“Ojalá en Chile tuviéramos más escuelas como la de Ranguel”.
El cumplido fue entregado por representantes de la Agencia de Calidad de la Educación junto con la evaluación final: la Escuela Básica Ranguel recibió un “7”. Una calificación que llenó de alegría al único profesor, cuatro niñas y seis niños que dan vida a esa comunidad educativa situada en una zona rural de Hualqui. La nota otorgada por la agencia del gobierno coincide con los resultados académicos: lograron alto desempeño en la prueba Simce desde 2014 en adelante. Estudiantes y profesor quedaron conocidos como los “reyes del Simce” de Hualqui.
Detrás de los buenos resultados de aprendizaje está el esfuerzo de sus estudiantes, pertenecientes a familias cuya principal actividad económica es la pequeña agricultura y la producción de leña. También es mérito del hualquino Cristian Contreras Navarrete, profesor por vocación con magíster en Didáctica de la Matemática realizado en la Universidad de Concepción. Cristian se hizo conocer en 2013 por haber trabajado casi siete meses sin recibir sueldo. Se desempeñaba en la escuela rural particular Santo Domingo, pero con el fallecimiento de la sostenedora quedó a la deriva. No quiso dejar a sus alumnas y alumnos sin las clases y siguió trasladándose todos los días hasta la escuela. Meses después ese establecimiento educacional fue cerrado, pero la vocación del profesor fue conocida en todo Chile y le rindió frutos: un contrato para hacerse cargo de la escuela básica de Ranguel y el apoyo que llegó de distintas partes del país. La comunidad y apoderados se unieron con más fuerza y fue posible hacer algunos arreglos, mejorar los espacios e incluso – con el tiempo y mucho esfuerzo – construir un pequeño patio de juegos y deportes para las y los estudiantes que van desde los 6 hasta los 12 años de edad. Hace poco recibieron 5 tarros de pintura como donación. Motivados, estudiantes, el profesor y un amigo colorearon la escuela que ahora luce una fachada de blanco y azul.
Antes: La fachada anterior de la escuela.
Después: así luce luego de la pintura realizada por estudiantes y profesor.
Ese espíritu comunitario también se observa en una rutina particular: no hay auxiliar en la escuela, y al final de la jornada estudiantes y profesor recogen papeles y realizan el aseo del entorno de clases.
De hecho, la sala de clases es multigrado, es decir, estudiantes en sus distintas edades y niveles comparten el aula y aprenden al mismo tiempo. Ese modelo implica grandes desafíos, pero a la vez que permite mayor acercamiento y atención al proceso de aprendizaje de cada alumno y alumna. Se agrupan como una familia y no en grados.
Chile concentra más de 600 escuelas rurales y en muchas de ellas es necesario mantener el sistema multigrado. En Ranguel ha sido positivo y ello se percibe en las sonrisas. “Me encanta mi escuela y mis compañeros”, dice una pequeña de 8 años.
No hay fecha oficial, pero los lugareños afirman que la escuela comenzó en la década de 20 del siglo pasado. Funcionaba en otro terreno, pero un incendio la dejó en ruinas. En la actual ubicación los niños y niñas reciben una educación especial que le corresponde entregar a una escuela rural unidocente, en un modelo que se afianza los lazos de pertenencia e identidad de los alumnos, alumnas y apoderados de esa comunidad educativa.
El establecimiento cuenta con el último informe de resultado Simce (4º y 6° año básico) que muestra, según el análisis de los resultados alcanzados por los estudiantes, que los puntajes van en alza. Comparadas con establecimientos de su mismo grupo socioeconómico, las mediciones indican que ha mejorado su posición relativa respecto a otras unidades educativas. Además, la escuela Ranguel cuenta con la Excelencia Académica para los años 2018-2019 y ahora 2020-2021.
Aula multigrado: estudiantes en sus distintas edades y niveles comparten el aula y aprenden al mismo tiempo.
Los 10 estudiantes que asisten a esta unidad educativa provienen de sectores aledaños (especialmente de Santo Domingo y Ranguel), y se caracterizan por presentar un alto índice de vulnerabilidad social. Pese a que se encuentra en área rural (por ende con dificultades adicionales para el traslado de estudiantes), a matrícula ha ido al alza. Además, esa comunidad celebra un hito importante: la tasa de retiro escolar es de 0%. Pese a la distancia, las dificultades, las largas caminatas que deben hacer a diario para llegar a su escuela, las niñas y los niños no desisten.
En el establecimiento se imparte educación general básica de 1º a 6º año en formato unidocente. Cuenta con apoyo de un especialista que desarrolla el Programa de Integración Educativa y que visita la escuela una vez por semana. Al terminar el 6º año, alumnos y alumnas de este establecimiento deben continuar sus estudios en el sector urbano y buscar allí un internado o algún familiar que los pueda acoger para terminar su etapa de escolaridad básica. Las familias de esta comunidad cuentan con educación básica incompleta, pero mantienen altas expectativas que sus hijos e hijas continúen sus estudios para completar su escolaridad.
(Fotografías de Raphael Sierra)
Profesor y estudiantes construyen la excelencia académica que hace historia en una zona rural de Hualqui.
Invernadero: producción de lechugas como recurso pedagógico y para consumo de la comunidad escolar.