Biobío está dentro del promedio nacional de consumo diario de cigarros con un 19,5%

13 de Julio 2023 | Publicado por: Ximena Valenzuela
Fotografía: Carolina Echagüe M.

El riesgo de cáncer de pulmón es sólo uno entre una gran diversidad de neoplasias que pueden afectar a los fumadores.

A pesar que en 2013 comenzó a regir en Chile la Ley del Tabaco, normativa que prohibió el consumo de cigarrillo en cualquier ambiente cerrado, impulsando a pubs, restaurantes e, incluso, casinos a renovarse y crear espacios con techo y cobijo para los fumadores que tiene la Región.

El último estudio nacional de población en Drogas, realizado por Senda, reveló que un 19,5% de la población encuestada declaró consumir tabaco. La cifra es casi igual a la observada en 2018 que llegó a 9,6%. Mujeres y hombres son similares en consumo, 19% y 20,1%, respectivamente.

A nivel regional el análisis, según detalló Bayron Martínez, director regional de Senda, involucró a mil 223 personas entre 14 y 64 años, 518 hombres, 705 mujeres, de los que 522 tenían entre 12 y 34 años y 701 entre 35 y 64 años.

El informe reveló que la prevalencia diaria de cigarrillos (20 ó más en el último mes) subió de 16,2% en 2018 a 19,9% en 2020. Ubicando a Biobío dentro del promedio nacional de 19,5% en el consumo de la sustancia.

Al analizar los resultados se aprecia estabilidad en el tramo 12 a 34 años y un aumento significativo entre 35 y 64 años. En el primer tramo definido la prevalencia pasó de 13,2% en 2018 a 12,3% en 2020, mientras que entre 35 a 64 años varió en 8,1 puntos porcentuales respecto del estudio anterior.

Los cigarrillos electrónicos, según el estudio con corte en el año 2020, son consumidos por hombres en 4,1% y por mujeres en 1,4% con mayor prevalencia entre 19 y 34 años. Un 43,2% de los que lo consumen declararon saber que el dispositivo contiene nicotina, a diferencia del 38,2% en 2018.

Si bien, el análisis gubernamental es positivo en cuanto a la baja de prevalencia de niños, jóvenes y adultos, la verdad es que la Región ha experimentado un aumento en el consumo del tabaco, especialmente, en pandemia producto del confinamiento y el estrés que generó la Covid-19.

El seremi de Salud, Eduardo Barra, aseveró que en 2017 la última Encuesta Nacional de Salud había un 39% de la población que fumaba, cifra que se repetía a nivel nacional y regional, pero que tras la pandemia el consumo de tabaco aumentó con fuerza.

“En algunas poblaciones, por ejemplo, como en Coronel, realizamos trabajo estadístico el año pasado que indican que hemos aumentado hasta casi un 50%. Hay un cambio grande en nuestra Región que esperamos no sea generalizado, pero tenemos de por medio una pandemia, aislamiento, duelos y una serie de otros factores que podrían, eventualmente, poder explicar parte de esa alza”.

“Si usted fuma se arriesga a tener cáncer de pulmón, labio, lengua, laringe, faringe, esófago, asociaciones con cáncer de páncreas, 5  veces mayor cáncer de riñón, 7 veces mayor cáncer de vejiga, 9 veces más necesidad de diálisis por enfermedad renal crónica terminal que la población no fumadora”, aseguró de la Barra y agregó que también en algunos casos el consumo tabáquico podría estar relacionado con el cáncer de piel.

Aseguró que trabajan en conjunto con Educación, Deportes y otras áreas del intersector para realizar promoción de la salud y evitar que los menores fumen.

Baja en consumo

En este contexto el  director regional del Senda aseguró que es muy importante continuar el trabajo de control y fiscalización de espacios libres de humo de tabaco que está realizando la Seremi de Salud. “Eso se ve reflejado en los estudios de población escolar en que existen prevalencia de consumo entre octavo y cuarto medio son cada vez más bajas. Eso se refleja también en la política pública, de larga data, de largo aliento, que ha afectado positivamente en el consumo de estudiantes secundarios”.

Asimismo, Bayron Martínez afirmó que las políticas públicas más restrictivas han logrado reducir el consumo del tabaco en adultos, que según el último estudio poblacional se redujo de 40% a datos bajo el 20%.

Lino Alarcón, jefe de Seguridad Alimentaria de la Seremi de Salud, sostuvo que este año han realizado 101 fiscalizaciones en las que se aprecia un alto cumplimiento de la ley, involucrando no la sólo un lugar habilitado para el fumador, sino también exhibir advertencias de prohibido fumar en áreas comunes.

La normativa también prohíbe vender cigarrillos a 100 metros de distancia de un centro educacional, vender o entregar gratuitamente cigarrillos en unidades o sueltos y en paquetes que contengan cantidades inferiores a las 10 unidades, entre otros.

Franco de la Cruz, dueño del Restaurante Rosa Amelia, aseveró que desde que partió la Ley en 2013 los clientes se han ido adaptando al hecho de que deben fumar en la terraza. “Siempre hay algunos porfiados que preguntan si pueden fumar en el interior del local, lo que no está permitido. Se les avisa que contamos con zonas abiertas o terrazas donde puedan fumar”, aseguró y comentó que la gente, en general, se adapta a la norma y al clima para fumar en exteriores.

Durante 2022 se realizaron 303 inspecciones en restaurantes, 137 de ellas en la provincia de Concepción, 104 en Biobío y 62 en Arauco. Sólo hubo 2 citaciones al Juzgado de Policía Local por incumplimiento de la ley: una por falta de señalética, y la otra por presencia de colillas de cigarrillos en espacios cerrados.

EL CIGARRILLO ELECTRÓNICO no es un método inocuo para la salud.

Tratamientos y beneficios

¿Son realmente efectivos los tratamientos para dejar de fumar? Según la última Encuesta Nacional de Salud, un tercio de los fumadores tendrían criterios de dependencia, por lo que requerirían de una terapia farmacológica para dejarlo.

Quienes dejan de consumir tabaco siempre ganan. A los 20 minutos, disminuye el ritmo cardíaco y baja la presión arterial a la normalidad. A las 12 horas, los niveles de monóxido de carbono en la sangre bajan. A los 3 meses, mejora la circulación y la función pulmonar aumenta.

Al año, el riesgo de enfermedad cardiaca baja al 50%. El riesgo de sufrir algún evento cardiovascular importante (muerte, infarto o accidente cerebrovascular) baja significativamente a los 5 años posteriores a dejar de fumar. Sin embargo, se necesitan entre 10 a 15 años para que las tasas de incidencia de estos eventos se acerquen a los que nunca han fumado. Está comprobado que dejar de fumar tiene grandes beneficios a la salud, pero dejarlo no siempre es fácil.

“No es fácil porque más que un hábito, el cigarrillo es una adicción, en particular a la nicotina, uno de sus principales componentes y que produce efectos placenteros en el cerebro. Si tomamos esto en consideración y como cualquier otra adicción, dejar de fumar requiere fuerza de voluntad y  ayuda profesional”, aseguró Magdalena Galarce, médica especialista de servicios clínicos y farmacéuticos.

La profesional aseveró que, a pesar de que hoy existen tratamientos farmacológicos (con medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, FDA), existe un consenso entre los especialistas que para dejar de fumar se necesita no sólo de un componente farmacológico, sino que también de uno psico-social fuerte. “Está demostrado que los tratamientos farmacológicos avalados aumentan la tasa de éxito si se los combina con la consejería práctica por parte de un profesional capacitado porque favorece que los fumadores cambien su comportamiento”, enfatiza.

De acuerdo a la FDA, cuatro de los seis tratamientos eficaces para dejar de fumar se encuentran dentro de las terapias de reemplazo de nicotina (NTR, por sus siglas en inglés). Estas terapias estimulan los receptores del cerebro que reciben la nicotina y ayudan a aliviar los síntomas de abstinencia y las ansias de fumar que llevan a la recaída. Proporcionan de forma gradual al  cuerpo dosis más pequeñas de nicotina, sin exponerte a las sustancias químicas tóxicas que se encuentran en el humo del cigarrillo.

Los NTR suelen ser de venta libre y podemos encontrar parches cutáneos, chicles (que deben masticarse de acuerdo a las instrucciones para que sean efectivos) y pastillas, que se utilizan disolviéndose en la boca. Estudios demuestran, según Galarce, que el uso de estas terapias tiene una probabilidad de alrededor de 1,5 veces más de dejar de fumar de forma exitosa comparado con el uso de placebo.

Asimismo, existen medicamentos -sin nicotina- que son efectivos. Uno de ellos es la Vareniclina (más conocida como Champix), que requiere de receta médica y funciona al interferir los receptores de nicotina en el cerebro, disminuyendo el placer que una persona consigue al fumar y reduciendo los síntomas ocasionados por la abstinencia a la nicotina. Puede duplicar la probabilidad de dejar de fumar comparándolo con placebo.

EL RESTAURANTE ROSA Amelia fue fiscalizado por la autoridad sanitaria.

“No obstante, es importante señalar que este medicamento tiene efectos secundarios como las náuseas, vómitos, dificultad para dormir, estreñimiento y dolor de cabeza, entre otros, por lo que debe ser indicado por un profesional considerando las condiciones de cada paciente”, destacó la médico.

También existe el Bupropión, un antidepresivo de acción prolongada que ayuda a reducir las ansias y los síntomas de abstinencia. Actúa sobre los agentes químicos del cerebro que están relacionados con los deseos de fumar. Su efectividad es similar a las NTR. Tiene efectos secundarios similares a la Vareniclina y contraindicaciones en caso de pacientes con convulsiones o predisposición a éstas.

Según Galarce, estos medicamentos y terapias han logrado comprobar su eficacia en múltiples estudios.

De acuerdo con la Clínica Mayo, sólo cerca del 5% de las personas que intentan dejar de fumar tienen éxito sin ayuda o tratamiento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el tabaquismo es responsable de la muerte de más de cinco millones de personas al año -y que podría aumentar a ocho para el 2030- y en Chile es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad, estando presente en el 65% de las patologías cubiertas por el Auge/GES, cobrando la vida de más de 16 mil chilenos al año.