La ola de calor en el norte chileno y otros fenómenos climáticos auguran la posibilidad de un verano con calor extremo en la zona centro sur, señaló Martín Jacques, doctor en Climatología y académico del Departamento de Geofísica UdeC.
América del Sur está viviendo una ola de calor extrema para la época invernal, con temperaturas de casi 39 grados en los Andes chilenos, específicamente en la Región de Coquimbo. A estos eventos se suman olas de calor en el verano del hemisferio norte que han dejado temperaturas por sobre los 45 grados en España, y de más de 55 grados en el desierto del sur de Estados Unidos, lo mismo que en China, ocurridas a finales de julio.
Las y los expertos a nivel mundial coinciden que estos eventos tienen al cambio climático como factor de base, aun cuando otros elementos inciden en la variación de las temperaturas.
Para Martín Jacques Coper, doctor en Climatología y académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción, históricamente han existido olas de calor en invierno, pero el evento de este año ha sido más intenso.
“Estas olas de calor son parte de la gama de eventos meteorológicos esperables en el pasado, presente y futuro. Sin embargo, este evento ha sido particularmente persistente e intenso, con un valor récord de 37ºC en Vicuña”. En este caso, no es sólo el cambio climático el que incide. “Temperaturas tan altas son ciertamente la superposición de varios fenómenos. Por una parte, es necesario tener viento del este, desde la Cordillera de los Andes, que desciende y se comprime, con lo que se calienta; este fenómeno se llama Terral y es comparable con el Puelche del sur”.
Además de esto, explicó el investigador, “hemos tenido un ‘bloqueo atmosférico’, producto de un sistema que llamamos dorsal, que favorece la llegada de aire cálido, descenso regional de aire y así promueve cielos despejados y alta radiación; todo esto induce aumento de temperatura. Además, todos estos procesos están insertos en un contexto de calentamiento global y particularmente en un periodo de calentamiento del océano Pacífico adyacente por el fenómeno de El Niño”.
Con estos antecedentes, indicó Jacques, “la tendencia de calentamiento global puede generar eventos cada vez más extremos en el futuro”.
El cambio climático hace cada vez más recurrentes los eventos extremos a nivel global. En Chile, es posible augurar que, si persisten las condiciones de El Niño de aquí al verano, “sería esperable tener anomalías relativamente cálidas, particularmente en la zona norte. Al margen de eso, hemos presenciado una tendencia en eventos extremos de temperatura, por lo que no sorprendería experimentar olas de calor o días con temperaturas muy altas, como hemos visto en años recientes, y que de hecho se han superado sucesivamente”, aseguró Jacques.
Otro problema que se acerca, debido a la subida de las temperaturas en invierno, es la escasez de agua para el consumo humano. Inviernos más cálidos generan el derretimiento de la nieve, que históricamente ocurría en primavera. “Sin reposición de esta nieve por eventos de precipitación notables, disminuyen o se pierden estos reservorios. Esta es una proyección de cambio climático para los caudales de Chile centro-sur: mayores caudales de invierno y menores de primavera-verano”, explicó el investigador UdeC.