Análisis de Conaf y Bomberos apunta a la Provincia de Concepción y la de Arauco como puntos donde hay mucha presencia de terrenos boscosos cercanos a casas residenciales.
Con atención especial se mira a las provincias de Concepción y Arauco para prevenir incendios forestales en el próximo verano, específicamente en áreas cercanas a cerros y ciudades. Esto dado que fueron dos zonas que no sufrieron grandes afectaciones por los mega incendios ocurridos en Biobío, entre diciembre de 2022 y febrero de 2023.
Aquello se suma al factor vegetación disponible en sectores y comunas altamente agrícolas o boscosas, pero cuyas hectáreas fueron arrasadas en gran cantidad y se prevé que no existan incendios tan grandes como los recientes. Hablamos de lugares como Santa Ana, Santa Juana o Nacimiento, por ejemplo.
Braulio Castro, presidente regional de Bomberos, detalla que se ha trabajado en una detección de sectores para estar lo más alerta posible ante futuras eventualidades. En ese sentido, reconocen que “lamentablemente, en la Región del Biobío hay mucha vegetación forestal, independiente de lo que pasó en la temporada estival pasada”.
“Estamos colocándonos rápidamente en sintonía para estar más preparados por si se materializa lo que han dicho los expertos, que es que tendremos una temporada forestal bastante agresiva nuevamente”, añadió.
En torno a lugares específicos, Jara reconoce que “hay muchas partes donde todavía se pueden propagar incendios forestales. Por ejemplo, se puede nombrar que tenemos una gran afectación en algunas provincias pero, entre ellas, en el sector más urbano de la Provincia de Concepción. (También) tenemos una Provincia de Arauco que no estuvo afectada en la temporada anterior. Por lo tanto, ahí tenemos dos puntos que nos llaman la atención”.
En síntesis, sin descuidar algunas partes de la Provincia de Biobío, “nos preocupa la Provincia de Arauco que tuvo emergencias solo menores y el radio más urbano de la Provincia de Concepción”, destaca el dirigente.
Quien llega a conclusiones similares es Rodrigo Jara, director regional de la Corporación Nacional Forestal (Conaf). “Lo que dice Bomberos es muy cierto. Uno tiende, dentro de las provincias, a tener mucho más focalizados los trabajos de prevención en las áreas de interfaz, que es donde existe cercanía entre los ecosistemas boscosos y la infraestructura habitacional”, indica.
Jara responde a una de las grandes inquietudes luego de los mega incendios del verano pasado. Esta tiene que ver con la posibilidad de experimentar nuevos siniestros de alta magnitud en zonas que ya fueron golpeadas hace muy poco tiempo .
“Siempre puede existir la probabilidad de que ocurra un nuevo incendio sobre un sector que fue recientemente afectado, pero hay que considerar que la cantidad de combustible disminuyó de manera considerable. Aunque, con el paso de los meses y las lluvias, y lo que pueda llover en primavera, ha ido creciendo la vegetación. Por lo tanto, hay probabilidades de que ocurra un nuevo incendio al interior de un área quemada. ¿Con la misma magnitud y voracidad? Se puede decir que no”, aclara.
Sin embargo, el director de Conaf Biobío hizo hincapié en que no pierden el foco de preocupación en la región completa. “Nuestro trabajo preventivo siempre trata de cubrir la mayor parte posible con todos nuestros recursos humanos y tecnológicos disponibles. Es prácticamente imposible tener una temporada con 0 incendios, por lo tanto, nuestros esfuerzos están orientados a que la ocurrencia sea la menor posible. No se pierde el rumbo en la preocupación por todas las comunas, ese es el sentir de la institución”.
Especialistas advierten que el fenómeno del niño se mantendrá en el país, lo que generaría que la temporada de lluvias se alargue hasta bien entrada la primavera, lo que se sumaría a un año que ya ha sido lluvioso.
Respecto a lo que esto podría influir en la generación o propagación de incendios forestales, Rodrigo Jara establece que “uno visualiza que en esta temporada el contenido de humedad no sea tan bajo como lo que hubo en la temporada pasada, pero realizar un análisis muy fino es bastante arriesgado en ese sentido”.
“Hay que partir de la base de que el año pasado llovió muy poco. Eso generó que el contenido de humedad que existía en la vegetación era muy bajo, sumado a los años de sequía. De acuerdo a los monitoreos que realizamos, pudimos determinar que la humedad del combustible fino muerto era inferior a un 5% los días más críticos”, sumó.
Vale recordar que, en las últimas horas, el Gobierno confirmó un aumento de un 47% en el próximo presupuesto de Conaf a nivel nacional.
Se espera que el detalle regional se dé a conocer a partir de la próxima semana.