Su rector, Julio González, explicó que uno de los desafíos es seguir aumentando la matrícula. Y hay aliados: el Instituto Nacional, la Universidad de Concepción y la Universidad de Chile.
El Liceo Enrique Molina Garmendia se encamina a cumplir su bicentenario el próximo año. Los últimos años no han sido fáciles. Bastantes piedras en el camino, por lo que hoy los esfuerzos de la plana directiva, sus profesores, apoderados y alumnos de volver a ser el farol del sur de Chile son claves.
Así lo destacó el rector Julio González Leiva, quien confirmó que el establecimiento pasará de ser sólo para hombres en uno plurigenérico, tal como lo hizo el Instituto Nacional, quien los apoya en esta decisión.
Ambos comparten ser los más antiguos de Chile, por lo que transitar en nuevos desafíos actuales, son también parte de la nueva historia que se escribirá con este nuevo desafío.
“Para esto contamos igualmente con el apoyo del Servicio Local de Andalién Sur. La idea es para el bicentenario en el 2023 izar el pabellón patrio no sólo con un hombre”, explicó la autoridad académica.
Es por ello que hay un cronograma para concretar este cambio. “La idea es hacer las adaptaciones, por ejemplo, para los baños de mujeres, pedir las autorizaciones que correspondan. Este salto será un golpe a la cátedra”, enfatizó González.
Los objetivos detrás de esta decisión consultada entre todos los integrantes de la comunidad, recalcó el rector, son aumentar la matrícula y aportar de manera cultural a la realidad país.
Cabe recordar que en el cambio de milenio el Enrique Molina Garmendia tenía una matrícula que superaba los 2.000 alumnos. Hoy bordean los 300. “Hemos tenido un incremento en el último tiempo, pasamos de 260 y 280 a este número que menciono”, subrayó González.
El deterioro de su infraestructura fue algo lamentado y hoy se ha enmendado, pero quedan algunas metas, como recuperar la totalidad de sus gimnasios.
“Hemos logrado tener estabilidad, hemos fortalecido también la infraestructura del establecimiento, colocar el foco ahí. Tenemos salas con muy buen estándar para los estudiantes y profesores. Tenemos equipadas con estufas eléctricas, con techo acústico, con evacuación”, resaltó el rector.
Por otro lado, los paneles solares, instalados gracias al trabajo con el Ministerio de Energía, han sido un acierto.
“Hay un sistema de medición de C02 que nos permite asegurar de mejor manera que el aire no esté viciado. Tenemos filtro en el techo, tenemos un sistema de ventilación con ductos que ingresan a cada sala de clases. No hay liceo en Concepción que tenga esta tecnología”, aseveró el educador.
Por otro lado, las luces led iluminan todo el edificio y los estudiantes cuentan con salas temáticas junto a los profesores. “Partimos con la pandemia, pero lo vamos a mantener, porque ha dado buenos resultados. Cada profesor tiene su sala de trabajo”.
Para la plana directiva, el foco ha estado en visibilizar al Enrique Molina “como un espacio que recibe a todos, ordenado, tranquilo, que tiene una mirada crítica y reflexiva, pero que permite vincularse a la comunidad.
El ejemplo de eso fueron los anfitriones de la trienal de arquitectura, organizada por cuatro universidades y el colegio de arquitectos.
También han buscado la vinculación con el entorno al tener una clínica dental en convenio con el Cesfam O‘Higgins enfocado en la comunidad estudiantil.
“Mucha gente cree que el Liceo son los edificios de Chacabuco que ocupaba la ex Seremi de Educación, esas dos torres”, indicó el rector González, de ahí en los esfuerzos demostrar a la comunidad que el Enrique Molina está renaciendo.
Si bien la infraestructura es clave para un buen entorno educativo, el programa educativo y los apoyos para lograr que sus estudiantes entren al a universidad son claves.
Precisamente el Enrique Molina Garmendia fue la antesala de lo daría origen a la UdeC.
Y es por ello que se trabaja en un programa de vinculación entre esta casa de estudio superior para que los alumnos de cuarto medio, tras rendir las pruebas de selección universitaria, puedan entrar al campanil.
“Hay una especial preocupación con su rector, Carlos Saavedra, para que los alumnos tengan un acceso preferencial para los alumnos del Enrique Molina Garmendia, con un apoyo para habilitarlos, que no sólo puedan entrar, sino que mantenerse y puedan egresar.
Todos estos cambios tienen el apoyo los apoderados y alumnos.
“La rectoría se ha movido bastante con el equipo directivo y Andalién Sur. Hay mucha gestión, los convenios con universidades, la mejora de infraestructura, es notable”, dijo la presidenta del Centro de Apoderados, Victoria Salas.
Sobre abrir la puerta a todos los géneros, opinó que todos están al tanto, que hay un acuerdo mayoritario y que se están preparando para este cambio
“La gestión del rector es tomar decisiones entre todos y las decisiones se toman después de escuchar todas las opiniones”, alabó.
El integrante del Centro de Alumnos, Daniel Henríquez, sentenció que están conformes con la dirección. “La matrícula, por ejemplo, va por buen camino”.
Añadió que “con don Julio se ha notado el cambio. Hay un ambiente bastante agradable”.
Sobre dejar de ser sólo un liceo para hombres, reveló que “a todos nos pareció bien. Se trata de una oportunidad de seguir creciendo”.
El rector, Julio González, señaló que muchos alumnos del sistema público buscan romper círculo de la pobreza. “Los alumnos necesitan una esperanza, necesitan quitarse esa desesperanza aprendida”.
Y realizó una comparación: “Nuestra educación es tan interesante como la que tienen los vecinos cercanos como la alianza Francesa, como la que tiene el Instituto Humanidades”.
Finalizó: “Queremos entregar al estudiante herramientas que le permitan avanzar a jóvenes de distintos puntos del Gran Concepción a una educación de excelente calidad”.