Hasta un año de recuperación pueden tener las especies que presentan quemaduras graves. Solicitan ayuda económica y voluntarios.
Los incendios forestales no tuvieron benevolencia con nadie que estuviera a su paso, ni siquiera con los animales. Más de mil 500 han sido atendidos a nivel Regional por el Colegio Médico Veterinario (Colmevet), 690 de ellos en Santa Juana, una de las comunas más afectadas por el fuego.
“Hemos atendido en Santa Juana patos, gallinas, chivos, ovejas , cerdos, vacunos, gatos, perros y equinos. Además de fauna silvestre que se ha encontrado en el área y que han sido derivados al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) como pudués, conejos y guiñas. Lamentablemente de estos 690 animales aproximadamente 10 han fallecido”, dijo Evelyn Salas, secretaria del consejo regional del Colmevet.
Entre un mes y un mes y medio se estima el tiempo de recuperación de animales que sufrieron quemaduras leves, mientras que en los con quemaduras graves, que requieran pabellón, injertos y hospitalización, el tiempo para mejorarse podría extenderse hasta cuatro meses. Terapias que, según Salas, tienen un alto costo. No cuantificó el monto, pero aseguró que son similares a los de un ser humano en recuperación.
De ahí la importancia de contar con voluntarios como es el caso de José Vega, egresado de Medicina Veterinaria de la Universidad de Concepción, santajuanino que a diario desde que se inició la emergencia ha acudido a los lugares siniestrados para ir en ayuda de los animales.
“Nunca pensé ver un desastre así es algo nuevo e impactante. Hemos presenciado muchos heridos y muertos. Llegamos a Tricauco, Tanahuillíun, Colico, Paso Hondo y Purgatorio, entre otros más, donde me he concentrado en el área de animales mayores. Hemos visto más de 50, la mayoría ovejas y vacas que están heridas, con quemaduras, deshidratación y neumonía por inhalación de humo que si no tienen atención temprana puede llevarlos a la muerte”, dijo Vega.
El primer trabajo es la estabilización del paciente, desinfección de heridas y vendaje para ayudar a la recuperación, por ejemplo, de pezuñas que resultaron quemadas. “Nos están llegando insumos del Colmevet, pero no estaría demás recibir aportes como gasa en rollos y suero ringer lactato (que proporciona agua y sodio, potasio y calcio), además de forraje”, dijo.
Carla Timmermann, coordinadora de la Comisión de Respuesta a Desastres del Colmevet Biobío, agradeció donaciones de recursos y de insumos para enfrentar la situación, pero recordó que la emergencia no ha terminado por lo que es importante la colaboración de integrantes del gremio para participar como voluntarios, inscribiéndose en bit.ly/InscripcionVoluntariosColmevet.
Además solicitó a la comunidad aportar con recursos para medicamentos e insumos en la cuenta corriente que el Colmevet tiene en Banco Estado: número 62900097382, Rut 70.020.300-K.
De los más de mil 500 animales atendidos, 200 están hospitalizados. “Esto incluye a los pacientes que deben volver de forma diaria a los centros a hacer curaciones, ya que pueden tener distintas complicaciones a raíz de sus quemaduras. Por ejemplo, en los animales mayores, los primeros días puede haber shock hipovolémico, falla renal, hemólisis e hipoproteinemia. Luego en días posteriores se ven complicaciones en sus pezuñas, laminitis, necrosis de ubres en vacas, úlceras corneales, edema pulmonar, broncoconstricción, infecciones secundarias, insuficiencia pulmonar aguada, necrosis, tos y desbalance electrolítico”.
Para esto en la Región existen distintos puntos de atención con hospitalizados, como el gimnasio municipal y otras clínicas en Tomé; el centro de atención veterinaria primaria en la escuela Recaredo Vigueras de Santa Juana y, camino a Florida, a la altura del puente 4 la estación experimental de la Universidad de Las Américas.
“Hay otras clínicas que nos ayudan en la hospitalización de pacientes más graves como: Cedivet, Hospital Veterinario de Concepción, Fedelta Mascotte, Tribu Animal y el hospital veterinario de Talcahuano. También, hay clínicas en Los Ángeles y Dichato. Para la atención de quinos, el Club Hípico de Concepción nos prestó sus instalaciones, maquinaria y especialistas para poder tratar a los equinos más graves”, dijo Salas.