Vecinos de Hidronor se oponen y esperan que las autoridades ambientales no den luz verde a nuevas ampliaciones. Primer cementerio municipal sigue en tramitación. Cerca del 5% de la comuna no cuenta con sistema tradicional de agua potable.
Florida atraviesa tiempos difíciles, diversas dificultades aquejan a sus habitantes, quienes por años han debido aceptar condiciones y realidades precarias. La primera, tiene relación con Hidronor, vertedero emplazado en Copiulemu, que históricamente recibió los desechos de la comuna y que en la actualidad, ya no lo hace. Sus vecinos, se quejan por la contaminación y tratamientos que le dan a la basura, piden a las autoridades que rechacen nuevos proyectos de ampliación.
La segunda, se trata sobre el “sueño” del primer cementerio municipal, el que aún no se cumple, diversas familias deben dejar a sus seres queridos en otras comunas, lejos de sus hogares. La tercera, es sobre el difícil acceso al agua potable en zonas rurales. Vecinos semanalmente, reciben agua en camiones aljibes. A continuación, la realidad, contada por sus protagonistas.
Maria Otilia Rifo, más conocida como “Tía Tila”, tiene 67 años, criada en la comuna de Florida y dueña del icónico restaurante de la zona, “El Mono con Bigotes”, el que administraba en compañía de Baltazar Castro, su esposo, con quien compartió más de 40 años y formó una familia junto a sus 3 hijos y 5 nietos.
Hoy, María busca mantener vivo el recuerdo de su esposo, quien falleció hace casi tres años producto de un cáncer y que lamentablemente fue sepultado en la comuna de San Pedro de la Paz, a más de 50 KM de su hogar. Lo anterior, a raíz de que Florida no posee un cementerio municipal y los cementerios parroquiales de la zona están colapsados.
María, relató que el día del funeral fue difícil para ella y para toda su familia, puesto que no todos pudieron viajar. “Mi mismo papá, que está en una cierta edad, no pudo ir tampoco, es penoso que unos queden más atrás, y que no vayan a despedir a sus seres queridos todos juntos (…) y uno no puede decir, yo lo voy a dejar aquí en el cementerio de Florida porque me corresponde, no es así”. Producto de la tristeza y el vacío que dejó la perdida de su compañero de vida, señaló que durante las primeras semanas, ella y su familia se movilizaron todos los fines de semana hasta el cementerio particular, Parque San Pedro.
Luego, bajó la frecuencia y viajaban cada 15 días, pero con el pasar del tiempo, los continuos traslados se volvieron insostenibles por los costos y tiempos que significaba. “Gracias a Dios, nosotros por el negocio podemos hacerlo, echarle bencina a los vehículos e ir, pero hay muchas familias que no tienen esa posibilidad”, explicó.
Frente a su experiencia, la “Tía Tila” señaló que “si yo tuviese la posibilidad de comprar un terreno acá en Florida, lo compraría aunque fuera para mis hijos, (…) seria importante que se apurara la causa del cementerio, porque esta población ha crecido mucho, el cementerio nos va a hacer falta, es una necesidad muy grande”.
En esta línea, es importante mencionar que el municipio de Florida compró un terreno de 3 hectáreas, donde se construirá el primer cementerio municipal de la comuna, sin embargo, según el alcalde de la zona, Jorge Roa, explicó que el proyecto está entrampado.
“Presentamos un proyecto para que nos den los recursos para hacer el diseño de nuestro cementerio, ya llevamos más de medio año en tramite y nos hemos encontrados con temas burocráticos (…) Esperamos que pronto la autoridad ambiental (SEA) se pronuncie con un certificado a favor de este proyecto y podamos recibir los recursos del gobierno regional que están comprometidos para hacer el diseño del primer cementerio de la comuna de Florida”, explicó Roa.
El próximo 9 de octubre se conmemoran tres años del fallecimiento de Baltazar Castro, esposo de María Rifo y si bien, ella señala que “deberían ir al cementerio”, su familia y amigos se reunirán en Florida, “tal como a el le gustaba”, en el patio de su local. Lugar, donde Baltazar, el inspirador del nombre del restaurante por sus largos bigotes, tiene una espacio de recuerdo con sus pertenencias más preciadas, entre ellas, su armónica. “Así y aquí lo recuerdo” concluyó María.
“Para nosotros ojalá, nos dieran una noticia y que nos dijeran esto se cierra y no se abre más. Sería la mejor noticia para todos los vecinos y la comunidad (…) esto es de nunca acabar, si no se frena, si las autoridades no dicen no, esto va a seguir, no sé por cuantos años más, ¿30 más?”, reveló Lilian Matus, una mujer de 60 años que vive a tan solo 600 metros de Hidronor, el polémico relleno sanitario ubicado hace más 20 años en Copiulemu y que hoy, está al borde del colapso, teniendo una disponibilidad de acopio de tan solo un 2%. Lilian, es vecina de este vertedero desde sus inicios.
Es conocido que los ojos del Gran Concepción están puestos en Hidronor, autoridades y alcaldes están a la espera de la resolución ambiental que determinará si el relleno sanitario podrá continuar operando de manera transitoria y posteriormente, dar curso a la eventual construcción de una quinta etapa
Muchos esperan una respuesta positiva y celeridad en esta, la que permitiría apalancar la crisis de basura que actualmente enfrenta la región. Sin embargo, vecinos como Lilian, no están de acuerdo y esperan que las autoridades rechacen el proyecto.
“Los malos olores, los pájaros, los camiones botando las bolsas de basura, camiones botando un polvo blanco, que no sabemos que contienen o si son contaminantes. Da pena vivir al lado de Hidronor, porque no podemos respirar aire puro, sobre todo en el verano, no se puede estar con las nietas”, criticó.
Lilian, es la ex presidenta de la Junta de Vecinos Santa Andriana, organización que ella misma formó y que por años, han alertado y denunciado los eventos de contaminación que han vivido, “si nosotros pudiéramos grabar los olores y mandárselo a las autoridades, seria muy bueno”.
En este sentido, el alcalde de la comuna, Jorge Roa, señaló también haber denunciado hechos contaminantes, “presentamos un recurso de protección en Santiago al Consejo de Ministros, en donde ese Consejo determinó que nos dio la razón, y retrasamos en dos años, a lo menos, la presentación de un nuevo proyecto, porque le encontramos que tenía muchas observaciones y esas observaciones tienen que ver con que ellos, cada cierto tiempo, tienen “eventos” como le llaman ahora, en donde lamentablemente perjudican el ambiente y las napas subterráneas”.
Recordemos, que durante 20 años, la comuna de Florida depositó sus desechos de manera gratuita en este vertedero. Sin embargo, Hidronor notificó al municipio que a partir del 1 de junio de este año, no seguirían recibiendo los residuos de la zona, producto del colapso que atraviesan y la tramitación pendiente. Es por esto, que actualmente la basura de Florida es trasladada hasta Chillán Viejo, gestión que si continua, le costará anualmente 400 millones de pesos al municipio.
“Lo más absurdo e insólito, es que, teniendo un vertedero en nuestra propia comuna, no estemos en condiciones de poder ir a depositar nuestros residuos (…) queremos volver a depositar en el vertedero Hidronor, pero que este vertedero tenga las autorizaciones correspondientes y además, le haga un buen tratamiento a la basura. Eso es tremendamente importante para que la calidad de vida de los vecinos que viven en Santa Adriana, Copiulemu y en todos los sectores aledaños no se vean afectados por los olores, los roedores, las moscas y por el ambiente”, sostuvo el jefe comunal.
Por ultimo, la señora Lilian Matus, insistió en no estar de acuerdo, sin embargo, si es que se llegan a aprobar nuevas etapas o espacios, ella junto a sus vecinos continuarán luchando por las futuras generaciones. “Ojalá no existiera (Hidronor), si Dios nos ayuda, para que las autoridades no autoricen esto. Aunque se llegue a aprobar, vamos a seguir luchando, por último para que ellos hagan su trabajo limpio, no llegar y tirar y dejar dejar destapado. Hay días que no alcanzan a tapar y esos son los olores”, insistió.
Según el municipio de Florida, alrededor del 5% de la comuna, principalmente su sector rural, no posee el sistema tradicional de agua potable, una realidad que se vive especialmente, en aquellas zonas donde no hay electricidad.
Gustavo Santana y Georgina Constela, son parte del 5%. Esta pareja de adultos mayores, legó a vivir al sector de Tapihue durante la pandemia y estuvieron alrededor de 2 meses sin acceso al agua potable, por lo que, junto a la ayuda de su hijo, trasladaban agua en bidones desde Talcahuano.
“De un principio no tuvimos (agua), poco menos tuvimos que rogarle a la municipalidad para que nos diera, de hecho los beneficios para nosotros son imposibles” explicó Gustavo, ex presidente del conjunto habitacional Villa El Rosario.
Luego de tocar varias puertas, lo consiguió. Una vez a la semana, un camión aljibe llega hasta tu domicilio para llenar el estanque que le permite el abastecimiento de agua para toda su casa. Asegura que el camión viene desde la gobernación y que “los estanques los compré yo y la instalación y todo lo hice yo, aquí apoyo de la municipalidad, nada” criticó Gustavo.
A pesar de que él tuvo que poner en marcha el sistema, agradece la disposición del personal, “en este minuto gracias a Dios, el joven que nos viene a dejar el agua, está preocupado 100% de la gente, anda pendiente y nos dejó su numero de teléfono, en ese sentido no hay problema. Incluso nos viene a dejar una vez a la semana y si nos falta que llamemos”.
Sin embargo, Gustavo señaló que el proyecto que permitiría regularizar el acceso al agua de su sector, está estancado. “Bienes Nacionales, me preguntó varias veces si el predio tenia agua, y agua tenemos, entonces, incluso cuando vinieron, también vieron eso. Ahora yo le inculqué a la gente y les dije, si tenemos agua, tenemos que hacer un pozo profundo y lo hicimos, nos costó 3 millones de pesos, lo tenemos hecho, pero falta la otra parte (…) hacer el trámite, inscribir el agua y de ahí hacer un proyecto”.
En esta línea, el alcalde señaló que se trabajan en materias similares “tenemos 3 proyectos presentados a financiamiento a la Subsecretaria de Desarrollo Regional en Santiago, para intentar buscar soluciones individuales a los vecinos, para que a través de pozos profundos puedan obtener este vital elemento” sostuvo.
“Todo lo que estamos haciendo en nuestra comuna, están entrampados en temas netamente burocráticos, aquí no hay tema de diseño de proyecto o de presentación de proyecto, si no que ese continuo pedir y pedir documentos. Son temas administrativos que a veces demoran y tenemos que, lamentablemente, esperar que los servicios den los certificados que correspondan”, concluyó el jefe comunal.