Cada 21 de marzo se busca generar conciencia sobre el síndrome de Down. El abordaje desde la educación y la formación de profesores es relevante y tiene a la inclusión como paradigma central.
Desde el año 2011 que la Organización de Naciones Unidas designó el 21 de marzo como el Día Mundial del Síndrome de Down. Con esto, la ONU busca generar mayor conciencia pública sobre el tema, y recordar la dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual.
El síndrome de Down es una alteración genética causada por la existencia de material genético extra en el cromosoma 21, que se traduce en discapacidad intelectual. Su incidencia estimada a nivel mundial se sitúa entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 1.100 recién nacidos.
Los avances sociales y médicos han conseguido mejorar la calidad de vida y la salud de quienes sufren este trastorno genético, con lo que la expectativa de vida ha aumentado de 10 años hasta superar incluso los 50 años.
La educación juega un papel relevante a la hora de generar conciencia y fomentar la inclusión. Un trabajo que desde la carrera de Educación Diferencial desarrollan diariamente en la formación de los y las futuras profesionales. Su jefa de carrera, Roxana Serra Eriz, señaló que entre los avances que se pueden mencionar está el pasar de un paradigma de integración a uno de inclusión de las personas con discapacidad intelectual. “En Chile estamos transitando este cambio, que ha permitido poner a la discapacidad bajo un enfoque de derecho, afirmado en las políticas con las que hoy contamos, que garantizan el acceso a un currículum común a todas las personas”.
Esto significa que se pasó de considerar que el estudiante debía amoldarse al sistema (integración) a la idea de que los sistemas deben adaptarse a cada estudiante (inclusión). En esto, los futuros profesionales juegan un rol decisivo. Es por ello que, desde la carrera y la Facultad “existe un eje de formación práctica, que permite que tempranamente los profesores en formación entren en contacto con el aula, lo que permite percibir cómo funciona, y enfrentar esta diversidad, para articular la teoría con la práctica”.
La carrera de Educación Diferencial recibió este año a 45 nuevos estudiantes, quienes se integraron con la expectativa de obtener formación en esta área. Se trata de una rama de la Pedagogía que mantiene su demanda, por diversas razones. “Todavía es una carrera con alta demanda, entre otras cosas, porque dentro del sistema escolar y los estudiantes que quieren estudiar Pedagogía es altamente motivante por la temática, que tiene relación con la discapacidad, entonces tiene un rol social importante. También los estudiantes están sensibilizados por derribar las barreras de la discriminación. Además, esta carrera aún tiene un campo laboral amplio, porque está relacionada con Psicología y tiene un componente del área de la salud”.
Respecto de la celebración de este 21 de marzo, Serra señaló que los estudiantes se encuentran planificando algunas actividades. Esto, como parte del abanico de formación que tiene la carrera. “Entregamos el título de educador o educadora diferencial con la mención de Discapacidad Intelectual. Sabemos que el síndrome de Down cursa con discapacidad intelectual en distintos grados y es para lo que estamos preparados fuertemente”.