Vivienda se salvó del fuego y terminaron regalando zapatos en Santa Juana

Familia salvó de siniestro en Diñico. Una particular historia vivieron René Martínez y su familia, que zafaron de incendio en la comuna y obsequiaron mercadería que podría haberlos ayudado.

En el último año René Martínez Mendoza ha debido sortear una serie de dificultades generadas, principalmente, por la imposibilidad de acceder a un trabajo estable. Esas mismas dificultades lo llevaron a enfrentar, junto a su familia, quizás uno de los episodios más peligrosos de su vida.

Lo anterior, en medio del fuego que destruyó hectáreas completas en Santa Juana, territorio del cual debió arrancar, pero al que volvió a los pocos días, con el fin de ayudar a quienes perdieron todo.

Dedicado por años a labores ligadas a la construcción, Martínez derivó al rubro de compra y venta de vehículos, un mundo que le permitió tener cierta estabilidad económica durante un buen tiempo. “Pero, el negocio se puso malo, porque ya casi nadie está comprando auto”, comentó.

Martínez de 36 años, casado, con un hijo de 7 años (Franco) y otra pequeña de 2 años (Josefa), velando por la seguridad de su familia, decidió junto a su esposa Verónica Ocares Vergara trasladarse hace aproximadamente tres meses al sector Diñico, en la comuna de Santa Juana, uno de los más afectados por los incendios forestales que se intensificaron desde el pasado jueves 3 de febrero.

“Nosotros tenemos una casa en el sector Lorenzo Arenas, pero la tengo desarmada, porque esperaba poder arreglarla una vez que me pudiera afirmar económicamente. Y nos trasladamos a Santa Juana por el apoyo de un amigo que tiene unas cabañas y nos permitió ocupar una vivienda. Al principio, no me quería cobrar, pero también lo consideraba injusto, así fue como llegamos a un acuerdo beneficioso para ambos. Es decir, actualmente en Concepción ningún arriendo está por debajo de las 400 lucas”, relató.

Lo acontecido la madrugada del sábado 4 de febrero, en la que hasta hace unos días era su vivienda, es digno de guión cinematográfico.

“No sé como explicarlo, pero esa noche (la del jueves), me costó quedarme dormido. En la mañana desperté por un ruido fuerte, como si viniera una ola gigante. Cuando me percaté del fuego, solo atiné a decirle a mi mujer que corriera con mis dos hijos. Ellos se fueron en un vehículo. Yo tomé algunas cosas, las que pude, y partí detrás de ellos, en otro auto que estaba en la casa”, relató.

En medio de la peripecias económicas, René junto a Verónica iniciaron un emprendimiento de venta de calzado a través de Internet, con el cual pudieron sortear momentos difíciles.

Las historias de la venta de calzado y del avance el fuego se relacionan cuando, Martínez volvió al lugar que habitaba junto a su familia, y se sorprendió al percatarse que no había sufrido daño alguno. Sin embargo, otras viviendas no corrieron la misma suerte. “Todo alrededor de la vivienda había sido destruido.Muchas personas quedaron con lo puesto. Y más allá de los problemas que hemos tenido en el último tiempo, tuvimos suerte y uno no puede olvidarse de los demás”.

De vuelta en Concepción, tomó cerca de 50 pares de zapatos de saldo, los cargó en su vehículo y, junto a Verónica y su compadre Richard Anabalón, encaminó rumbo a Santa Juana, para entregar dicho aporte a los damnificados.

“Cuesta decirlo, porque a veces a uno le da vergüenza ajena, ver que la ayuda que entregan otras personas no está en buenas en condiciones”, contó Martínez, quien actualmente reside en casa de familiares en la comuna de Hualpén, a la espera de poder volver a recuperar su vivienda en Lorenzo Arenas.

De hecho, ayer, al momento de la conversación que sirvió de base de esta crónica, interrumpió brevemente su trabajo como conductor de una aplicación e intentar nuevamente retomar el rumbo. “A veces uno golpea puertas y no te pescan en ningún lado, pero soy bien movido y vamos a salir adelante”.