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El drama de quienes no pueden vacunarse contra la Covid-19

Por prescripción médica no pueden acceder a los procesos de inoculación. Cuentan las complicaciones que les ha traído no contar con el Pase de Movilidad. Solicitan que Gobierno les proporcione documento que acredite sus condiciones.

Por: Mauro Álvarez 04 de Febrero 2022
Fotografía: Servicio de Salud Concepción

El primer día de enero se bloquearon automáticamente los pases de movilidad a los mayores de 18 años que no han completado su esquema de vacunación con la tercera dosis, tras seis meses desde la aplicación de las dos primeras inoculaciones o la Cansino (única).

La medida que busca que todos completen sus procesos de inoculación, para así evitar el aumento de contagios de Covid-19  que, al dos de febrero alcanzó los 2.903 casos y 9.671  en calidad de activos en Biobío, siendo la provincia de Concepción la que presenta la mayor tasa de contagiantes, con  119.974 casos, tiene complicados a personas con ciertas patologías de base.

Lo anterior, ya que existen casos que por prescripción médica no pueden acceder a los procesos de vacunación contra la Sars-Cov-2, imposibilitando su libre circulación, tras el levantamiento de las medidas restrictivas que impuso el Gobierno por la pandemia.

 Un mayor resguardo

Han debido afrontar episodios de discriminación al no tener el anhelado Pase de Movilidad, llevándolas (en este caso) a vivir en una cuarentena extendida, debido al peligro que representa el poder contagiarse de Covid-19. Peligro aún mayor, tras el rápido avance de la variante Ómicron en el país y en consecuencia en la Región.

Soy operada dos veces de tumor cerebral, por lo que cuido mi espacio y mi salud de la mejor forma que puedo, lo que me ha causado problemas, sobre todo en los controles médicos en el Hospital Regional, porque la gente no respeta los aforos. Se sienten tan seguros con la vacuna, que ya no respetan el distanciamiento social y quedo como conflictiva. Me siento discriminada”.

Las palabras de Cindy Rossel, son decidoras. Explicó sobre su condición, que fue operada el 2014 y 2015, por lo que tiene controles cada seis meses, revelándose en su última visita médica un posible nuevo cáncer, sin embargo, está en estudio por lo que no se sabe a ciencia cierta que sea otro tumor. “Es como una frutilla pequeña, tiene muchos ´hoyitos´, por donde sangra, y debido a ello no me puedo vacunar, porque soy propensa a hacer un derrame cerebral”, indicó.

Agregó que, “debido al avance de la pandemia y la aparición de las variantes, me he tenido que restringir quedándome siempre en casa y saliendo sólo a mis controles médicos. Si bien mi familia está toda vacunada, al yo no estarlo, debo cuidarme lo más posible, para no ser un vector de contagio”.

Asimismo, Carmen Arroyo (nombre ficticio, ya que teme ser discriminada) comentó que en su caso, sólo sus más cercanos saben que no tiene las vacunas. “Tengo varias enfermedades: soy hipertensa, tengo hipertiroidismo, artrosis generalizada, artritis reumatoide, síndrome de Sjögren, lumbago crónico y fibromialgia. Padecimientos que impiden que pueda vacunarme, más que todo por la cantidad de medicamentos que tomo a diario”, detalló.

En esa línea comentó que “cuando comenzaron los procesos de vacunación, yo estaba expectante, porque no es grato vivir en el encierro, pero cuando fui a vacunarme, no me dejaron. Consulté con mis médicos y todos me dijeron que no era recomendable, pero que igual dependía de mí correr el riesgo… Me dejaron en la incertidumbre, por tanto, al final no me vacuné, pero mi familia sí, así que por ese lado estoy tranquila. No obstante, tengo terror de ir a algún lugar y que no me dejen entrar y me tilden de antivacunas, porque no lo soy, así que me restrinjo siempre… Sólo espero que esta pandemia pase luego”.

Llamado al Minsal

En el caso de Valeska San Martín, quien está en su semana 25 de embarazo, por sus dos abortos espontáneos previos, su médico le recomendó esperar un par de semanas más de lo dispuesto por el Minsal (20 semanas), para acceder a la tercera dosis y así evitar posibles complicaciones.

“Bajo ese contexto, no tengo mi Dosis de Refuerzo, pero estaba tranquila, porque no depende de mí. Como investigadora y científica sé la importancia que tiene la vacunación, por lo que previamente me vacune con las dos primeras dosis. Tranquilidad que perdí el 22 de enero cuando acudí, junto a mi pareja, al local ´Rich Hamburguesas´ donde me discriminaron por no tener la tercera vacuna. De muy mala manera me dijeron que debía irme, le expliqué a la cajera mis razones médicas, pero así y todo se negó a dejarme entrar. Faltó criterio, por lo que, dejé un reclamo”.

Agregó que, “sé que cada local tiene su protocolo, pero también hay un criterio del jefe de local para ciertos casos puntuales, mismo criterio que debería implementar el Minsal para casos especiales. Somos muchas las embarazas que estamos en la misma condición”, enfatizó la bióloga marina de la Universidad de Concepción e investigadora postdoctoral de la PUC.

Misma solicitud que imploran Cindy Rossel y Carmen Arroyo.

Sería importante que el gobierno otorgue un tipo de carnet sanitario para casos médicos. No soy antivacunas, me encantaría inocularme y estar un poco más relajada y que en el caso de enfermarme esto no me lleve a la muerte”, precisó Rossel. “Documento que igual ayudaría a que la gente no nos mire con tanto desdén, porque si fuera por mí, hubiese sido una de las primeras en acceder a las dos vacunas y las dosis de refuerzo”, añadió Arroyo.

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