El actual director del Hggb pronto dejará su cargo, que ejerce como subrogante hace 10 meses. Su balance es crítico del modelo administrativo del hospital, así también de las decisiones y las movilizaciones de funcionarios. No obstante, mantiene la esperanza en un 2023 con proyectos que saquen del estancamiento al hospital más grande de la Región.
Hace diez meses que Boris Oportus ejerce como director del Hospital Regional Guillermio Grant Benavente (Hggb), en calidad de subrogante. La terna para la nueva autoridad del recinto ya está escogida, pero él no participó, por lo que volvería a su antigua labor, como subdirector médico. Aunque solo si es de la confianza del nuevo líder.
La situación no le incomoda. Sereno, pero crítico y cauto, contesta a las preguntas en su último día laboral de 2022 en el Hggb. El mismo en que, como ginecobstetra, atendió a miles de pacientes; y el mismo que observó durante 2013 desde la Seremi de Salud, cargo al que renunció, enojado y decepcionado, ante las pocas posibilidades de intervenir en redes asistenciales.
Y su visión se mantiene. “El hospital no fue prioridad anteriormente para las autoridades sanitarias, hasta hace poco. Eso también tiene que ver con intendencia y con los políticos. Es un conjunto”, dijo al ser consultado respecto a las razones del estancamiento del Hospital Regional en comparación a otros centros asistenciales locales.
– Se habla de una crisis en el sistema de salud, ¿qué le parece a usted?
– Lo que pasa es que los recursos en salud siempre son menores que el ideal. Si uno ve a lo largo del tiempo, siempre los recursos de salud han ido aumentando, pero la población sigue sintiendo que no damos respuesta a su necesidad. Por lo tanto ahí requerimos un cambio en la manera de administrar y ver el sistema de salud, o fundamentalmente los hospitales en Chile.
– ¿Cuáles son sus expectativas del gobierno al respecto?
– Hay que esperar los resultados del gobierno actual en el sentido de su reforma de salud. Ahí yo creo que deben existir los mecanismos de cambio para ser más eficiente el sistema de salud en Chile.
– ¿Dónde se requiere más apoyo para el hospital?
– En todo. El Hggb no es un hospital normalizado, a diferencia de otros hospitales de la Región. Y eso significa que no reunimos todos los requisitos para la confortabilidad en la atención de los pacientes. La parte más importante, de hospitalización, es de 1940, el monoblock. Urge en Concepción definir rápidamente un nuevo hospital que dé apoyo al Hggb, o que este crezca. Es una definición que tendrá que hacerse pronto.
– ¿Por qué han pasado tantos años? ¿Qué ha pasado en todo este tiempo, donde ya se pudo haber hecho esto?
– Honradamente, no sé por qué no se ha logrado. Hay servicios vecinos a los nuestros que sí lo han hecho, y nosotros nos hemos quedado atrás. Lo único nuevo que tenemos es el centro de atención ambulatoria, inaugurado el año 2010, pero que sigue siendo estrecho para las prestaciones que realiza el hospital. Se creó la Unidad de la Memoria, la Unidad de Cuidados Paliativos, pero nos ha costado un mundo entregar un lugar adecuado tanto para los profesionales como para los especialistas.
– El hospital se quedó chico…
– Absolutamente chico, esa es la realidad. Y lo más palpable es que hemos tenido que arrendar casas alrededor para poder sacar ciertos equipos, fundamentalmente administrativos, para crear espacios.
– ¿Cuál sería el ideal, agrandar este hospital o construir otro en otra comuna?
– Hay un estudio preinversional que va a definir eso. Lo único que puedo aportar es que un hospital de esta dimensión es complicado de manejar con el sistema administrativo que tiene. Por tanto, si se va a crear un hospital semejante a este, hay que evaluar otro tipo de administración, como un directorio.
Los últimos meses no han sido fáciles para el Hggb en su relación con los trabajadores. Paralizó el servicio de Pabellón, y el área de Urgencias se movilizó luego de casi tres décadas sin manifestaciones. Finalmente se llegó a acuerdos, pero las al menos 10 movilizaciones ocurridas en el año generaron desgaste, y Oportus contabiliza una cifra total de 793 cirugías suspendidas durante todo el año producto de los paros, “pacientes que pudimos haber solucionado“, indicó el director. Y agregó, “muchas de las peticiones de los trabajadores escapan a lo que nosotros como hospital podemos entregar. Son peticiones que van más allá del servicio de salud o del ministerio. Incluso con consulta al Parlamento“.
La cifra complementa la lista de espera del recinto: un total 4725 intervenciones pendientes generadas en 2022; 1778 en 2021; y 808 que quedan de 2020.
– ¿Qué se necesita para reducir esta lista de espera?
– Cuando se habla de lista de espera, muchas veces se piensa que solo la parte médica no funciona. Pero requiere enfermeras, tecnólogos arsenaleras, y esos equipos en estos momentos están disminuidos porque muchos tienen en algunos sectores harto ausentismo. Además es un personal escaso, no solo en Concepción, sino en el país. Eso genera problemas para solucionar las listas de espera. También la falta de camas. Por tanto, lo que se hace es recurrir al área privada, arrendando pabellones. También existe la posibilidad de extensión horaria, que no lo hemos podido realizar. Pero son mecanismos que se han empleado.
– Entonces el problema no es el paro de los funcionarios.
– Afecta. Las cifras están, pero no es la única causa de la lista de espera.
– ¿Hay denuncias de maltrato a funcionarios? Esa fue de las razones por la que estaban pidiendo la salida del jefe de Urgencias, Alfredo Davanzo.
– Hay un protocolo de manejo que se sigue en todos los casos. Frente a una denuncia se realiza una investigación para realmente ver si eso es efectivo o no, y se sigue un proceso administrativo para llegar a la sanción que corresponde en caso de comprobarse.
– ¿Y se ejecuta realmente? Porque el jefe de Urgencias tenía denuncias y ya no está en el cargo.
– La verdad es que el jefe de Urgencia tuvo una sola denuncia, en todos estos años, presentada hace un mes. No hay ninguna denuncia adicional, además de las quejas de los funcionarios, que las hicieron presentes en reuniones que tuvimos. Él sigue siendo funcionario público, por lo que la investigación continúa.
– ¿Qué otras novedades tendrá el Hggb el 2023, además del estudio del nuevo hospital?
– Se contempla la reposición de un escáner, la reposición del acelerador lineal (radioterapia); y en el servicio de neurocirugía tendremos la reposición de un microscopio intraoperatorio. También tendremos la reposición de equipos de lavandería, 4 lavadoras y 4 secadoras, y la reparación del área de alimentación del hospital.
– ¿Se construirán otros edificios o se trabajará en infraestructura?
– El hospital requiere una mantención constante, y están programadas. Y hay algo muy importante, a propósito de la falta de espacio para la atención de pacientes. Nosotros presentamos un proyecto al Gore, que está admisible, que es la adquisición de módulos administrativos. Las oficinas administrativas, del sexto piso del edificio de Atención Ambulatoria, pasarán a una construcción de tres pisos con containers, en el sitio de Los Tilos. Esto genera espacio rápidamente, y este piso vuelve a ser para lo que estaba diseñado, que es atención de pacientes.
– ¿Qué espera para este 2023?
– Espero que no tengamos un año conflictivo en términos de paros, con el objetivo fundamental de dar respuesta oportuna a la población. Espero que todos los proyectos, sobre todo el último mencionado, salga porque significa aumentar nuestra disponibilidad de consultas en el Centro de Atención Ambulatoria. Espero que tengamos un año financiero tranquilo, para tener buenos resultados en atención a nuestros pacientes. Espero la comprensión de aquellos usuarios, que entiendan que tenemos fallas producto de los años que lleva nuestro establecimiento construido, la parte sobre todo de hospitalización. Y fundamentalmente, poder realizar una buena gestión de los directivos del establecimiento, con el apoyo de todos los funcionarios, para centrarnos en aquellos que tenemos que dar respuesta, que son nuestros pacientes.