Fecha conmemorativa y de puesta en valor para quienes combaten incendios forestales. Tras un fatal accidente ocurrido el 15 de febrero del 2009, se fijó este día como la fecha en que se recuerda a los mártires y se reconoce el trabajo de los brigadistas de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
Por Sebastián Rojas Guerstein
Allá en donde el fuego se expande por los bosques, siempre hay una primera línea que lucha por extinguirlo. Vestidos con chaquetas amarillas, pantalones cafés, una mochila ligera y el rastrillo o la pala como herramienta principal, y muchas veces con los rostros sudorosos y teñidos por el hollín, los brigadistas forestales del país cumplen cada año con su misión.
Y cada 15 de febrero, el país los conmemora en el “Día Nacional del Brigadista Forestal”.
La elección de esta fecha responde a la tragedia que ocurrió en la región del Maule en 2009, en donde 12 brigadistas forestales y un piloto de helicóptero fallecieron tras estrellarse en tierra.
Este día de memoria se oficializó el 2 de junio del 2009 a través del Decreto Supremo N°47 del Ministerio de Agricultura, inmortalizando así una jornada para reconocer y destacar la labor que conllevan los brigadistas forestales como para recordar a los mártires.
Así, el director ejecutivo de Conaf, Christian Little, explicó que “los y las brigadistas cuentan con un espíritu de perseverancia, voluntad, resiliencia y de trabajo en equipo”.
Y para Roberto Pérez, coordinador de la Brigada Helitrasportada y brigadista hace 20 años, ser brigadista significa “siempre seguir adelante, siempre seguir luchando por un objetivo que es ojalá tener cero incendios en nuestro país. Siempre luchar”.
En el marco de esta conmemoración, falleció el primer brigadista en la contingencia actual tras la caída de un árbol mientras realizaba un cortafuego en la comuna de Angol.
Corría el año 2009 cuando 12 brigadistas forestales pertenecientes a la empresa Celulosa Arauco y Constitución (Celco), junto al piloto del helicóptero UH1H de la compañía Flight Service, que prestaba servicios a la misma forestal, volaron con destino a Chanco, comuna de la región del Maule que era azotada por las llamas.
Aunque emprendieron vuelo sin complicaciones hacia la zona de combate, circunstancias adversas a la vida les impidieron llegar a destino.
Instantes después de la tragedia, la ex gobernadora de Cauquenes, Angélica Sáez, confirmaba el suceso a través de la televisión pública, comentando además que las edades de los fallecidos estaban entre los 18 y 30 años.
Dos hipótesis principales surgieron a través del tiempo para dar una respuesta a la tragedia: la causa habría sido por una falla mecánica que hizo explotar al helicóptero, o bien, el piloto del UH1H habría perdido el control de la nave por la escasa visibilidad que cubría como un manto a La Vega de Chanco.
Lo concreto es que, tras el fatal accidente, una fecha vino a unir las piezas de tristeza, nostalgia, memoria y gallardía. Data impulsada por la entonces ministra de Agricultura, Marigen Hornkhol y parlamentarios, y siendo bien recibida por la ex Presidenta Michelle Bachelet, finalmente, se les otorgó a los mártires una fecha en su honor para descansar en el recuerdo, y a los brigadistas, un día en donde se les reconoce y valora su labor.
Y así lo realza el director ejecutivo de la corporación, afirmando que “Conaf posee un equipo humano y técnico sobresaliente. Los brigadistas son esenciales para el control y combate de incendios”.
Little añadió que “ellos son fundamentales, entendiendo que los incendios se apagan en tierra, los recursos aéreos complementan la tarea”.
A nivel nacional, Conaf cuenta actualmente con 70 aeronaves y 262 brigadas. Además, en este último tiempo, se han contratado 2 mil 357 brigadistas con lo que, explicó el director ejecutivo de la Corporación, ha permitido apagar el 86% de los incendios antes de cinco hectáreas de los 3 mil 841 eventos en que han trabajado.
Y el trabajo no cesará. Por el contrario, en palabras de Christian Little, “los brigadistas están en una constante labor formativa, tanto en operaciones terrestres, aéreas, de seguridad y de factor humano. La labor que estamos realizando día a día es profesional”.
El factor humano, por su parte, Roberto Pérez lo hizo resaltar al comentar el por qué decidió ser brigadista: “la motivación principal es sentirme feliz de ayudar a la gente. Poder ayudar a un vecino que se le esté quemando su terreno, su propiedad. Eso me motiva a seguir adelante”.