Aseguran especialista que la limitación a la luz natural durante el confinamiento sería la causa, pues los ojos estarían continuamente esforzándose. Recomiendan controles a temprana edad, limitar el uso de computadores o tablets y aumentar la vida al aire libre.
Durante el período más álgido de la pandemia, una de las primeras medidas tomadas a nivel gubernamental fue la suspensión de clases presenciales, situación que derivó en la virtualidad para lograr cumplir con los planes de estudio. El uso del computador, tablets e, incluso, celulares sirvieron para cumplir el objetivo y mantener a salvo a los niños.
Sin embargo, el mayor uso de dichos dispositivos generó problemas en la visión de los menores, principalmente, miopía, anomalía que causa visión borrosa o poco clara de objetos lejanos, patología que según la revista The Lancet habría aumentado en 40% en países asiáticos y, la Organización Mundial de la Salud (OMS) proyecta que de 2 mil 600 millones de personas que sufren miopía a nivel mundial en 2030 llegarán a 3 mil 300 millones.
En el país, explicó el doctor Fernando Barría, presidente de la Asociación Chilena de Oftalmología, no existen mediciones recientes, la última de 2014 reveló que 15% de los niños sufría miopía, pero se estima que dicho porcentaje aumentará, pues en pandemia se perdió la vida al aire libre, con luz natural que es el único factor protector ante la enfermedad.
“Está demostrado en estudios, que la luz natural contribuye al desarrollo de una buena visión y que daría protección ante el desarrollo de miopías. La luz solar influye en que el ojo no está acomodado, haciendo algún esfuerzo y mirando a la distancia”.
En la misma línea, Alejandra Varas, jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Regional, dijo que está comprobado que el uso y abuso de pantallas desarrolla miopía en niños y jóvenes y lo catalogó como “un problema de salud a nivel mundial por el uso de tanto computador, celular e iPad, en general”.
Aseveró que padres y adultos responsables de la crianza de niños y jóvenes deben tener conciencia del problema, que se puede prevenir y mitigar limitando el uso de pantallas y también del aporte de la “actividad al aire libre, con luz natural, también frena el desarrollo de miopía”.
El presidente de la Asociación Chilena de Oftalmología aseguró que luego de la pandemia se han registrado más consultas oftalmológicas en las que se han detectado problemas de visión en los niños, que afecta a niños entre 5 y 9 años que empiezan a desarrollar miopías más bien pequeñas de hasta seis dioptrías.
En cinco años se espera contar con la tabulación de dichos datos para determinar las implicancias. “Va ser imposible saber hoy qué efectos hemos tenido. Lo que sí está claro es que existe preocupación mundial por la pandemia, por el exceso de pantallas y por la pérdida de la luz natural como factor protector (…) ya se sabe que la miopía en países asiáticos llega hasta el 40%”, acotó.
Barría agregó que es necesario realizar una toma de visión a los menores entre cuatro y seis años, pues, en general, a esa edad cualquier problema refractario es reversible. Recomendó aumentar la vida al aire libre y, en el caso que el menor deba seguir usando el computador, generar descansos de la vista cada 20 minutos, mirando a la distancia, a unos seis metros y realizar 20 parpadeos para evitar problemas a futuro.
“Mientras más pequeño el niño, menos horas debe estar expuesto a las pantallas. Hubo una etapa de mucha propaganda invitando al uso de filtro azul incorporado a cristales de los lentes, pero, se ha determinado que no produce beneficio e incluso, podría ser contraproducente en los niños”, comentó Varas. Reiteró que lo único realmente eficiente es regular el número de horas de uso de pantalla y hacer vida al aire libre.
Otra patología que puede complicar el desarrollo visual de los menores es la ambliopía, conocida como ojo flojo, que implica la falta del desarrollo visual producto de vicios refractarios o del estrabismo.
Guillermo Concha, tecnólogo médico en oftalmología y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción detalló que los vicios de refracción como miopía, hipermetropía y astigmatismo, que corresponden a un problema para focalizar correctamente la imagen que entra al ojo, pueden provocar ambliopía y que si no se compensan a tiempo con anteojos impedirán que el niño desarrolle correctamente su visión en uno o en ambos ojos.
El profesional agregó que la ambliopía también es producida tanto por estrabismo que consiste en tener un ojo desalineado, lo que provoca que el que está derecho tome toda la atención del cerebro y se desarrolle de forma normal, mientras que el que presenta el defecto es suprimido cerebralmente.
“Es bastante frecuente encontrar niños que tienen problemas de visión en un solo ojo, esto provoca lamentablemente que los padres no se den cuenta del problema, debido a que el ojo sano suple la demanda visual”, dijo.
La peor complicación de la ambliopía es la falta de desarrollo de la visión definitiva en un ojo, producida cuando se alcanza el término de la plasticidad cerebral, entre 9 y 12 años. Por lo que mientras más tarde sea el tratamiento tendrá menor probabilidad de éxito.
Con la falta de desarrollo visual permanente, de uno o los dos ojos, el niño tendrá un menor rendimiento visual y limitantes en actividades académicas. En edad adulta seguirá afectando, provocando dificultades, por ejemplo, para obtener licencias de conducir o postular a instituciones policiales o armadas.
“Sin duda el principal consejo para evitar la ambliopía es la detección a tiempo de alteraciones oftalmológicas, es recomendable que los niños sean evaluados lo antes posible si hay antecedes de problemas visuales en la familia, siendo prácticamente indispensable una evaluación para todos entre los 4 y 5 años”, agregó Concha.