Se han registrado consultas en el Cesfam de San Vicente, producto de síntomas asociados a este evento. Seremi de Medioambiente confirmó que esto se debe a la intensificación de la actividad pesquera.
La seremi de Salud de la Región del Biobío dispuso la fiscalización de empresas pesqueras presentes en Talcahuano a propósito de los episodios de malos olores que hace varios días afectan a los habitantes de la comuna, quienes describen el ambiente como muy desagradable.
El seremi de Medio Ambiente de la Región del Biobío, Oscar Reicher, confirmó este escenario, y sostuvo que “el evento de olores que se percibió durante las últimas horas, se debió a una intensificación de los procesos artesanales e industriales de algunos recursos hidrobiológicos, según lo que se determinó en base a la información reportada por la Seremi de Economía”.
“Esta situación pone en relevancia la necesidad de una norma de olores para el sector pesquero, pues hay en total 32 fuentes emisoras existentes ubicadas en todo el territorio nacional y 23 plantas de aceite y harina de pescado, incluyendo plantas reductoras, están concentradas en la Región del Biobío”, agregó el seremi.
Vale consignar que la citada norma se encuentra en pleno proceso de participación ciudadana que se extiende desde el 13 de febrero al 10 de mayo de 2023, siendo ejecutado por el Ministerio de Medio Ambiente, en abril se realizará el proceso de talleres presenciales en Coronel.
La opinión generalizada de los choreros al referirse a los malos olores es que les ha traído un claro recuerdo de episodios que ocurrían hace muchos años en que vivir en la comuna puerto era un estigma por la contaminación.
Así lo relató Víctor Inostroza, vecino del sector Arenal, quien señaló que “acá en los noventas todos sufríamos de bronquitis y enfermedades respiratorias por la contaminación. Y ahora hace unos días se hizo insostenible. Mi hermana ha estado con náuseas, dolores de cabeza, con ganas de vomitar”.
“Mis vecinos todos comentan lo mismo, todos con los mismos síntomas. El olor es muy asqueroso, mi hermana es educadora de párvulo y trabaja en los cerros de Talcahuano y cuenta que los niños llegan igual con dolor de cabeza”, comentó Inostroza.
En tanto, Claudia Soto, vecina del sector Arenal y trabajadora en la bentoteca Marina, señaló que hace tres días se sienten los malos olores. “Hoy en la mañana fue más fuerte el olor, no sabemos de donde proviene porque se siente de todas partes. Es muy hediondo, algo que hace muchos años que no sentíamos, es como en los noventas, era terrible, cuando procesaban la harina de pescado, ahí sí que estaba peor”, indicó Soto.
“Cuando salí de la casa, ese recuerdo me vino de los años noventas o finales de los ochentas. Aquí en la bentoteca que la gente viene a almorzar y el aroma los aleja de acá. Nos han preguntado qué pasa, creen que los locales en el interior están impregnados también y no es así. Esto ya no es lo normal, ya habíamos perdido el recuerdo de este olor, pero es impresionante cómo el olfato nos activa los recuerdos”, afirmó Claudia Soto.
Por su parte, Silvia Sepúlveda, dueña de la bentoteca Mar y Sol, estableció que “ha sido un olor muy fuerte, incluso hoy más que los otros días. Yo vivo en Perales y se siente súper fuerte ya desde ese sector, yo conversaba con mi hermano y nos acordábamos que era como en los años ochentas”.
“En la bentoteca, yo creo que ha bajado la cantidad de los clientes más porque se ha acabado el verano, pero no es para nada agradable estar en un lugar así”, comentó Silvia Sepúlveda y agregó que en un principio el olor estaba localizado en el sector Gaete, pero con el correr de los días se ha intensificado y llegado más lejos.
La directora de Medioambiente de la Municipalidad de Talcahuano, Solange Jara, estableció que “los olores que se han sentido durante la semana en la comuna de Talcahuano, se deben principalmente a la actividad pesquera que se desarrolla durante los meses de marzo y mayo, producto de los desembarques de sardinas y anchovetas”.
La acción de la Dirección de Medioambiente de Talcahuano ha sido solicitar a las autoridades competentes en temas pesqueros y de salud fiscalizar la situación desde sus respectivas competencias.
“Estas solicitudes se realizaron entre miércoles y jueves, y la Autoridad Sanitaria nos ha indicado que el viernes se fiscalizaron dos plantas para verificar el cumplimiento y procesamiento de la materia que ellos han recibido”, señaló Solange Jara.
Además, consultada la Municipalidad del puerto, sobre la situación en centros asistenciales de su administración sobre personas con problemas de salud a raíz de los malos olores, señalaron que se reportan casos de consultas solamente en el Cesfam de San Vicente. Esto por dolores de cabeza, principalmente.
Desde el Servicio de Salud Talcahuano, al preguntar por consultas en el Hospital Higueras, dijeron que, hasta el momento, no han registrado ingresos por ese concepto.
Todo lo anterior también ha traído consecuencias en la actividad económica de la ciudad y sus alrededores. A través de un comunicado la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), anunció que cerró el viernes las plantas procesadoras debido a que “la cantidad de materia prima excede por completo la capacidad de las plantas de proceso y los sistemas de mitigación ambiental y abatimiento de olores, pues la pesca que finalmente se procesa está en malas condiciones”.
Por su parte, desde la Dirección Servicio Nacional de Pesca de la Región del Biobío, afirmaron que “desde Sernapesca se está coordinando una reunión la otra semana con Subpesca y Asipes para tratar este asunto, en conjunto, para buscar una solución”.
Vale recordar que este no es el primer caso de carácter ambiental que se registra durante este año en Talcahuano.
El 1 de marzo la concejala ecologista por la comuna, Valeria Vargas, denunciaba el episodio de contaminación en las lagunas Recamo y Redacamo.
Situación en la cual, el origen también fue la industria pesquera, en este caso los riles o aguas industriales de una pesquera cercana, que tal como relató la concejala, deberían irse por la redes de alcantarillado, pero producto de una mala conexión comenzó a caer en la red de aguas lluvias y llegó a la laguna.
En esa ocasión, se optó por una medida de mitigación para evitar que muriera la biodiversidad presente.