Especialista asegura que post pandemia aumentó la demanda, la gravedad de los casos y que se registran ideas o intentos de suicidio en niños de 8 a 10 años. Trastornos ansiosos y depresivos priman en los infantes.
Datos de la Organización Mundial de la Salud indican que Chile lidera el ranking mundial en depresión con un 17,5% de la población que padece la enfermedad y de esta cifra un 7% corresponde a adolescentes y en el caso de los niños se estima que entre el 12% y 16% padece depresión y ansiedad, valores muy superiores a los globales que sólo alcanzan el 5%.
De hecho, según un reciente estudio realizado por la Defensoría de la Niñez, que encuestó a nivel nacional un total de 751 menores de 14 a 17 años, 142 de ellos de la Región, reveló que 92,9% de los consultados menciona a la ansiedad como uno de los problemas que enfrentan sus pares, 93,2% aseguran que presentan depresión e, incluso, indican que 77,5% se autolesionan como una forma de bajar los complicados síntomas que sufren.
Y en relación a la atención en salud mental, 4 de cada 10 adolescentes señaló no haber recibido una atención médica por un profesional de salud mental, a pesar de necesitarla. En tanto, quienes obtuvieron una consulta la valoran en forma positiva, pero al ser consultados sobre los resultados alcanzados en dicho proceso de intervención sólo el 38% la valora y, además, el 53% considera que su alto costo es un impedimento para acceder a atención.
En la provincia de Concepción actualmente se atienden, a través de la red pública de salud, 13 mil 236 menores y adolescentes por problemas de salud mental, 6 mil 670 de ellos en el Servicio de Salud Concepción y 6 mil 566 en el Servicio de Salud Talcahuano.
A pesar que la cobertura parece amplia aún, según informes, hay 472 menores y adolescentes en lista de espera por una atención de un especialista, 188 y 284 en los servicios de Salud Concepción y Talcahuano respectivamente.
“Hace meses que esperamos por atención para mi hijo. Carlos tiene 14 años y ha presentado ataques de pánico y crisis ansiosas desde que volvió a clases presenciales. Del consultorio nos dijeron que nos derivarían a una consulta en el hospital, pero aún no pasa nada. Lamentablemente el costo es muy alto, cerca de $60 mil, para llevarlo particular, así que seguiremos esperando que nos llamen”, dijo la madre Mabel Montecinos.
El seremi de Salud, Eduardo Barra, afirmó que el tema de la salud mental de niños y adolescentes es de suma preocupación para la cartera, especialmente, porque la depresión implica un riesgo alto de suicidio. “Nosotros a nivel de la subsecretaria de Salud Pública estamos trabajando un conjunto de propuestas y proyectos de ley para tener, a parte de la preocupación, la ocupación en términos concretos, con más recursos que nos permitan disponer de personal calificado, desde el punto de vista profesional y también en infraestructura para poder abordar este tema a nivel regional y en todo el país”.
Las atenciones de los menores se transforman en urgencias y como tal se pueden abordar aseveró el jefe local de la cartera de Salud, “pero el gran problema nuestro es pasada la urgencia, es la continuidad y eso requiere más recursos que den esa continuidad con psicólogos, terapias comunitarias y grupales”, dijo.
El riesgo de suicidio, que hace mención el seremi de Salud no es menor, según un estudio de Unicef sobre la infancia en 2021, entre los problemas de salud mental de mayor frecuencia en América Latina y el Caribe, la ansiedad y la depresión representan el 50% de las afecciones de salud mental entre los menores de 10 a 19 años siendo el suicidio la tercera causa de muerte entre los adolescentes de 15 a 19 años (6 por cada 100,000 muertes).
Fabiola, madre de una niña de 12 años, sufrió el año pasado uno de los mayores miedos: perder a su hija. “Sabíamos que se sentía estresada porque en el colegio que está son muy exigentes, pero ella tiene buenas notas, jamás nos imaginamos que tomaría de mis remedios para dormir. No sabemos cuántos fueron, pero estaba lánguida, como muerta y le tuvieron que hacer lavado de estómago en el hospital. Gracias a Dios no le pasó nada mayor, salvo dolor de cabeza por algunos días”, dijo y agregó que ahora cancelan semanalmente $35 mil para atención psicológica. “Es un gasto fuerte, pero mi hija lo vale”, dijo.
En el Servicio de Salud Concepción se atienden por salud mental un total de 35 mil 59 personas, más de 6 mil son niños y adolescentes, que reciben apoyo en 79% en la atención primaria y 21% en la red de especialidad de hospitales y centros de salud mental (Cosam). Siendo los trastornos ansiosos y los ánimo los más frecuentes.
Eva Contreras, psiquiatra y jefa del departamento de Salud Mental del SSC, afirmó que tras la pandemia se ha evidenciado un aumento de la atención de psiquiatras que respecto de 2020 alcanza un 250% y, en las consultas de psicólogos, comparado el mismo período, llega a 265%. Atenciones que si son comparadas con 2019 revelan un alza de 8% y 44%.
En tanto, en el Servicio de Salud Talcahuano se atienden 15 mil 978 adultos y más de 6 mil 500 menores y adolescentes. Según detalló Ximena Farias, jefa de la unidad de salud mental del organismo, “durante el año 2021 tuvimos 16 mil 63 personas en control de salud mental en atención primaria, mil 565 personas más que en el año 2020, aumentó en un 11% y mil 984 más que en 2019, con un aumento de 14%”.
En cuanto a consultas de especialidad en 2021 contaron con 5 mil 497 personas en control del programa de salud mental en el nivel secundario, “mil 950 personas que lo registrado en 2020, 55% más y, 840 más que en 2019, 18% más; el 73% de las personas inscritas en este programa registran algún diagnóstico relacionado a patología de salud mental”.
Para potenciar la optimización de las derivaciones de los pacientes, la jefa del departamento de Salud Mental del SSC explicó que se está realizando un trabajo coordinado con la red asistencial para la mejor gestión de casos.
Además, dijo que desde Minsal se inyectaron recursos para favorecer la disminución en la lista de espera, así como los tiempos de atención, que incluye la lista de espera de consultas psiquiátricas.
Agregó que desde el Minsal se está relevando la importancia de la salud mental, tanto en la atención primaria como de especialidad de salud mental, tanto en la atención primaria como de especialidad.
La doctora Farías, jefa del área en el Servicio de Salud Talcahuano, afirmó que están trabajando para reducir las listas de espera con diversas estrategias entre las que se cuenta la telemedicina con el hospital digital, reactivando consultorías de salud mental que , a su juicio, representan un gran apoyo para los equipos de atención primaria de salud.
Además han fomentado el uso de plataformas ministeriales como salud responde, fono drogas y saludablemente para abordar las necesidades de los pacientes.
Si bien pre pandemia ya se advertía un aumento de las atenciones en salud mental de niñas, niños y adolescentes, ahora, según la psicóloga especialista en el área y docente del área clínica del departamento de Psicología de la Universidad de Concepción, Marcela Maldonado, la demanda es mayor y los casos más graves y afectan de manera transversal a todos los grupos etarios. “Ha disminuido la edad de inicio de los problemas de salud mental, antes veíamos casos a los 10 años, ahora parten entre 4 y 5 años con trastornos importantes que se han ido agudizando. Hay aumento de sintomatología asociado a depresión y cuadros ansiosos”.
La magíster en psicología de la salud y psicoterapeuta aseveró que la post pandemia fue como un volcán en erupción en que se triplicaron las consultas y aumento la intención suicida lo que se debería a los altos niveles de estrés que vive la sociedad en su conjunto debido a que está muy centrada en el desempeño.
El riesgo de suicidio está latente, con ideas e intentos en niños de 8 y 10. “Tenemos un montón de chicos desregulados con emociones muy intensas, rabia y llanto, que muchas veces pueden decir me quiero morir y que en caso de angustia, incluso, podrían abrir una ventana y tirarse porque ven la muerte como una alternativa de salida a un conflicto”.
La profesional argumentó que el estrés es un mecanismo normativo en los seres humanos que permite protegernos “es como una alarma que suena un rato, no todo el tiempo, pero que si está prendida todo el día altera los procesos de asimilación de información en el cerebro, lo que hace que las personas lo vean como una amenaza y miedo permanente”, dijo y señaló que una estrategia para bajar los niveles de estrés es hacer actividades lúdicas con los niños, especialmente al aire libre.
Aseguró que los padres deben observar a sus hijos, pues muchas veces los niños con sus conductas están enviando un mensaje encubierto de que algo les pasa. Lo ideal, a su juicio, es conversar con ellos, mirándolos a los ojos, preguntarles qué les sucede y contenerlos, pero no intentar solucionarles los problemas y en caso de verlos muy angustiados, por ejemplo, por la carga académica “bajar los niveles de exigencia, lo que no significa que no hagan nada, sino jerarquizar las tareas y el resto dejarlas de lado. Eso es algo que sirve para la vida, hasta para el trabajo”, comentó.
Maldonado, que tiene más de 30 años de experiencia en el área clínica, aseveró que se debe trabajar como familia y también con los colegios para que los niños estén bien. “Generalmente se dice que los problemas de salud mental son individuales, pero si hay varios niños en el colegio deprimidos o con ataque de angustia es porque algo está pasando y debemos hacernos cargo”.
En cuanto a las listas de espera, agregó que existe déficit de horas de psicólogo y psiquiatra, tanto a nivel privado como público. “Necesitamos que se aumenten los recursos en salud mental, no sólo económicos sino también humanos desde la atención primaria. Trabajar con los colegios y en programas con las municipalidades para realizar acciones preventivas porque existe un alto nivel de sintomatología (…) y si existe una hora para tres meses más tomarla igual, es mejor que demore a no tenerla nunca porque el daño en los niños es acumulativo”, puntualizó.