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Fibrilación auricular: cuando el latido del corazón no es sano

Es la principal causa de accidentes cerebro vasculares e insuficiencia cardiaca. Terapia con medicamentos tiene entre 40% y 50% de efectividad, mientras que la cirugía llega a 70%.

Por: Ximena Valenzuela 27 de Diciembre 2021
Fotografía: Archivo

“Tenía 42 años y comencé a sentirme mal, a pesar de ser muy activa y sana para comer. Palpitaciones, dolor en el pecho, mareos y cansancio extremo. Mi médico hizo exámenes para descartar anemia, vértigo y obviamente al corazón. Detectó fibrilación auricular. Me derivó a un especialista y hicieron una ablación con catéter. Nunca más tuve un problema”, aseguró la contadora Carmen Guíñez, de 52 años.

Al igual que Guíñez se estima que 133.000 personas en Chile sufren de fibrilación auricular (FA), forma más común de arritmia cardiaca, considerada como una epidemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues afecta a una de cada cuatro personas mayores de 40 años y que es diagnosticada a través de un electrocardiograma.

Los afectados, estiman especialistas, aumentarán de aquí a 30 años en 22%, principalmente, debido al envejecimiento de la población. De hecho, se contabiliza que ocho de cada 10 personas sobre 65 años la padecen.

Diagnóstico y tratamiento

Los signos de la enfermedad se generan debido a que las aurículas cardiacas, cámaras superiores del corazón, producen un ritmo irregular, generado por una falla en la actividad eléctrica del músculo cardiaco.

Armando Pérez- Silva, cardiólogo y especialista en electrofisiología del Hospital Regional de Concepción, detalló que la patología puede incluir palpitaciones y fatiga, falta de aliento, malestar general, mareos, ansiedad y dolor de pecho.

Las causas de la FA son variadas, puede existir predisposición genética, o bien, mayor predisposición por enfermedades crónica como hipertensión arterial, diabetes tipo 2, obesidad y apnea del sueño. Además de hábitos como el consumo de alcohol o drogas se consideran gatillantes. Esta presente en el 2 a 4% de la población.

Eso sí, destacó el profesional del Hospital Regional, la obesidad es uno de los factores más frecuentes. “La mayoría de los pacientes con obesidad tiene apnea de sueño. Tiene el cuello corto, aumento de grasa en el cuello debido a la obesidad, hacen apnea y desarrollan FA”, dijo.

Modificar estilos de vida en las personas, como obesidad, es el primer paso para el tratamiento de pacientes con factores externos, explicó Pérez-Silva. “El segundo escalón es con fármacos que evitan que la arritmia aparezca y con anticoagulantes, para evitar la posibilidad de embolias cerebrales”, dijo. Agregó que la efectividad de este tipo de tratamiento está entre 40% y 50% en el mejor de los casos y la intervención tiene una efectividad entre 70% y 80% en grupos seleccionados

Luego el tercer escalón es un tratamiento intervencionista, no en todos los pacientes, sino principalmente en los jóvenes, sin muchos factores de riesgo, donde se logra realizar pequeñas cauterizaciones en el corazón de manera que se puedan apagar en forma definitiva los sitios que generan la arritmia.

A los 55 años, el cardiólogo Moisés Raúl, comenzó a sentir síntomas de fibrilación auricular, palpitaciones e hipotensión, lo que por su profesión detectó de inmediato.

“Fue por estrés, después de quedar viudo. Ahí empecé con la sensación de palpitaciones hasta que se evidenció la enfermedad”, contó Raúl. Dijo que cada vez que sentía estrés o consumía alcohol tenía arritmia.

Ahora, con 65 años, relató que pasó por una serie de fármacos, pero cada vez las crisis eran más frecuentes por lo que decidió someterse a una cirugía de ablación el año pasado, realizada por el electrofisiólogo Carlos Piedra en el Instituto Nacional del Tórax.

“Prácticamente no sentí nada (…). A las 24 horas uno se retira, está en la casa, debe seguir con los medicamentos por unos tres meses de anticoagulantes y hoy las sugerencias son mantener la terapia con antiarrítmicos, sigo tomando, pero en mucha menor dosis. Yo le diría que ha sido casi curativa”, comentó. En una semana estaba de vuelta con sus actividades habituales, aseguró.

Buscar la solución más efectiva a la enfermedad es vital, pues se considera que quienes la padecen tienen 2,4% más posibilidades de sufrir un accidente cerebro vascular (ACV) que representa el 15% de las muertes totales en Chile y más del 12% de las discapacidades.

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