanas, porque esto requiere la dedicación completa y total del equipo”. Esta modalidad tiene un sentido metodológico en el estudio y permite comparar correctamente la información recopilada.

En principio se trabaja el sector sur del parque, la segunda parte es el sector norte, donde son instaladas estas cámaras trampas que mediante un sensor infrarrojo detectan el movimiento y toman tres fotografías consecutivas. El sentido es detectar la presencia de fauna, sus patrones de desplazamiento espacial y temporal. “Principalmente de mamíferos, que nosotros llamamos meso mamíferos que son mamíferos de tamaño mediano entre ellos está el pudú, el zorro, la güiña. Además se detectan otros mamíferos que no son tan comunes como el kike, el chingue, también hay monitos del monte que se pueden detectar y muchos roedores, aves, anfibios”, indicó.

A diferencia de otras unidades de conservación de la Conaf, el Parque Nacional Nonguén logra que la mayor parte de la superficie que cubierta por estas cámaras. Ya que tienen 60 cuadrantes y todos, al finalizar el estudio, son mostrados a través de las imágenes logradas, es por esto que la representatividad es bastante alta. “En relación a otras unidades que tienen cientos de miles de hectáreas y tienen la misma cantidad de 30 a 60 cámaras”, detalló Quintana.

“Con esto hemos detectado también de las amenazas a las especies, hemos visto mucha presencia de perros asilvestrados o algunos que no, gatos, ganado vacuno, personas también. Sirve incluso para controlar el ingreso no autorizado. Y tenemos claro, cuáles son estas rutas de desplazamiento de algunos mamíferos”, estableció Jorge Quintana.

Los hallazgos han permitido a la administración del parque orientar las medidas de mitigación o de protección. “Donde hemos detectado una especie con problemas de conservación que suele desplazarse por ciertos sectores, podemos tratar de proteger con mayor esfuerzo todavía eso sectores particular”, indicó el jefe provincial de Áreas Silvestres Protegidas.

Las cámaras se programan para que el sensor capte lo que pasa por frente de ellas y son instaladas en el mismo lugar que se hizo el año pasado. Los guardaparques deben limpian todo el campo visual, porque si queda algún tipo de rama en frente provocaría que se active el sensor. Por ello el despeje se hace al menos a unos 10 metros al rededor de cada cámara.

“Tienen baterías y memoria de larga duración, eso hay que chequearlo constantemente, porque si falla una memoria o algún detalle de programación de las cámaras, se pierde todo el esfuerzo de llegar a los puntos que son bastante agrestes”, señaló Quintana y puntualizó que se requieren varias horas de dedicación para la instalación de cada una de las cámaras, para eso los guardaparques tienen una ficha con un pauta que van marcando cada vez que van a los lugares.

Contacto visual

El estudio completo, generalmente finaliza en los primeros días de enero, pero este año en el Parque Nonguén esperan poder restringirlo a 2023. “La idea es empezar un poquito antes con la segunda instalación para que no lleguemos a fines de diciembre con el retiro de las cámaras y que toda la información sea del 2023”, dijo Jorge Quintana.

Respecto a si las cámaras son detectadas por los animales que pasan frente a éstas, Quintana comentó “extrañamente se dan cuenta, nosotros no detectamos el sensor, pero hemos visto varias especies que se quedan mirando a la luz. Para mí, por lo menos, es invisible. No sé si dependerá de la hora del día o si es de noche, tal vez hay algún tipo de brillo distinto. Pero tenemos varios vídeos de animales que se quedan, medio embelesados con la luz, seguramente les llama la atención, pero no es algo les asuste o que cambie su comportamiento”.

Ese fenómeno difícilmente se podría explicar porque observen a la cámara en sí, ya que tienen una forma y un color que las hace camuflarse con el entorno, además los guardaparques se encargan de ponerles ramas y disimularlas lo máximo posible.

Cabe mencionar que los registros de videos que menciona Quintana se explican con que anteriormente desde la Región del Biobío habían intentado incorporar de forma piloto el uso de videos de 10 de segundos en el registro de este estudio anual. Sin embargo, por razones del peso de la información y para uniformarse con el sistema nacional volvieron al uso de fotografías, son secuencias de tres imágenes que igualmente permiten tener la información de desplazamiento.

Guardaparques

En tanto el administrador del Parque Nacional Nonguén, Leonardo Aravena, comentó la principal dificultad que tienen al realizar la instalación de las cámaras trampa que es llegar a los puntos designados. “La densidad de la vegetación, hay lugares en que está muy densa hay bastante quila que dificulta el caminar, también zarzamoras, retamillas y son kilómetros que hay que caminar para llegar a los puntos”, detalló.

“Este año también hay otro factor que nos ha dificultado un poco, son los caminos que están muy barrosos porque ha llovido más, entonces dificulta el desplazarse en vehículos por caminos en mal estado”, indicó el administrador del Parque Nonguén.

En cuanto a recomendaciones para los visitantes durante el proceso de este estudio, Aravena señaló que “si alguna persona se encuentra con una cámara la recomendación es alejarse del lugar y no manipularla. Se ha dado que personas que se han encontrado con las cámaras, aunque por lo general están muy alejadas de la zona de uso público, pero hay gente que ingresa por otros sectores y ahí la recomendación es no manipular y alejarse del lugar”.