El número responde a las acciones realizadas durante la alerta sanitaria que finaliza este 31 de agosto.
Por Christopher Cortez y Kamila Rojas
El Hospital Regional Guillermo Grant Benavente (HGGB) llegó a 978 mil 158 muestras analizadas de Covid-19, a días del término de la alerta sanitaria proyectada para el 31 de agosto.
Claudio Baeza, director del Regional, destacó que “el Hospital fue y va a seguir siendo el recinto más importante y más grande de Chile, demostrándolo al tener el primer laboratorio de detección de Covid-19 autorizado por el Instituto de Salud Pública, lo que nos trajo tener casi un millón de muestras procesadas. Fuimos centros de referencia en exámenes para prácticamente toda la zona sur”.
Y es que el recinto, además, marcó pauta al transformarse en “un verdadero pulmón de Chile al tener casi 100 camas UCI”, lo que permitió recibir “pacientes casi desde Santiago al sur, cuando la capital no tenía disponibilidad”, describió Baeza.
En ese sentido, añadió que el HGGB fue el centro más importante de rehabilitación de Covid en la zona sur para quienes llegaron a tener graves complicaciones por el coronavirus. Muchos de los protocolos que se implementaron a nivel nacional al respecto partieron desde el interior del establecimiento penquista.
Bajo ese contexto es que el Hospital Regional posee una marca imborrable en la historia de la crisis sanitaria. Este centro de salud fue el primero en descubrir un caso positivo de Covid-19 en el país, el martes 3 de marzo de 2020. Se trató de un chileno de 33 años, proveniente de un vuelo de Singapur, cuyo PCR significa un antes y un después.
“Fuimos el primer laboratorio que detectó el virus SARS-CoV 2 en el país. Luego, no sabíamos lo que se venía. Esto explotó y se nos vino la prensa”, relata Roberto Vega, director técnico del Laboratorio Clínico del Hospital Guillermo Grant Benavente, organismo encargado de la recepción de exámenes y evaluación de resultados.
A partir de ahí, la crecida exponencial de casos superó las expectativas médicas. “Nosotros estimábamos que máximo íbamos a recibir 500 muestras diarias, pero llegamos a recibir más de 5 mil y a procesar 2 mil 748 en 24 horas. Fue un impacto violento que mantuvo estresado a todo el equipo de trabajo”, dice Vega.
“Había mucha expectación. El resultado de ese examen estaba siendo mirado en todo el país y casi en todo Sudamérica, porque sería el primero de Chile. Además, marca un punto de inicio para todo lo que se tuvo que hacer para controlar la pandemia. Es el punto 0 de la pandemia para nuestro país”, complementa Claudio Baeza.
El Hospital Guillermo Grant debió redoblar esfuerzos y reinventarse constantemente para dar respuestas a la emergencia, en un trabajo mancomunado con instituciones de distintos rubros.
“Partimos con el personal disponible y se hizo reconversión en el laboratorio para procesar muestras. Posteriormente, se solicitó más recurso humano e incorporar equipamiento de punta para dar abasto. La capacidad de mutación del virus fue una sorpresa para todos. Eso nos complicaba porque las técnicas que teníamos eran para una cepa específica y, luego, había otra mutación para las cuales no eran efectivas, por lo que había que reformular las técnicas”, relató Roberto Vega.
Y detalló que primero se extraía material genético de manera manual, “pero eso es factible cuando te llegan hasta 500 muestras PCR. Sin embargo, de un día para otro todo colapsó. Había una capacidad nuestra sobrepasada, por lo que se pidió ayuda al director y al Servicio de Salud para incorporar robots que pudieran procesar todo lo que estaba llegando. Anatomía Patológica y la Universidad de Concepción, en algún momento, se incorporaron a procesar muestras cuando era demasiada la carga”.
Asimismo, una preocupación constante era contagiarse con la enfermedad, riesgo relevante al estar expuestos en largos turnos. El director del Laboratorio Clínico, con orgullo, recuerda que “no hubo contagios internos. Que una persona se enfermara era caótico. Era súper complejo encontrar a alguien que reemplazara a un profesional contagiado”.
“Pero claro que había miedo, sobre todo por las noticias que llegaban. Ahí aflora el ser funcionario de salud pública, porque estamos justamente para estos eventos, para estar ‘donde las papas queman’”, agregó. El relajo, luego de un también caótico 2022, llegó recién a principios de este año.
El HGGB fue capaz de contribuir con una tarea enorme para el país, “aportando al desarrollo de la salud pública en materia de Covid”, en palabras de su director.
Claudio Baeza indica que este casi millón de muestras proviene de distintos lugares de la Región del Biobío e incluso ciudades externas a ella, lo que permitió acortar los tiempos de respuesta. Además, “nos dio la suficiente experiencia para enfrentar la campaña de invierno, que fue bastante intensa en el área pediátrica, y la superamos con cero niños fallecidos en el Hospital. Cuando miremos esto en un futuro y leamos los libros de historia, tendremos el primer caso detectado, el primer laboratorio, un Hospital que fue capaz de ampliar la cantidad de camas UCI y distintos hitos que reflejan nuestro espíritu. Los vamos a atesorar”, cerró.
Algo que caracterizó el inicio de la pandemia fue el poco conocimiento en general de la población respecto a la enfermedad, lo que desató distintos miedos a nivel de sociedad. Claudio Venegas, estudiante universitario, rememora que el Covid generaba un pánico generalizado, además de sus efectos propios.
“No sabíamos qué hacer. Estuvimos en cuarentena cinco días esperando el resultado, y luego estuve dos semanas más por ser contacto estrecho, en ese momento era así. En total estuve casi 22 días encerrado. Eso te daña la mente, más si ves como estaba el mundo. Había una situación de caos generalizado”, aseguró.
Guillermo Gutiérrez, trabajador público, cuenta que “un fin de semana trabajé en una discoteque. Ese mismo día, un sábado, estaba en las noticias el primer caso de Covid. Cuando terminamos de trabajar, el administrador nos dijo que el otro fin de semana iba a funcionar todo con normalidad, que no había de qué preocuparse. Finalmente, no fue así”.
Claudia Seguel, también universitaria, hace énfasis en los cuidados que se realizaban al salir del hogar durante las distintas fases del plan Paso a paso, establecido por el Ministerio de Salud. “Salíamos al supermercado, volvíamos a la casa y nos bañábamos. Toda la ropa se lavaba inmediatamente, dejábamos todo en el patio, desinfectábamos la comida. La histeria fue grande porque no había mucha información”.
Luego de tres años y medio de alerta sanitaria, las autoridades de salud proyectan su fin para el 31 de agosto, fecha donde vence la renovación llevada a cabo en marzo por Covid-19, gripe aviar y enfermedades respiratorias presentes en el país.
La medida rige desde el 8 de febrero de 2020 en Chile. Andrea Albagli, subsecretaria de Salud Pública, comentó a Radio ADN que “por la responsabilidad del Ministerio de Salud, siempre hay que mantener las alternativas abiertas. No podemos descartar ninguna alternativa porque la naturaleza de nuestro trabajo implica alta incertidumbre”.
Sin embargo, también manifestó que el “escenario actual indica que, con toda probabilidad, se va a terminar la alerta sanitaria y no habría una renovación. Tendría que pasar algo muy inesperado para que esto se extienda (…) Todo apunta a que el 31 de agosto finalizará”.
Claudio Baeza, director del Hospital Regional, anticipa que no se termina la pandemia ni la preocupación, “sobre todo por enfermedades como el Covid-19, donde debemos seguir monitoreando ante la posibilidad de aparición de variantes contagiosas”.