Dirigentes de las líneas que prestan servicios hacia Tomé y Coronel sostienen que hay una serie de factores que explican el resultado, entre ellos la propia inacción de las autoridades.
Por Pablo Carrasco Pérez
Pese a que los resultados de la consulta impulsada por el Gobierno Regional (Gore) mostraron una mala percepción de transporte público de pasajeros, es decir de los taxibuses que recorren el Gran Concepción, hay coincidencia que cualquier mejora, incluyendo la congestión vehicular, pasa por fortalecer esta alternativa.
Uno de esos caminos de mejora fue generar un ordenamiento a través de un sistema licitado, así ocurrió en 2002 cuando se concretó la primera y única licitación del transporte público en la zona, que tuvo su cara visible en el cambio del color de los buses al actual gris y azul.
En 20 años no volvió a existir licitación, hubo ampliaciones sucesivas de contratos y mucho agua ha pasado bajo el puente, pero en lo medular el transporte público no vivido grandes cambios. Hoy, el paradigma es el Perímetro de Exclusión, mecanismo que buscará introducir mejoras en la prestación de los servicios, con las mismas empresas de la actualidad, pero introduciendo la opción para la autoridad de tener un mayor control y capacidad de fiscalización de la forma en que se brinda el servicio.
Este Perímetro de Exclusión se encuentra los últimos trámites administrativos, según indicó la seremi de Transportes, Claudia García.
“Estamos a la espera de la toma de razón de la Contraloría para poder dar inicio a los trámites administrativos que significa la firma de 36 contratos para implementar lo que es la regulación del transporte público en el Gran Concepción. Esperamos que esto se inicie, ahora pronto, a comienzos del segundo semestre del presente año”, señaló.
La gran interrogante es ¿cómo se mejora el transporte público en la provincia? y ¿quién debe liderar esa mejora?
En el caso de los servicios que cubre el recorrido a Tomé, que desde marzo está regulado con un Perímetro de Exclusión, y a la luz de los resultados de la Consulta Ciudadana impulsada por el Gore, Bernardo Montoya, dirigente de los empresarios de esta zona, sostiene como primer punto que dicha consulta se les compara con un servicio que no existe, porque el tren de pasajeros hacia el norte de Concepción no existe, que antes la queja era el precio del pasaje, pero que tras la baja esa crítica no existe. Admite que siempre hay espacios de mejoras, pero con un rol central de las autoridades.
“Nunca hay que perder de vista que son la frecuencia y los trazados los importantes, porque las ciudades son dinámicas, van creciendo y cada vez demandan mayor cobertura. Entonces, es un conjunto de cosas, pero insisto, hay cosas que las podemos hacer nosotros y otras derechamente debe hacerlas el Estado, que son las vías, como se estructura la ciudad, como se planifica a futuro”.
En el caso de lo que ocurre en los recorridos hacia Coronel y Lota, Eduardo Oliva, representante legal del TransLota, no le extraña la mala percepción de las personas hacia el transporte público y sostiene que hay una serie de factores que conspiran para que ello ocurra, pasando por la falta de conductores, los conflictos con los gremios de choferes y la falta de preocupación de la autoridad por desarrollar una industria más moderna y ordenada, indicó.
“Siempre se ha empujado con ansias una transformación verdadera, pero esto no lo van a solucionar los dirigentes, no lo van a solucionar las empresas, porque este es un tema profundo y hasta que no se trabaje en una mesa multidisciplinaria, donde estén las voluntades, el apoyo y el compromiso no va a avanzar”, explicó Oliva.