El déficit habitacional presente en las comunas de la Región del Biobío (ante la falta de suelos) obliga en muchos de los casos a que las personas deban abandonar sus territorios al no poder adquirir una vivienda digna en sus sectores de origen.
Realidad que se pretende solucionar con la puesta en marcha del Plan de Emergencia Habitacional que impulsa el gobierno, el cual busca entregar a los pobladores la opción de quedarse en sus territorios.
En el caso de los asentamientos precarios, que son parte de la problemática a solucionar, desde la Seremi de Vivienda y Urbanismo, se tienen catastrados 167 campamentos, con 7.436 familias, en su mayoría concentradas en la provincia de Concepción con 102, seguidas de Arauco y Biobío, con 37 y 28, respectivamente.
En el caso de tomas, en tanto, se habla de 90, en su mayoría presentes en la provincia de Arauco, donde Lebú y Curanilahue, suman en conjunto 54.
Sin embargo, el invierno presente y las extensas lluvias que se han dado en Biobío, obliga a accionar de forma urgente, principalmente porque los pobladores de los asentamientos precarios, sufren con los embates del mal tiempo, debiendo soportando filtraciones e inundaciones al interior de sus viviendas.

Crudo invierno
En el caso de Talcahuano, comuna que registra 29 campamentos, desde la emblemática Algas Bajas, presente en Los Lobos Viejos, su presidenta Cristina Durán dio a conocer que la realidad invernal ha sido cruda, no sólo para ellos, sino que también para todos quienes viven en sus mismas condiciones, entre ellos la toma nacida en pandemia “Un sueño por una vivienda”, instalada en un terreno municipal adyacente a la población Libertad del puerto y que concentra a 175 familias.

“Ha sido muy terrible todo lo que estamos viviendo como campamentos. Ver las casas estilando es lejos lo más complejo que hemos vivido, y si bien este problema se da todos los años, este invierno ha sido el peor, parece que llueve más adentro de nuestras viviendas que afuera”, sentenció.
La dirigenta detalló que al estar Algas Bajas en proceso de cierre como campamento, ya no están trabajando directamente con organizaciones sociales que antes los ayudaban a mejorar sus filtraciones.
“Me he visto complicada, porque no puedo cubrir las demandas que la gente tiene ahora, es decir, las 72 familias que quedan en las Algas Bajas, las que se dividen en tres áreas: 40 en el sector 1, 25 en el sector 2 y 7 en el sector 3”, explicó.
Asimismo, en el caso de la toma Villa el Sol, presente en el sector Las Salinas del Puerto, su presidenta Soledad García, comentó que “tenemos inundada toda la toma, con agua hasta dentro de las viviendas, a lo que se suma la humedad que sube por paredes. Entre nosotros juntamos dinero y compramos una bomba de esas baratas para poder sacar el agua, a lo que se suma la subida de las napas donde hicimos nuestros baños, donde también tuvimos alzas de aguas sucias, estamos bien complicados”.
Respecto a si han recibido ayuda municipal, Cristina Duran detalló que “esta no se ha dado como debería, a lo más plásticos y algunas latas en épocas anteriores, pero generalmente por ética los vecinos no están recibiendo nada, porque independiente que lo necesitan, las soluciones parche van en contra de la dignidad de quienes vivimos en asentamientos precarios. Un nylon no soluciona que se llueva el interior de nuestras viviendas”.
Misma percepción es la que tiene la dirigenta García, quien añadió que “no hemos tenido apoyo desde la municipalidad, pese a que lo pedimos”.
Consultados, desde el municipio de Talcahuano, aseguraron que en periodo de emergencias por lluvias o por eventos naturales, se activa un comité de emergencia y da respuesta a llamados espontáneos, incluidos los asentamientos precarios. Un equipo técnico social visita el inmueble afectado y se realiza una ayuda con insumos de emergencia para subsanar el episodio. “El apoyo es sin distinción, ya que se realiza tanto para viviendas reguladas, asentamientos o campamentos. La ayuda social se entrega de igual manera, pero bajo la evaluación de profesionales de la Dirección de Desarrollo Comunitario”, dijeron.

La realidad de Lota
Al otro lado del Biobío, en Lota la realidad de los campamentos (29 en total) es la misma que grafican las dirigentas de Talcahuano, en Villa Jericó, por ejemplo, la dirigenta de la emblemática toma lotina, Gina Rivas, detalló que con las lluvias que se dieron la noche del martes y que se extendieron el miércoles, provocó que cinco viviendas se vieran afectadas.
“Fue una situación tremenda, que no es primera vez que pasa. Entendemos que el municipio está con déficit de recursos, por lo que no hemos recibido ayuda municipal. Ayuda que tampoco se ha reflejado en otros sectores con crisis, por lo que he sabido de otros dirigentes de la zona”, precisó.

La dirigenta lotina, señaló que “este invierno ha sido bien crudo, estamos a la espera que les salga el subsidio a varias familias, para poder erradicarlos de los terrenos que no son aptos para construir. En el caso de las cinco familias, perdieron sus artefactos eléctricos, porque eran más de dos centímetros de agua dentro de sus viviendas”.
En cuanto al total de viviendas que tiene el campamento, se contabilizan 147, pero son 110 las que están dentro del catastro del Serviu, las restantes, son familias que se tomaron los terrenos de quienes ya se fueron.
“Hemos pedido que se fiscalice y se prohíba que llegue más gente, porque esos terrenos no están aptos para vivir, por algo la gente anterior ya fue erradicada. Esperamos que una vez que se solucione la realidad de los no catastrados, se determine utilizar dichas zonas como áreas verdes o de equipamiento, porque desde mi parte, como presidenta de Villa Jericó es poco y nada lo que puedo hacer por aquellos que siguen llegando al campamento”, sostuvo Gina Rivas.

Prontas soluciones
Desde la cartera de Vivienda y Urbanismo, la seremi Claudio Toledo afirmó que se están tomando acciones que no van en razón de la emergencia producto de las lluvias, porque eso lo ven directamente los municipios o la Onemi. Pero, sí vamos a resolver el problema de fondo de estas situaciones complejas”.
En esa línea, complementó que “de los 167 campamentos catastrados, 58 ya están cerrados y 109 se encentran vigentes, de ellos todos están en alguna acción, ya sea en evaluación en algunos casos o en etapa de diagnóstico, apuntando a alguna solución, es decir, erradicación o relocalización. Ya estamos trabajando específicamente con 72, de ellos: 19 están en diagnóstico, uno en proceso de erradicación, 20 en proceso de urbanización y 32 en relocalización”.
Agregó que “sabemos que con esta condiciones climáticas, se da un proceso bien duro para las familias que están en los campamentos y tomas, por lo que estamos trabajando para llegar aceleradamente a las familias, buscando terrenos, con buenos suelos. A lo que se suma el Plan de Emergencia Habitacional, dado a conocer por el Presidente Gabriel Boric”.
Prontas soluciones que esperan con ansias las dirigentas. “Todos quienes vivimos en asentamientos precarios, ya sea campamentos o tomas, nos sentimos invisibilizados por la sociedad. Se olvida que nosotros trabajamos y aportamos, sólo que no nos da para arrendar o comprar. Necesitamos tener mayores derechos, no entendemos por qué nos miran tan en menos, es como si dejáramos de ser personas para el resto de la sociedad”, reflexionó Cristina Durán.