Jefe (s) de la Unidad de Emergencia del Hospital Regional: “Es un desafío poder tener cero camillas en el pasillo”

10 de Abril 2023 | Publicado por: Ximena Valenzuela
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Entre otras metas está el optimizar la gestión clínica en todas las áreas, mejorar turnos, infraestructura y la retroalimentación del paciente. “Hay una demanda altísima en especialidades, una deuda en gestión hospitalaria”, agregó Demetrio del Río.

La Urgencia del Hospital Regional, como dice un antiguo refrán, “es como la casa del jabonero, el que no cae, resbala”. Personas con enfermedades respiratorias, cuadros patológicos agravados, falla sistémica, accidentes cerebrovasculares, involucrados en accidentes automovilísticos, heridos de bala y arma blanca, por nombrar algunos, han acudido en algún momento de su vida a dicha unidad.

La pandemia generada por la Covid-19 fue, sin lugar a dudas, uno de los períodos en que más personas llegaron hasta la Urgencia. De hecho, desde que partió la pandemia hasta febrero de este año el área sumó 13 mil 341 personas atendidas por Covid-19 o sospecha de virus.

Desde 2020 a la fecha el Regional ha recibido un total de un millón 934 mil 510 pacientes, de los que un millón 841 mil 539 fueron adultos; y 92 mil 971 pediátricos.

Durante 2022 la unidad atendió a 89 mil 794 adultos y 44 mil 25 niños y, en lo que va de la última semana hay un promedio diario de 350 usuarios del sistema, e incluso más.

“El desafío es tremendo”, aseguró Demetrio del Río, jefe (s) de la unidad de Emergencia del Hospital Guillermo Grant Benavente, recién asumido en el cargo. “La Urgencia del Regional tiene una demanda altísima en especialidades, una deuda en gestión hospitalaria, un desafío de poder integrar la macrored con los otros hospitales del área, de forma resolutiva e integral . Es una de las unidades de emergencia más grandes del país, con más de 200 funcionarios. Aquí tenemos una emergencia en que podemos contar con sub especialidades de alta especialización, vale decir, por ejemplo, neurocirujanos especialistas dentro de la neurocirugía, que están haciendo turnos y nos apoyan en la urgencia”.

– ¿Cuáles son los principales desafíos en gestión?

-Todas las unidades de emergencia están regidas por un indicador que se define por la atención en menos de seis horas para pacientes complicados. Entre que llegan y se hospitalizan. Ahora los pacientes graves, que necesitan atención inmediata, en los que hay un máximo de 12 horas hasta su hospitalización.

– ¿Pero cuál es el problema específico en la gestión?

-Los tiempos de espera desde que la persona llega hasta que es atendida. Tenemos indicadores que van mejorando, pero lo que queremos es que se tenga una resolución del estado del paciente en un máximo de seis horas y ojalá antes.

Hay procesos que se deben ir limpiando. Están los profesionales, los exámenes, scanner y todos los insumos. Hay que disminuir las brechas comunicacionales, optimizar los recursos tecnológicos para que las esperas sean las menos posible.

– ¿Cuánto es el tiempo de espera ahora y cuál sería el ideal?

-Que esté resuelta la necesidad de especialidad o alta antes de 6 horas. Ahora son en promedio 12 horas, y a veces un poco más, lo que depende de la complejidad del paciente. Claramente el paciente más complejo tiene prioridad en la atención, pero en el paciente menos complejo igual está la necesidad de disminuir el tiempo.

– ¿Pero en urgencia se atiende por nivel de complejidad?

-En el sistema de categorización hubo cambios que han sido positivos y han ido ordenando un poco más este sistema de categorización. Lo que también ha sido un desafío porque todos los cambios ameritan una nueva manera de trabajar. Cambió que se generó en conjunto con una pandemia.

La categorización del paciente es evaluada por una enfermera y luego por el médico que los atiende, que puede recategorizar.

No se le niega la atención a nadie. Hay pacientes que vienen por una inyección intramuscular como una neurobionta. No se le niega la atención, pero se le explica que su condición no es de gravedad y que existe una espera de tiempo, pues se prioriza a los más graves. También se les da alternativas de Cesfam o SAR más cercanos a su domicilio.

La prioridad de la atención está en los pacientes que llegan en estado grave y que deben ser atendidos en el menor tiempo posible, mientras que para quienes no constituyen una emergencia real la espera puede ser de 6 horas.

– ¿Qué estrategias está desarrollando para mejorar los tiempos?

-Quiero desarrollar una gestión integrada, ya estoy conversando con los jefes de distintas áreas para hacer el trabajo en un menor tiempo, conociendo distintos grupos de trabajo como pediatras, internistas, cirujano infantil, urgenciólogos y todo lo que es el equipo de atención y de apoyo como radiología, exámenes, farmacias y otros.

– ¿Cuál es la meta?

-Como desafío de mi gestión, una meta, es que la gente y el personal quiera trabajar en la urgencia, que la urgencia tenga una fama y se gane esa fama con trabajo. Que sea una unidad entretenida para trabajar a gusto, que no haya estrés laboral. Mejorando turnos, apoyo de infraestructura, poder minimizar las cargas. Muchas veces nosotros mismos generamos cargas en nuestros colegas, ya sea más abajo o más arriba de nuestro estamento.

Los procesos se deben limpiar, están los insumos, los scanner y los especialistas, pero el proceso debe ser fluido, a prueba de, que se reemplace al profesional o se cambie al funcionario X, el proceso siga siendo el mismo.

– ¿De aquí a cuántos años espera llegar a 4 horas o menos en la atención?

-Espero que en seis meses uno pueda lograr ciertos objetivos. Si hay un compromiso de toda la gente, si se identifican nodos críticos o mejoras que vengan desde mi jefatura hacia abajo, pero también de las bases hacia mi gestión.

-¿Quienes llegan más a la urgencia?

Pacientes adultos, de medicina interna y en invierno los con afecciones respiratorias, pero también se está dando mucho la atención de crónicos, oncológica y no oncológica, que es posible que en pandemia no se hayan atendido, que es posible que ahora estén aflorando.

– ¿Llegan muchos por trauma, heridos en accidentes o por bala?

-Hay una constante mantención de patología quirúrgica diaria, cerca de 6 pacientes que hay que operar en cada turno, apendicitis, obstrucción intestinal, politraumatismo.

El miércoles recibimos al baleado de calle Paicaví , paciente que llegó, como varios, con politraumas abdominales que hay que operar. Hay más heridos por balaceras, se ve como algo frecuente, no tanto como una apendicitis u obstrucción intestinal , pero sí, se ve harto paciente agudo por agresión.

– ¿Quiénes llegan más, hombres, mujeres o niños?

-Mayormente hombres, adultos mayores que tienen menos protección que las mujeres debido a las hormonas y también los vemos por excesos de alcohol, comida y obesidad. Generalmente la mujer tiende a ser más cuidadosa en su salud que el hombre, según la percepción de medicina interna. En cirugía suele ser pareja.

– ¿En un fin de semana largo como este reciben más pacientes?

-Tenemos personal de gestión clínica de turno, médico y enfermería, que resuelven temas de orden de catástrofe, como pudiese ser una balacera, pero multiplicada por 10. Necesidad de gestión con otros hospitales, la subdirección de redes asistenciales, entre otros.

– ¿Cuánto es el personal que queda en un fin de semana largo?

-Hay un equipo de 13 personas. Cirujanos, internistas, traumatólogo infantil, cirujano infantil, pediatra, neurocirujano, traumatólogo y dos anestesistas.

El año pasado en Semana Santa atendimos 721 adultos y 410 niños.

Hay un aumento de pacientes con procedimientos policiales, con más alcoholemias, atenciones de urgencia, cortopunzantes o traumas y, en medicina interna, también hay un aumento de intoxicaciones y de consumo de alcohol.

“Tenemos 8 box, cada uno con 2 camas, 11 en la sala AP, de reanimación y cirugía 8 box con dos camas”. Demetrio del Río, jefe (s) unidad de Emergencia del Hospital Guillermo Grant Benavente

– ¿Actualmente cómo está posicionada la Urgencia?

-Tenemos cubiertas todas las especialidades con profesionales acorde a la atención. Dentro de Latinoamérica Chile siempre se ha mantenido a la vanguardia en salud pública. Estamos bien posicionados y atendiendo a la macrozona con equipos de cirugía vascular o cardiaca de las que nos derivan pacientes de Talca, Temuco y de otras partes del país.

Ahora el desafío es mantenerse comunicado con todas las áreas, manifestar cambios necesarios y logros. Pretendo que esto sea en un corto plazo.

– ¿Con cuántas camas cuentan para atención?

-Tenemos 8 box, cada uno con dos camas, 11 en la sala AP, para pacientes que requieren reanimación y en cirugía 8 box con dos camas.

Camillas en los pasillos de la Unidad

– ¿Siguen atendiendo pacientes en camillas en los pasillos?

-Sí. Ese también es un desafío poder tener camilla cero en el pasillo. Tenemos que avanzar en eso. Paciente que está esperando exámenes o transfundiéndose en una camilla. Muchas veces eso se da en fines de semana. Es todo un trabajo de gestión clínica que se debe hacer para evitarlo.

Más encima es un desafío personal, porque los pacientes que están en pasillo muchas veces son de medicina interna. Efectivamente tenemos algunos en espera por algunos procedimientos, pero hay casos que están todo el día en pasillo, especialmente, los de atención ambulatoria, que lo tenemos que hacer muchas veces por infraestructura.

– ¿La categorización es un tema a sociabilizar para evitar pacientes en pasillo?

-El C1 es el paciente con requerimiento inminente convulsionando, que se desmayó o con trauma grave. El C2 requiere una atención antes de 20 minutos como el con accidente cerebrovascular o mucho dolor. C3 es medianamente grave y que necesita atención antes de 45 a 60 minutos, por ejemplo, adulto mayor decaído, que necesite oxígeno o tenga fiebre.

Los C4 que no requieren tratamiento ni exámenes y los C5 que vienen por ejemplo con una neurobionta. Pacientes que deberían ir a un consultorio o un SAR porque no requieren de la urgencia. Su espera puede ser de hasta dos horas de día, pero en horario inhábil, donde quedamos con menos personal, puede llegar hasta 6 horas o indicarles que vengan otro día porque hay prioridad para los más graves.

– ¿Aún están con mucho personal con licencia, por agotamiento generado por la Covid-19?

-El tema de la ausencia laboral por pandemia no está ajena. Hay veces que tenemos un 50% de personal reemplazante.

Hay manifestación o queja por cansancio, agotamiento o las condiciones de sobrecarga. También es un desafío acompañarlos en el agotamiento que de pronto es parte de la pega.

Nuestra labor como funcionario de salud que estará atento a este tipo de pandemia, que no es la primera en la vida, han habido muchas como la viruela que generaron un barrido en distintas poblaciones. Y lo que queremos es acompañarlos en esas situaciones y darles apoyo de medicina personal a quien lo requiera. Actividades de esparcimiento, pausas activas, retroalimentación para identificar personas que puedan estar con problemas psicosociales para activar la gestión del cuidado.

– ¿Cómo están preparados para la gripe aviar si llega a existir contagio de persona a persona?

-Hay un programa de vigilancia de enfermedades respiratorias nosotros como centro centinela podemos realizar PCR, aislarlos ante sospecha de tuberculosis o Covid.

El tema de la gripe aviar todavía no está en circulación de persona a persona, pero puede ser que haya, tal como empezó la pandemia, con casos aislados e irse modificando con instrucciones desde nivel central. Es el mismo protocolo con las enfermedades invernales. Aún estamos bajos en consultas respiratorias, por día tenemos 10 y en período álgido más de 100.