Tras conocerse que pronto se comenzará a elaborar un proyecto que busca intervenir el histórico parque urbano ubicado entre las calles Juan Martínez de Rozas y Rengo, dos historiadores y una arquitecta reflexionan sobre el impacto que traería a la ciudad.
Por Sebastián Rojas Guerstein
El “Cerro Amarillo”, uno de los parques urbanos menos visitado por los penquistas, desde hace años que sufre un deterioro preocupante en sus dependencias. En efecto, desde la Municipalidad de Concepción anunciaron que se pretende trabajar en un proyecto para su recuperación y modernización en el segundo semestre del presente año.
En ese sentido, el alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, comentó que “la idea es poder retomar desde el segundo semestre de este año un proyecto que permita recuperar y mejorar las condiciones del Cerro Amarillo”.
Recalcó que si bien hace unos años atrás se había conversado la idea de un proyecto que permitiese modernizar este espacio, el estallido social y la pandemia obligaron a cambiar las prioridades de financiamiento del municipio.
“Nosotros en un momento tuvimos la idea de poder generar un proyecto que fuera entre el Centro Creativo Concepción (C3), que está al frente de lo que fuera la Escuela República Argentina, y el Cerro Amarillo. Lamentablemente, después cambiaron las prioridades en cuanto a financiamiento por el estallido social y la pandemia”.
Sin embargo, estando las condiciones, el jefe comunal de Concepción reafirmó el compromiso diciendo que la idea es “poder generar un proyecto que mejore definitivamente lo que actualmente conocemos como ‘Cerro Amarillo’, para así potenciar este espacio público al servicio de la ciudadanía”.
Natalia Baeza, historiadora, doctora en Historia de la UdeC y directora de Extensión Cultural y Universitaria de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), comentó que “es un cerro que de por sí es relevante históricamente. A pesar de que este cerro fue cortado en variadas oportunidades para construir casas y edificios, el Cerro Gavilán, también llamado Cerro Amarillo, es un espacio que es histórico y es donde ocurrió un proceso relevante para lograr la independencia de nuestro país”.
La doctora en Historia comentó que este lugar, en donde ocurrió uno de los hechos relevantes que permitió, entre otras campañas, lograr la independencia de Chile (Batalla de Gavilán, 5 de mayo de 1817), debiese ser rehabilitado no solamente desde la arista paisajística y de seguridad, sino que también debe existir un objetivo patrimonial puesto que “la ciudad de Concepción se cataloga como ciudad de la Independencia, por lo tanto, es relevante que ese eslogan que se propone se vea reflejado en sitios donde se llevaron a cabo estas batallas por la independencia”.
En ese sentido, explicó que “se debe hacer una rehabilitación del espacio, y posterior a ello, una entrega de conocimiento de este mismo ya sea con señaléticas por parte de la misma municipalidad”.
Natalia Baeza, directora de Extensión Cultural y Universitaria de la Ucsc, comentó además que la rehabilitación de este espacio traería sin dudas beneficios para la sociedad. Por una parte, porque Concepción carece de espacios verdes estilo parques urbanos, y, además de su valor histórico, traería seguridad para los vecinos que viven cerca del Cerro Amarillo.
“Como historiadora, por sobre todo, y como directora de Extensión Cultural Universitaria de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, creo que las universidades, con este espacio rehabilitado, debemos hacernos cargo de que tanto nuestras comunidades universitarias como comunidades externas, conozcan y reconozcan estos espacios con historia”, concluyó la doctora en Historia, Natalia Baeza.
Desde otra mirada que refiere a los acontecimientos que una sociedad construye, el doctor y magíster en Historia de la UdeC, Rubén Elgueta, comentó que hay una cuestión fundamental que refiere al “derecho a la ciudad”, lo que, según comentó, consiste en el derecho de la ciudadanía a ocupar espacios caminando, recorriéndolos e impregnarse así de su historia, de la misma forma en que hacen propios esos espacios.
Al respecto, el historiador Rubén Elgueta dijo que “aquí sabemos que su nombre original era Cerro Gavilán, por ser un terreno donado particularmente por la señora Josefina Gavilán. Este acontecimiento ocurrió posterior al terremoto de 1751. (…) También estuvo la batalla del Cerro Gavilán en 1817, en la que evidentemente Juan Gregorio de Las Heras triunfa respecto al ejército español, antes de que llegara Bernardo O’Higgins con el ejército libertado desde Argentina”.
Sin embargo, hizo un énfasis en que, si bien “el Cerro Amarillo tiene un valor histórico evidentemente, también tiene un valor que va más allá de lo histórico, que es más bien social. (…) Yo tiendo a pensar que esas historias épicas de militares ya no tienen mucho sentido para las personas de hoy, quizás es algo distante y ajena”.
Añadió que “hoy están más latentes otras problemáticas sociales, culturales, incluso los micro relatos sociales que evidentemente alimentan la vida cotidiana e histórica de la ciudad”.
En esa misma línea, el historiador comentó que lo más interesante es que, de revitalizarse el espacio, el ciudadano de hoy puede comenzar a escribir una nueva historia del Cerro Amarillo, reconociendo e impregnándose de lo que allí, siglos atrás, ocurrió. “Podríamos hablar de eso, y, es más, la gente es constructora de la historia de la ciudad”, dijo el doctor en Historia, Rubén Elgueta.
Mabel Alarcón, arquitecta y profesora asociada al Departamento de Urbanismo de la UdeC, comentó que “hay que poner de manifiesto que el Cerro Amarillo es un elemento de carácter natural, geográfico, súper importante en la historia de Concepción. Era una suerte de cordón montañoso que existía en la zona norte de la ciudad que fue dinamitado en algunos sectores para poder abrir calles. Lo que hoy día conocemos como Cerro Amarillo es un fragmento de lo que originalmente era”.
Explicó que la importancia del Cerro Amarillo recae en comprender la historia de cómo originalmente era la ciudad y de cómo la ciudad, a través de su planificación, fue transformando el territorio.
En esa línea, dijo que “por la forma en que Concepción se desarrolló urbanísticamente hacia ese sector, se volvió un área deteriorada. O sea, hoy día es un lugar reconocible para los penquistas, pero han pasado muchas cosas que han deteriorado el lugar como la construcción de edificios en alturas, la instalación de áreas industriales, había lugares que eran habitados de forma irregular, etc.”.
La arquitecta recordó cuando años atrás, entre 2014-2015, dirigió el proyecto de título de un estudiante de arquitectura de la UdeC, quien hoy dijo “ya es un colega”, llamado Rodrigo Peña, penquista que hoy vive en Inglaterra.
“En ese tiempo, él estaba muy preocupado de poner en valor elementos naturales e históricos de la ciudad, y desarrolló una propuesta de recuperación del Cerro (Amarillo), y además proponía crear un museo paleontológico dado que habían noticias de que se habían encontrado vestigios prehistóricos”, dijo la arquitecta Mabel Alarcón.
Respecto a si es que se llega a potenciar un proyecto, como bien dijo el alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, para rehabilitar este espacio, Mabel Alarcón señaló que “me parece que es súper importante, las ciudades también tienen que ser capaces no solo de modificar y destruir sus lugares, sino también de reconstruirlos cuando se hace una reflexión seria y social sobre el valor que tienen”.