Una fallida licitación dejó en condición de gratuito a los aparcaderos públicos de la capital regional del Biobío. Hoy en tierra de nadie, cuidadores cobran “propinas” y se adueñan de las céntricas calles para obtener entre 40 y 80 mil pesos por día.
Se apropian de la cuadra a eso de las 7 u 8 de la mañana, cobran una “propina” -de entre mil y cinco mil pesos por el rato- y cuidan o lavan el vehículo a su cargo. Trabajan hasta las 16 ó 17:00 horas y ganan entre 40 y 80 mil pesos, dependiendo de lo central que es la calle y el tiempo que estén bajo el sol.
Así funciona el nuevo negocio de los cuidadores o cobradores en las calles del centro de Concepción, quienes tras una fallida licitación de la Municipalidad de Concepción, para contratar una empresa que prestara el servicio, dejó sin parquímetros a todos los estacionamientos públicos de las vías penquistas más concurridas, a lo menos, por tres meses.
Alfonso Tournelle (45) vive hace cuatro años en Concepción y lleva seis meses cuidando y lavando autos en una céntrica calle del centro de la capital regional.
“Hoy nos hemos hecho como cuarenta mil pesos en la mañana. Hemos comprado cosas para comer. Sabemos que tenemos varios meses para trabajar sin parquímetros. Cobramos por propinas y cuando se trata de lavados, cobramos tres mil por uno chico y 5 mil por uno grande”, explica el cuidador.
Detalla que llega a las 7 de la mañana, para tomar su cuadra, y después de eso, se queda hasta las cinco de la tarde, cuando está bueno, y cuando el día está malo, ese horario lo extiende hasta las 18:00 hrs.
“Igual ha subido harto la cantidad que ganamos por día. Antes eran 15 o 18 mil pesos por jornada y ahora subimos a 40 mil pesos”, destaca.
El mismo cuidador afirma que las cuadras no están repartidas, pero se sabe que los lavadores de autos que las frecuentaban antes, junto con los antiguos parquímetros, tienen la preferencia para “trabajar” cobrando propinas.
En todo caso, igual deben llegar temprano a sus lugares, para evitar conflictos con otros oportunistas que puedan acudir, al darse cuenta que la calle está vacía.
Esta misma dinámica se repite cuadra, tras cuadra.
Para conductores y conductoras que habitualmente ocupan estacionamientos públicos, la falta de parquímetros puede traducirse en amenazas en caso de que desistan de entregar dinero, sobre todo hoy, ya que se trata de espacios libres y gratuitos.
Por lo tanto, no existe obligación alguna. Por lo anterior, el diputado Eric Aedo pidió tener un plan de seguridad en las calles.
“Una cosa es que la licitación haya tenido dificultades y que deba realizarse un nuevo proceso, y otra diferente es la seguridad para las personas, y lamentablemente otra vez no vemos un plan para enfrentar esta situación”, dijo.
Añadió que “es fundamental y evidente que se deben realizar rondas policiales o de inspectores municipales para evitar que los automovilistas sean amenazados o incluso agredidos cuando no entregan la propina que sea del gusto del cobrador informal”.
Un recorrido de Diario Concepción por diversos estacionamientos privados, donde cobran por minuto de estacionamientos, arrojó que no se han detectado mermas en la llegada de automovilistas, pese a la gratuidad que existe en las calles.
“Nosotros atendemos a pacientes de los diversos centros médicos que hay cerca y no se nota aun que en las calles no se está cobrando. Aquí llegan igual”, dijo el encargado de la oficina de un aparcadero ubicado en calle Tucapel.
Añadió que, tal vez, con el paso de los días y la llegada de las vacaciones se produzca un cambio.
En todo caso, dos opiniones más, provenientes de otros estacionamientos del centro penquista, también confirmaron a este medio que el negocio se mantiene.
Más allá de que cobren propinas por ocupar estacionamientos públicos, la existencia de esta tipo de negocios parece no molestar a autoridades y tampoco a muchos conductores. Carabineros no vigila, ni fiscaliza a los “propineros” y tampoco los inspectores municipales tienen atribuciones para intervenir o evitar estos cobros.
A su favor, por lo menos en la mañana, que es cuando están más presentes, otorgan cierto grado de seguridad. Hay que tener presente que, por ahora, no cobran en el momento en que la gente estaciona, sino que lo hacen cuando el vehículo se va. Con ello, a lo menos, están pendientes de lo que ocurre y atentos al regreso del conductor/a para cobrar su propina.
“Pensé que iba a ser más caótico, pero he visto en orden la ciudad. Hay personas que están de manera voluntaria haciendo de parquímetros o esta función de ordenamiento de las cuadras. Me parece que puede ser una oportunidad para ellos, en este minuto para obtener ingresos adicionales”, dijo Francisca Castillo, una conductora que estacionó por tres horas su vehículo en calle Cochrane, entre Tucapel y Orompello.
“Por casualidad había un espacio y pude estar toda la mañana. Di mil pesos de propina. Por ese lado es beneficioso para nosotros estacionarnos aquí”, agregó la misma conductora.
En el municipio de Concepción hace un par de semanas habían anunciado la suspensión de cobro de parquímetros durante tres meses -enero a marzo- y este miércoles el asesor jurídico municipal, Aldo Mardones, entregó una versión sobre esta situación.
“Nosotros se lo advertimos al concejo municipal, las consecuencias de dejar sin este servicio a la comunidad son preocupantes en distintos ámbitos, uno de ellos es el de dejar sin empleo a 100 trabajadores y votaron rechazando el trato directo temporal a sabiendo de estas circunstancias, todo esto se hizo presente en la sesión del concejo. Lamentamos hoy estar viviendo esta situación que afecta la seguridad y el orden de la ciudad”, señaló.
Mientras los cuidadores sacan cuentas felices, en el municipio penquista es lo contrario.
Hace unos días confirmaron que se perderían alrededor de 120 millones de pesos mensuales por la ausencia del servicio en sus calles.
Si en tiempos normales, se cobra entre lunes y sábado, la división de pérdida por día asciende a alrededor de 500 mil pesos por jornada.
A través de un comunicado, oficializado por el mismo municipio penquista, hace unos días explicó que la entidad definió la licitación pendiente como desierta al detectar que ambas empresas incurrieron en faltas a las bases.
“Ante esta situación y el vencimiento del trato directo previamente acordado este 31 de diciembre, se propuso al concejo omitir la licitación y hacer un nuevo trato directo con la misma empresa. El concejo en sesión extraordinaria este jueves rechazó esta salida por 6 votos contra 5”, detalló el comunicado.
“Lamentamos que parte del Concejo Municipal haya rechazado la propuesta de la administración en el sentido de otorgar un trato directo para la mantención de los estacionamientos en superficie, que buscan el ordenamiento de nuestra ciudad, dar garantías de resguardo y seguridad a las personas, por lo tanto, el impacto es en la seguridad, el ordenamiento y en dos áreas más muy importantes, que es la fuente de trabajo de más de un centenar de familias que quedarán sin ingresos, y, por otra parte, la disminución de los ingresos que percibe el municipio que en promedio son 120 millones de pesos mensuales”, declaró, en ese momento, el mismo director jurídico Mardones. La misma municipalidad agregó que las opciones son citar un nuevo concejo extraordinario y presentar otra empresa con la cual hacer trato directo. También se detalló que este servicio daba empleo a 100 trabajadores y trabajadoras, incluyendo a personas con discapacidades.
“Esperamos que en algún momento haya responsabilidad y sensatez de parte del concejo que rechazó la propuesta”, finalizó el mismo Aldo Mardones.
Mientras, a río revuelto…