Principal autoridad académica de la USM, de visita en Biobío, detalló los desafíos de cara a su recién iniciada gestión de cuatro años. Potenciar la casa de estudios y sus carreras, diversificar la matriz de ingresos y también fortalecer la investigación son sus derroteros.
“Lo que me preocupa más, es la alta expectativa que hay sobre nuestra gestión y, ante esa preocupación, como le he dicho a mis alumnos en otros contextos, hay que trabajar. Algunos me han deseado suerte, pero mi profesor, porque me doctoré en Australia, me decía: ‘Tuvimos suerte, pero, qué raro, mientras más trabajas, más suerte tienes’. Así que confiamos en que con nuestro trabajo cotidiano, teniendo conversaciones recurrentes y abriendo espacios de discusión, podamos responder a esas expectativas. Se nos vienen cuatro años intensos”, dice el Dr. Juan Yuz Eissmann, quien hace pocos días asumió como Rector de la Universidad Técnica Federico Santa María, sobre su mayor preocupación respecto de su recién iniciada gestión de cuatro años al mando de la casa de estudios, que tiene una de sus sedes en Talcahuano.
En su primera visita a Biobío, el ingeniero civil electrónico y Ph.D. in Electrical Engineering, University of Newcastle, Newcastle, Australia, habló sobre sus desafíos como principal autoridad académica de la USM y también se refirió al contexto político y económico que vive el país, en el cual debe navegar su institución como parte de la educación superior.
-Nuestra universidad viene con una historia de 90 años formando ingenieros y en esta sede en particular llevamos 50 años, y lo que nos interesa, desde esa historia, es poder crecer. Eso significa abrirnos a nuevas áreas de desarrollo, a reinterpretar nuestra misión testamentaria de cuidar al desvalido meritorio y brindarle la oportunidad de llegar al más alto grado de saber humano, como dejó escrito Santa María en su testamento. Eso pasa por un lado, por tener una institución sólida, que el desarrollo académico, de cada uno de los profesores y profesoras que conforman la institución, pueda llevarse a cabo de manera armónica con los objetivos institucionales. Pasa por darle a los estudiantes, desde técnicos, ingenieros, magísteres y doctores, la oportunidad de brindarle una educación de excelencia y calidad. Pasa por cuidar a las personas que conforman la comunidad.
-Mis padres trabajaban en la universidad, como alguien dijo por ahí, yo era sansano antes de nacer. Así que, para mí, tan desde dentro, es difícil definirlo. La universidad tiene esta cosa rara de encantar, embrujar, desde la arquitectura de nuestro campus en Valparaíso, pero hoy embruja también el objetivo con que Santa María la definió, de poder entregarle, en un acto de generosidad gigantesca a su ciudad, al país, los recursos para construir una universidad con un foco en la gente con menos recursos. Pero, con un claro objetivo de aportar al desarrollo personal y sobre todo al desarrollo nacional. Ese rol nuestro, como institución pública, que, si bien no somos estatales, pero si una institución pública, para mí es un embrujo, un encantamiento. Incluso colegas que no son exalumnos, han sido atraídos.
-Sansanos por adopción, sí. Para mí, si están trabajando en la universidad cada día y esforzándose por el desarrollo institucional, son tan sansanos como los formados acá. Incluso algunos pareciera que tienen más compromiso que otros, que somos exalumnos con la institución. Para mí de chico, siempre se hablaba de la Universidad como si no hubiera otra, pero porque yo fui al jardín infantil, a los cursos de natación, fui a todo. Pero también, una parte importante es que no por ser tan fanático de la universidad, hay que perder de vista como estamos en el contexto nacional y sobre todo en el internacional.
-El contexto económico nacional e internacional, sobre todo político, a nivel nacional, es complejo. Pero, la universidad ha sobrevivido a otras épocas y las medidas que nos toque tomar como administración, debido a este contexto, serán explicadas a colegas, estudiantes y funcionarios. Imagino que si todos estamos alineados con el bien superior de la institución, entenderemos que habrá que hacer esfuerzos y tomar medidas. Tal vez, no muy populares en algún momento o habrá que postergar intereses de desarrollo.
Entendemos la estrechez presupuestaria del Estado en esta época. Nos preocupa que el aumento de los aportes planteados en el presupuesto de la Nación, estén por debajo de la inflación, tanto aportes basales, como en aportes por gratuidad. Estamos esperanzados, junto a otros rectores, de que, después de la discusión presupuestaria en el Parlamento, esas condiciones sean mejores, de forma que el impacto en el desarrollo a largo plazo de las instituciones de Educación Superior no sea demasiado. Pero, es inevitable que como universidad seamos conscientes de que hay una dificultad mayor en el país y el mundo.
-Por supuesto ir a discutir y defender nuestros intereses, en particular financiero, donde corresponde, que es en el Parlamento. La universidad tiene un tremendo potencial y también debe dotarse de otros mecanismos de diversificar la matriz de ingreso, como hace años se ha declarado en nuestro plan estratégico institucional. Eso incluye vincularnos de forma más activa con el sector productivo, también relacionarnos de forma más sofisticada con exalumnos e invitarlos a comprometerse con el desarrollo a mediano y largo plazo como institución. Comparada con otras, como la Universidad de Los Andes o La Católica que levantan más de 5 mil millones de pesos al año en aportes en donaciones, estamos bastante atrás en ese sentido, teniendo más de 50 mil exalumnos con una empleabilidad altísima, muchos de ellos empresas grandes, en niveles gerenciales. Hay un capital a explorar y no se trata solo de pasar el sombrero, sino de invitarlos a proyectos y planes de desarrollo a largo plazo y atractivos.
-Las carreras técnicas son y van a seguir siendo un aporte al desarrollo industrial. Por supuesto, hay que repensarlas día a día. ¿Cuál es el tipo de carreras técnicas que se requieren en la industria? Creemos que el desarrollo de las carreras técnicas, por posibilidades de educación continua, son fundamentales para nuestros estudiantes, pero también para nosotros como institución. En estos momentos tenemos las carreras técnicas, en formato de dos años, tenemos las ingenierías civiles -en formato de 6 años-, pero nuestra oferta académica, como, por ejemplo, Ingeniería en Biotecnología, que se va a ofrecer en esta sede y en Viña de Mar, a contar de 2023, viene en formato intermedio. Lo que hace años se viene hablando de que las universidades debiéramos preocuparnos por ofrecer educación para toda la vida y no solo cuando se titule y después no vuelva nunca más a perfeccionarse o a seguir aprendiendo.
-Estamos muy contentos de dos proyectos FIC regionales que se adjudicaron en esta sede. El próximo martes se está programando un evento con el gobernador regional, para el lanzamiento de estos proyectos y que tienen que ver con poner en valor la formación que le entregamos a los estudiantes y llevarlos a oportunidades de innovación y transferencia tecnológica con el resto de la sociedad. La universidad también tiene centros de investigación en el esquema de centros basales, iniciados por ANID. Tuve el privilegio de ser director de uno de esos centros por cuatro años y fue un tremendo desafío, pero también muestra que con el apoyo del Estado es posible construir puentes más efectivos de vinculación con la industria. Estamos llenos de oportunidades y el desafío es proveer una plataforma en que profesores encuentren las horas y también los incentivos y reconocimientos por vincularse efectivamente con la sociedad y la industria.
– Aunque vamos de salida, aun estamos en pandemia. La Universidad salió airosa de estos tres años, desde el inicio de la pandemia. Teníamos desde un par de años antes, una Dirección de Enseñanza Online que tuvo que rápidamente multiplicarse, crecer y apoyar a los profesores en 2020 para pasar a un formato virtual de las clases. Este 2022 el desafío ha sido volver. Este año hemos recibido masivamente a los estudiantes de vuelta y también a estudiantes que hicieron su último año de enseñanza media o su dos primeros años de universidad en otro contexto. Ha significado brindarles mecanismos de apoyo y son desafíos que la universidad ha sacado adelante. Estamos de salida de la pandemia, adaptándonos a la vuelta y nuestra preocupación con los estudiantes es poder ayudarles a complementar cualquier falencia que hayan significado estos casi tres años.
-Es una pregunta interesante y compleja. Algo que como país hemos valorado poco es que tuvimos la capacidad de enfrentar institucionalmente un estallido social. Recuerdo el 2019, fue un mes de violencia y eso logró ser canalizado a través de un proceso constituyente, independiente de la opinión que uno tenga del desenlace con el plebiscito. Ahora, en el Parlamento se discute cómo continua el proceso. Pero, el valor de haber canalizado esas inquietudes de forma institucional, a veces se nos olvida. En otra época esto terminaba con un Golpe de Estado o con muchos más muertos en la calle y eso no ha pasado. Nuestra universidad tiene discusiones pendientes respecto de cómo nos organizamos mejor, cómo nos relacionamos desde la administración central en Valparaíso, con nuestra sede en Concepción o en Viña del Mar. Estamos al debe de cómo dotarnos de una estructura, de mecanismos de interacción institucional más efectivos, que nos permitan aprovechar todos los esfuerzos y la sinergia de los colegas que forman la institución.