El secretario de Estado aseguró que se realizará un plan de restauración de flora y fauna local. Además, abordarán riesgos de remoción en masa y vigilancia con drones para detectar animales muertos en cuerpos de agua.
Los incendios forestales, que hasta el momento han consumido 190 mil hectáreas en la Región, han generado un verdadero desastre medioambiental. El primer reporte del Ministerio de Medioambiente habla de grave daño a especies como zorro de Darwin, pudués y en flora, principalmente, los bosques nativos de Queule.
El ministro (s) de Medioambiente, Maximiliano Proaño, se trasladó hasta Santa Juana, una de las zonas más afectadas por el fuego en Biobío, lugar donde se comprometió con la alcaldesa Ana Albornoz a realizar un plan de restauración ecológica, que enfrente la crisis climática y la pérdida de biodiversidad que generó la catástrofe.
Proaño destacó que casi la mitad de la superficie quemada, desde el Maule a La Araucanía, está en la Región y señaló que pese a que aún están en etapa de emergencia, paralelamente trabajan en la evaluación de daños, tarea que están realizando con apoyo de Conaf, entidad que además está abocada al combate de incendios. “La evaluación de riesgos es de aquí a marzo (…) aunque depende de cómo progrese la emergencia, para el fin de semana están pronosticadas alzas de temperaturas, tenemos que estar preparados para que no hayan nuevos focos, controlar la emergencia y que no existan otros incendios”.
El plan de restauración, detalló el ministro (s) de Medioambiente, pasa por reforestar con especies nativas las fajas de cuencas y prepararnos mejor para el futuro, comprendiendo que la crisis climática llegó para quedarse. “Las olas de calor, según evidencia científica, van subiendo, son más frecuentes y existe una caída de las precipitaciones, situaciones propicias para incendios de estas características que, lamentablemente, en el futuro seguirán sucediendo. La responsabilidad que tenemos es adaptarnos como país para que estos riesgos tengan los menos impactos posibles”.
La tarea implicará, dijo, una planificación mejor del territorio para que en las zonas pobladas existan áreas buffer, libres de vegetación, alejadas de las plantaciones forestales, así como que se disponga de recursos hídricos disponibles como piscinas y estanques para poder atenuar y estar mejor preparados para las emergencias como la vivida en Biobío.
“Algunos cambios pasan por mayor regulación y otras por políticas públicas. La misma Ley de Cambio Climático considera y está en desarrollo, el plan de adaptación para el sector silvoagropecuario, que aportará con instrumentos adecuados para estar mejor preparados para este impacto y también tenemos el plan nacional de restauración de paisajes, que también está vigente y nos va a servir mucho para este proceso que estamos iniciando como ministerio de Medio Ambiente en conjunto con otros como Vivienda y Obras Públicas”.
Para costear el plan de restauración ecológica, además de los recursos asignados a la cartera, ya se está en conversación con el Gobierno Regional (Gore) para obtener aportes, a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (Fndr).
Uno de los peligros latentes, que según el ministro (s) deben trabajar con celeridad es el riesgo de remoción en masa, que puede generarse con las lluvias, tarea para la que están trabajando coordinadamente con Obras Públicas.
Además, dijo que se realizarán sobrevuelos con drones sobre los cuerpos de agua y cuencas para identificar la presencia de animales muertos que deben ser retirados a la brevedad para evitar la contaminación del agua y con ello una crisis sanitaria.
Proaño agradeció la labor realizada por los brigadistas durante la emergencia y llamó a la comunidad a estar alerta, tener los resguardos necesarios ante episodios de mala calidad del aire, a seguir colaborando con los damnificados y reiteró el compromiso del Gobierno para restaurar el patrimonio natural.