Sentimientos de temor, rabia y miedo podrían persistir hasta por un mes. Se recomienda hablar el problema con niños y darles tranquilidad.
Los incendios forestales no sólo han arrasado con 190 mil hectáreas, mil 119 viviendas y cobrado la vida de 17 personas en la Región, sino que además están provocando altos niveles de ansiedad y desesperación, especialmente, en quienes sufrieron in situ el paso del fuego.
“Acá la mayoría de las casas se quemaron, la gente no sacó nada, salieron con lo puesto porque el fuego avanzó rápidamente. Los Bomberos no daban abasto, incluso, se cortó el agua y no se pudo hacer nada, nada sólo salir corriendo”, recordó visiblemente afectada Camila Cárdenas, del cerro El Santo en Tomé.
El recuerdo vívido de Cárdenas parte del llamado trauma. “Es un hecho extremo, impactante, suele considerarse una experiencia que constituye una amenaza para la integridad física o psicológica de las personas y que está frecuentemente asociada a la vivencia de caos, confusión, fragmentación del recuerdo, horror y que tiene un carácter inenarrable e incomprensible”, dijo la doctora en psicología e integrante de la Asociación Chile de Estrés Traumático, Paulina Rincón a Radio UdeC.
Hasta el momento, según detalló el seremi de Salud, Eduardo Barra, a nivel de la red sanitaria se han atendido a 281 personas por trastornos de salud mental derivados de los incendios forestales que, en general, presentaron problemas de irritabilidad, trastornos ansiosos, pena, tristeza y conductas violentas.
Para hacer frente a esta emergencia de salud mental el Ministerio de Salud cuenta a nivel regional con mil 295 profesionales: 623 psicólogos, 160 psiquiatras, así como de 268 médicos y 244 enfermeros con entrenamiento en el área.
Javier Gamboa, subdirector de gestión asistencial del Servicio de Salud Concepción, aseveró que las situaciones catastróficas afectan el ánimo y producen dolor en las personas que a la larga se transforman en problemas de salud mental. Por lo que se están desplegando a las diversas zonas afectadas con equipos de psicotrauma conformados por psiquiatras, psicólogos y asistentes sociales para apoyar a las víctimas del incendio.
Las víctimas de una catástrofe, explicó la vicerrectora de la Universidad de Concepción Paulina Rincón, pueden presentar sentimientos variados como rabia e ira hacia quienes creen que causaron el desastre, hacia quienes no hicieron nada para evitarlo, sentirse indefensos e incluso culpables, pensando que podría haber hecho algo para controlarlo.
“Pesadillas, dificultades para dormir, conciliar el sueño o mantenerlo, insomnio de despertar, tensión, nerviosismo, agitación, taquicardia y mareos, entre muchas, son reacciones normales frente a una situación que es anormal como estar viviendo la amenaza de un incendio”, dijo Rincón y agregó que si en un mes la situación sigue igual las personas afectadas deben pedir apoyo profesional.
Fernando Marchant, psicólogo de Vidaintegra, concordó con Rincón en que es esperable que los sentimientos y síntomas se mantengan hasta por un mes, pero agregó que de mantenerse se pueden generar cuadros depresivos, ansiedad y el estrés post traumático como tal.
Ante la presunción de intencionalidad en los incendios, Juan Pablo Westphal, psicólogo de Clínica Santa María, aseveró que se generan sentimientos de frustración, injusticia y desamparo. “Una recomendación es, dentro de lo posible, no caer en la rabia y en el dolor de buscar culpables. Es aconsejable tomarlo con calma, fortaleza y también con mucha valentía”, acotó.
“Las personas que han perdido sus casas, campos o terrenos, enfrentan emociones muy difíciles de digerir y de sobrellevar. Les sugiero buscar apoyo para enfrentar estas sensaciones, que acudan en el mediano y largo plazo a psicólogos, psiquiatras de clínicas, hospitales, consultorios o incluso en formato online, que también es de gran ayuda. No lo miren como una debilidad. Esto les permitirá volver a levantarse”, agregó Westphal.
Los niños también pueden resultar afectados. “A muchos menores de edad se les quemaron sus casas, sus pertenencias y tienen que estar en albergues. Ven el riesgo que corren junto a sus familias. Las imágenes del fuego, de cenizas cayendo, el humo, también los asusta”, afirmó Jennifer Conejero, psicóloga infantojuvenil de Clínica Santa María, quien agregó que para afrontar de mejor manera la situación se les debe decir que van a estar protegidos, que los padres se van a hacer cargo de la situación y que en distintos grupos van a ser ayudados para que no tengan la sensación terrible de desamparo.
Por otra parte, dijo Conejero, hay que permitirles expresar lo que sienten, si tienen pena, miedo, que lo puedan decir, que lo dibujen o que lo manifiesten a través del juego. Esto les va a ayudar a procesar todo lo que está ocurriendo y sentirse seguros.
Cabe destacar que la Guía de Autoayuda, creada por la doctora Rincón en 2017 para apoyar a los sobrevivientes de los incendios, está disponible en la web de la Asociación Chilena de Estrés Traumático.