Académico UdeC explica que por tratarse de alumnos con necesidades intelectuales especiales, son especialmente sensibles a los cambios de rutina, por lo que es importante poner atención en comportamiento durante próximos días.
Una carta al general de la Octava Zona de Carabineros envió la directora del establecimiento educacional Escuela Chile España para revisar sus protocolos, debido a que el lunes, luego de haber sufrido su robo número 15 en dos años, un carabinero se instaló en la puerta de la escuela con una subametralladora, lo que alarmó a los profesores y estudiantes que tienen necesidades especiales.
Ante lo cual la delegada presidencial, Daniela Dresdner, señaló que tendrán que conversar esta situación en particular y que el procedimiento puede deberse a que los protocolos en materia de seguridad se han endurecido.
Al respecto Daniel Paredes, jefe de carrera de Educación Diferencial de la Universidad de Concepción, señaló que “considerando que son estudiantes con discapacidad intelectual, de forma general podemos esperar que podría percibirse un aumento en los niveles de ansiedad y estrés producto de la percepción que la escuela, no es un lugar seguro y dificultan su capacidad para encontrar en ella un lugar de refugio y de tranquilidad”.
“La presencia de un carabinero armado les puede generar preocupación y ansiedad, sobre todo porque podría experimentar dificultad para comprender la situación. Podrían presentar miedos e inseguridades y afectarles a nivel emocional y capacidad para concentrarse”, detalló el académico.
En los casos más graves, según explica el experto, los niños y jóvenes podrían generar cambios en su comportamiento y agregó que “podrían experimentar mayor irritabilidad, agresividad, retraimiento o dificultades para conciliar el sueño”.
Esta sensación de inseguridad, puede generar cambios en los estudiantes en el sentido que su rutina ha sido interrumpida, explicó Paredes y añadió que “ellos son especialmente sensibles a los cambios del entorno, están acostumbrados a tener un calendario de actividades fijos y toda la atención que ha generado esto, los afecta para poder adaptarse”.
El académico hizo hincapié, además en los robos, que resultan una pérdida de recursos que son valiosos para este contexto. “Va a ser especialmente problemático con los estudiantes que tienen necesidades más significativas asociadas a la discapacidad intelectual van a requerir de más apoyo”.
En cuanto al rol de la comunidad educativa en apoyarlos, Paredes observó que es importante que se aborde estas preocupaciones emocionales en los estudiantes, con sesiones de discusión, de orientación, y enfoque de mantenimiento de la rutina en la medida de lo que se pueda.
“Principalmente hay que centrarse en las preocupaciones de los estudiantes, desde una mirada íntegra, pensando en que cada uno va a presentar necesidades de apoyo distintas”, estableció el jefe de carrera de Educación Diferencial de la Universidad de Concepción.