El Minvu entregó cifras de nuevo catastro. Crisis económica y el precio de las viviendas explicarían el incremento.
Pasó inadvertido a nivel local en medio de las visitas de los ministros de Transportes y Telecomunicaciones junto al titular de Obras Públicas, pero mientras ellos anunciaban la inversión de US$450 millones para el plan de movilidad que permitirá construir 27 kilómetros de nuevos corredores viales de transporte público, en la ruta que une Concepción con Penco (150), San Pedro con Coronel (160) y Talcahuano con Concepción (Autopista), en Santiago, el ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, daba a conocer el nuevo Catastro de Campamentos, que recoge la realidad del país en esta área.
Según esos datos, la Región del Biobío es la segunda a nivel nacional en cuanto al número de ellos con 156. En primer lugar se situó en Valparaíso con 255 y la Metropolitana con 142. Así entre las tres suman el 50% de los campamentos a nivel nacional, alcanzando los 1.091.
En el caso del número de familias que viven en campamentos, en Biobío la cifra alcanzó los 7.122, siendo la quinta tras Valparaíso (18.405), la Metropolitana (13.392), Tarapacá (9.300) y Antofagasta (7.384).
Hasta ahora, la información detallada recogida en el catastro no se conoce a nivel local. Desde la Seremi de Vivienda se indicó que se encontraban analizando los datos todavía, por lo que se desconoce cuál es la realidad a nivel provincial y comunal.
Tampoco se pudo conocer la opinión de la delegada presidencial regional ni del gobernador regional quienes este miércoles se trasladaron a la provincia de Arauco y no estuvieron disponibles para conocer sus impresiones.
A quienes las cifras no sorprendieron fue a la Fundación Techo, que tiene un amplia experiencia en el trabajo con campamentos y que realiza su propio catastro en un despliegue por todo el país, el que será actualizado el primer trimestre de 2023. En ese contexto, Pía Palacios, directora del Centro de Estudios Socioterritoriales de la fundación, señaló que las cifras están mostrando un alza sostenida en el números de familias que han llegado a vivir en campamentos en los últimos años.
“Desde 2019 en adelante hubo una explosión con respecto a la cantidad de familias viviendo en ellos. Al menos el catastro 2020-2021 pudimos ver que fue lo que pasó en la pandemia que es donde se tomaron estos datos y esto viene a ratificarlo ahora el catastro de campamentos del Minvu que muestra como se está dando la dinámica en este último tiempo con aumento de familias y de campamentos”, indicó.
Sebastián Bowen, ex director ejecutivo de Techo y hoy a cargo de la Fundación Cero Déficit, que trabaja en buscar alternativas para la falta de viviendas en el país, que se sitúa numéricamente en 650 mil, planteó que los campamentos y su aumento son la evidencia que el problema es el acceso de la miles de familias a un hogar.
“En eso varios estudios empiezan a avalar que lo que hay es un problema de acceso a la vivienda y que el campamento es un síntoma de eso, una explosión de eso (…) Si nosotros asumimos que acá aumentó la demanda, nos tenemos que dar cuenta que esa demanda no aumentó sólo en cantidad sino en diversidad. Son distintos tipos de familia que están buscando distinto tipo de soluciones”, aseveró Bowen.
En tanto, desde la Asociación de Municipalidades del Biobío, su presidente Álvaro Ortiz, sostuvo que “en el caso del Biobío, sin duda, esta situación nos preocupa (…) Si bien los campamentos se encuentran en su mayoría en la provincia de Concepción, con más de 100, preocupa la proliferación de tomas en la provincia de Arauco, donde Lebu y Curanilahue lideran las cifras, con más de 50. Esta realidad que urge ser mejorada en el corto y mediano plazo, es una prioridad para los municipios”, planteó el alcalde penquista.
Y precisamente, la alcaldesa de Curanilahue, Alejandra Burgos, añadió que si bien está a la espera del detalle a nivel local, sabe por reuniones sostenidas con anterioridad, que la cifras no variarán mucho, pero se mostró disconforme con la forma en que se levanta el registro de campamento porque hay un número importante de asentamientos que quedan fuera de la estadística.
“Esta política de poner tanto requisito para ingresar al catastro al final terminan invisibilizando el real problema que existe y además deja un espacio muy amplio para aquellos que se aprovechan y se toman un terreno por aquí y otro por allá y después lo terminan vendiendo”, cerró la autoridad comunal.