Automedicación: un problema de salud pública que puede traer graves consecuencias

19 de Febrero 2023 | Publicado por: Ximena Valenzuela
Fotografía: Carolina Echagüe

Bajas de azúcar, alzas de presión, intoxicaciones y resistencia bacteriana a los antibióticos son parte de sus efectos. Venta en ferias libres e internet propicia la administración de fármacos sin receta. Analgésicos y anti inflamatorios son los más usados.

Analgésicos, anti inflamatorios, antibióticos, medicamentos para adelgazar y benzodiacepinas, que ayudan a controlar trastornos de ansiedad y angustia, son parte de una gran lista de fármacos que, tanto en la Región como a nivel país, se venden de forma irregular. Se pueden comprar por internet y ferias libres sin receta médica que avale la necesidad de administrar un medicamento para tal o cual patología.

Dependencia, enmascaramiento de procesos clínicos graves, retraso de diagnóstico y de tratamiento adecuado, así como interacción con otros fármacos que la persona tome y, episodios de intoxicación grave son parte las consecuencias que puede acarrear la automedicación.

Pacientes crónicos como diabéticos, hipertensos y cardiacos podrían, incluso, poner su vida en riesgo al automedicarse. Precisamente este fue el caso de la penquista Jessica Lagos, que siendo hipertensa y resistente a la insulina, se automedicó para terminar con las molestias urinarias que sentía. A los 2 Propanolol de 50 miligramos que tiene indicados al día, además de Metformina de 500 miligramos para regular el azúcar, sumó una Nitrofurantoína.

“Nunca pensé que me haría mal. Me lo había dado antes el médico para tratar la cistitis, pero de pronto me empecé a hinchar, aparecieron manchas rojas en mi cuerpo y me tuvieron que poner una inyección a la vena y darme corticoides para superarlo. Según me dijo el doctor, era una alergia al medicamento”.

Así como Lagos son cientos las personas en Chile que a diario aceptan consejos de familiares y amigos para automedicarse. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel global se recetan, dispensan o se venden de forma inadecuada más del 50% de los medicamentos. Lo que se agrava considerando que un tercio de la población no tiene acceso a medicamentos esenciales y un 50% los toma de forma incorrecta.

Roberto Sanhueza, jefe de la Unidad de Emergencia del Hospital Regional, aseveró que la automedicación es un problema complejo en Chile, que aumentó con la pandemia. “En Chile cerca del 58% de la población se automedica una vez al año”, aseveró.

El facultativo explicó que la automedicación existe porque la gente no tiene acceso oportuno a una hora de atención médica para acceder a una receta. “En las ferias libres aumentó en forma exponencial la venta de medicamentos donde no se tiene certeza que sea real el producto, si está vencido o de sus componentes”, dijo, y agregó que la venta ilegal también se da a través de redes sociales y, muchas veces, a precios más altos que los de farmacias que exigen la receta.

De ahí la preocupación que el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) mostró en sus redes sociales, realizando un llamado a la comunidad que vivió situaciones de emergencia producto de los incendios forestales y que está presentando síntomas de ansiedad y angustia a no hacer uso de benzodiacepinas si no cuentan con una receta médica.
Somnolencia, disminución del estado de alerta, interacción con otras sustancia, incluido el alcohol son parte de las complicaciones que pueden traer las benzodiacepinas . Además, el Senda solicitó a quienes ya cuentan con un tratamiento de salud mental a no cambiar ni aumentar la dosis indicada por el médico.

El uso racional y responsable de los medicamentos, según explicó el seremi de Salud, Eduardo Barra, permite optimizar los resultados farmacológicos, disminuir los efectos adversos y generar un menor gasto para el Estado y la población.
Recalcó que dosis y tiempo de prescripción del fármaco deben ser respetados, constatando que no estén vencidos, y sólo adquirirlos en lugares autorizados para asegurar que sus componentes no estén dañados, por malas condiciones de almacenamiento.

Interacciones y consecuencias

Experiencia del paciente en una patología similar, que podría presentar los mismos síntomas, recomendación de amigos y familiares, además de dosis inadecuada del fármaco pueden generar consecuencias, especialmente, en pacientes crónicos.

Jorge Fuentealba, químico farmacéutico y decano de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción, aseveró que la interacción de medicamentos puede impulsar complicaciones en pacientes crónicos. “Con los diabéticos hay que tener cuidado, el uso crónico de corticoides puede alterar los niveles de glicemia. En los hipertensos un simple medicamento para el resfrío, como un antigripal o antiestamínico puede hacer subir la presión producto de sus principios activos, descompensándolo”.

Personas que tienen gastritis, que deciden tomar un analgésico o anti inflamatorios como el Ibuprofeno y el Diclofenaco, corren el riesgo de que su gastritis pase a ser una úlcera. Para un estudio de bioequivalencia de fármacos, realizado en 2012 por la Universidad de Concepción, se requirió 100 muestras de sangre al Hospital Regional. “Necesitábamos muestras libres de medicamentos, pero de 100, 95 arrojaban la presencia de Ibuprofeno. Lo que demostró el consumo indiscriminado en la población penquista y, lo mismo pasa con el Paracetamol”, complementó.

El especialista aseguró que la venta de medicamentos en ferias libres es un drama con el que el gremio farmacéutico ha luchado por años, pues quienes se automedican no cuentan con diagnóstico, dosis adecuada para su patología ni condiciones adecuadas de temperatura y humedad. “Un caso emblemático es la Dipirona, que hasta hace unos años tenía un envoltorio amarillo, precisamente, porque es un medicamento sensible a la luz y se descomponía. En las ferias lo vendían a pleno sol, que puede incluso dañar el hígado”, comentó Fuentealba.

Así también la humedad de un fármaco mal almacenado puede generar una infección por hongos a quien tome un medicamento y, en el caso de los vencidos que el efecto sea mucho menor. “Se realizan estudios para establecer la vigencia del medicamento. Luego del vencimiento baja su efecto”, agregó.

Resistencia antibiótica

Según la Organización Mundial de la Salud la resistencia bacteriana a los antibióticos, generada por la automedicación, impulsará de aquí a 2050 el fallecimiento de 10 millones de personas, cifra que, incluso, podría superar a las víctimas de Covid-19.

Y es que, según Elmer Torres, vicepresidente de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos, lo usual es que cuando las personas se sienten resfriadas compran amoxicilina en la feria del barrio, sin saber si tienen un virus, una bacteria u otra enfermedad que genera síntomas similares, lo que puede significar un peligro para la salud o de plano una resistencia a los antibióticos por uso indiscriminado.

Recalcó que la resistencia a los antibióticos es tema de salud mundial, que está perjudicando el éxito en el tratamiento de diversas infecciones causadas por bacterias y, lamentó que pese a las fiscalizaciones que realiza la autoridad sanitaria existe una alta venta de medicamentos, entre ellos antibióticos, en el comercio informal.

“Es fácil encontrar maletas con fármacos en la vía pública, ferias libres (…) cuyas condiciones de almacenamiento no son las adecuadas, por lo que es muy probable que la calidad terapéutica de los mismos se encuentre alterada, comprometiendo la salud y vida de quienes los consumen. Este comercio informal sólo agrava la problemática de la resistencia a los antibióticos, ya que incentiva el consumo de los mismos sin supervisión médica”, acotó.

La doctora en Ciencias y docente de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, Rosalba Lagos, afirmó que la aparición de patógenos virulentos como el Enterococcus faecium que causan infecciones como: endocarditis, urinarias, intra abdominales, prostatitis, celulitis e infecciones de las heridas, así como bacteriemias concurrentes.

Otros como el Staphylococcus aureus pueden causar neumonía, infecciones de las válvulas cardíacas e infecciones óseas y la Klebsiella pneumoniae pueden ocasionar infecciones del tracto urinario, del tracto biliar, infección del sitio quirúrgico, osteomielitis, meningitis, bacteriemia y septicemia.

De ahí que la especialista afirme que una persona con resistencia a los antibióticos tiene menos posibilidad de sobrevivir a la enfermedad.

Control del dolor

Una señal clara, que evidencia que algo no anda bien, es el dolor. Puede manifestarse como hormigueo, pinchazo, ardor, picadura o una molestia difícil de graficar que puede ser intermitente o constante. Pueden ser agudos y de rápida evolución, o bien, crónicos que en algunos casos producen una condición invalidante.

“En el día a día, el dolor es uno de los principales motivos de consulta en las farmacias y nuestra labor es indicarle al paciente cuál sería la mejor opción para cada uno, ya sea derivar al médico, realizar alguna indicación sobre algún analgésico de venta libre o cómo orientarlo para que tome la decisión correcta dependiendo de cómo evolucione la molestia. Por eso, es fundamental evitar la automedicación ya que el dolor podría ser un síntoma de algo mayor”, señala Paula Molina, química farmacéutica de Farmacias Ahumada.

La solución ideal, dijo la profesional, es eliminar la causa que provoca dolor por lo que la atención de un especialista y un diagnóstico claro son necesarios.

Los antiinflamatorios no esteroideos (Aine), entre los que se encuentra el paracetamol, ibuprofeno o el diclofenaco, entre otros, constituyen la primera línea en el tratamiento farmacológico del dolor, siendo el grupo de medicamentos de mayor consumo en el país. Su mecanismo de acción se basa en la inhibición de la ciclooxigenasa (COX) enzima que juega un papel fundamental en la formación de la señal del dolor, por lo que suelen ser muy eficaces para tratar dolores más frecuentes. En tratamientos cortos y dosis recomendadas son muy seguros.

La especialista dijo que una de las normas básicas es que estos medicamentos deben utilizarse en la menor dosis posible, que sea suficiente para eliminar el dolor. “Aumentar la dosis no hará que el medicamento aumente su eficacia analgésica. Por el contrario, su abuso (ya sea por dosis altas o por tiempos prolongados) puede traer consecuencias graves”, sentenció.

Cabe destacar que según el Instituto de Salud Pública (ISP), una de las principales causas de intoxicaciones agudas notificadas es por el abuso de los medicamentos analgésicos.