Se trata de dos importantes estudios que se aproximarán a la cuenca del Biobío desde dos ángulos: la crecida del río y la capacidad de sus aguas subterráneas.
“Para poder mirar el río, hay que conocerlo”. Con esta sencilla frase, el director regional de Aguas (DGA) de la Seremi de Obras Públicas, Claudio Morales Durán, resumió la importancia de estudiar la cuenca del río Biobío y su cauce para el correcto desarrollo de aquellos proyectos que impliquen intervenirlo.
Y con esta meta, hoy se levantan dos estudios, ambos en proceso de licitación y a la espera de ofertas durante la última semana de diciembre. Se trata de las primeras iniciativas lideradas por organismos gubernamentales que estudiarán a fondo ese cuerpo de agua.
Uno de ellos se enfoca en la exploración de capacidad de acuíferos, o aguas subterráneas, en la provincia del Biobío; con fondos sectoriales del MOP por $1.080 millones.
El segundo, que impactará directamente al desarrollo en el Gran Concepción, apuntará a la creación de un sistema de alerta temprana de crecidas del río Biobío mediante un levantamiento aerofotogramétrico (mediciones certeras mediante imágenes aéreas), con una inversión del Gobierno Regional de $1.692 millones.
Estas iniciativas responden a una deuda con el gran afluente. “Necesitamos abordar estudios más profundos del río Biobío, de su comportamiento, de su embancamiento que ha tenido por décadas”, sostuvo al respecto Hugo Cautivo, seremi de Obras Públicas.
Un sistema de alerta temprana de crecidas en el río Biobío resulta relevante, considerando las implicancias del cambio climático y que el último evento de este tipo sucedió en julio de 2006, cuando en solo tres días precipitaron 260 milímetros de agua, y el crecimiento del río generó importantes inundaciones.
El estudio que permitirá este avance considera un levantamiento aerofotogramétrico del afluente en toda su extensión y hasta 200 metros hacia su rivera, de modo de lograr una caracterización física respecto a su crecida. Esto permitirá instalar estaciones de medición que den aviso sobre inundaciones a toda la Región.
Este proyecto se complementará con un mapeo de acuíferos en la zona de Laja y Los Ángeles, abarcando 2.094 kilómetros cuadrados de territorio. La zona es parte de la cuenca del Biobío, y la información recabada será de ayuda ante la situación de escasez hídrica local.
Si bien son los primeros estudios de este tipo a nivel gubernamental, instituciones como el Centro de Ciencias Ambientales EULA-Chile de la UdeC, llevan más de 30 años monitoreando el río Biobío; investigaciones que dan cuenta de su deterioro, casi irreversible.
El académico Ricardo Figueroa, director del departamento de sistemas acuáticos del Centro EULA, afirmó que “el río ha cambiado su estructura morfológica”. Esto obedece a múltiples factores, según explicó, entre ellos el cambio climático, disminuyendo su caudal y por ende, el desplazamiento de arenas. Este fenómeno, más las grandes intervenciones – como rellenos y construcciones en su rivera- han causado la acumulación de sedimentos, impidiendo que sus ricos nutrientes alcancen las las costas. A esto se suma la detección de microplásticos y contaminantes emergentes, como medicamentos, en el río.
Por ello, afirmó el especialista, “necesitamos una gestión de cuenca, que nos permita manener en mejor estado nuestro cuerpo de agua y darle mejor uso. Hace falta una visión integral, con una buena gobernanza donde todos participen, y que considere la morfologia del cauce, estructura de habitat, vegetación de ribera, calidad de agua y otras variables”.