Especialistas aseguran que el estrés es el mayor gatillante. Insomnio podría generar menor respuesta inmunológica, síndrome metabólico, problemas cardiacos e incluso obesidad. Médicos entregan recomendaciones para mejorar su descanso, a pesar de la incertidumbre que impulsa el virus.
La chef penquista Katherine Riquelme no duerme bien desde que inició la pandemia. “Antes me quedaba dormida cerca de la medianoche, ahora a las cuatro de la mañana. Me levanto a las siete y media, cansada y con dolor de cabeza porque no logro dormir. Creo que llegó el momento en que vea un médico que me de algo para regularizar el sueño”, dijo.
Como Riquelme son cientos las personas que experimentaron un antes y después en el dormir desde que inició la pandemia, lo que derivó en un aumento de consultas médicas y de la demanda de fármacos para conciliar el sueño. Estudios internacionales hablan de un 40% de la población afectada y en Chile un análisis realizado en la Región Metropolitana alcanzó 51%.
Carmen Gloria Betancur, docente del departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Universidad de Concepción, aseguró que tras los cambios sociales y sanitarios experimentados aumentaron las consultas de salud mental motivadas por alteraciones del sueño. “Las personas están teniendo problemas para quedarse dormido o despiertan a medianoche”, comentó.
Betancur, quien además es directora de la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño (Sochimes), aseguró que todos pueden tener insomnio en algún momento, pero que si se presenta más de tres veces por semana, durante más de tres semanas, debe consultar a un especialista, pues la falta de sueño puede traer una serie de implicancias, por ejemplo, “disminuye la capacidad de poner atención, de conectarse, disminuye el rendimiento de las tareas cotidianas e, incluso, podría implicar problemas de aprendizaje”.
David Provoste, docente del departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, afirmó que hay “un aumento en las consultas de profesionales de salud mental y psiquiatras (…) aumento de consultas que se está traduciendo en el aumento de la prescripción de medicamentos, “muchos orientados a mejorar la angustia, mejorar el ánimo y conciliar el sueño”, dijo y agregó que son necesarios porque el estrés está impactando en forma global”, comentó.
El causante de la pérdida de sueño, según explicó Provoste, quien también es jefe de la unidad de Psicotrauma del Servicio de Salud Concepción, sería el estrés sostenido en el tiempo que ha generado la pandemia, que roba el sueño y además disminuye la respuesta inmunológica. “La gente pudiera tender a enfermarse si está estresada, presentar impacto en el sistema cardiovascular, osteomuscular como lumbago, relacionados con la liberación sostenida del cortisol (hormona del estrés)”.
Los confinamientos prolongados en que la gente no se expone a la luz del día, tiene falta ejercicio físico y la mayoría realiza teletrabajo está generando mayor insomnio, según Provoste, porque las personas no tienen un horario definido de trabajo y se exponen a la luz de las pantallas hasta altas horas de la noche cuando la sugerencia es que no supere las 20.000 horas.
Además la falta de sueño puede llevar a que la persona esté de mal genio, ansioso y repercutir en su estado anímico. “Pero también al ser un problema crónico puede influir en trastornos de tipo metabólico, problemas cardiovasculares y mayor riesgo asociado de tener hipertensión arterial, síndrome metabólico y obesidad”, dijo Betancur.
Según un sondeo realizado por Corpa Estudios de Mercado en Santiago el 51% de los encuestados declaró que su calidad de sueño disminuyó desde el inicio de la pandemia, de ahí la importancia de tener un dormir reparador.
Verena Senn, neurobióloga y experta en sueño, aseguró que el primer paso para un buen descanso es cuidar la higiene del sueño, para lograrlo recomendó seguir algunos simples pasos como “mantener el dormitorio oscuro, fresco (cerca de 19 grados Celsius) y libre de teléfonos, tablets u otros dispositivos electrónicos”, dijo.
Darse una ducha caliente, abrazar a un ser querido antes de ir a la cama, seguir un horario de sueño regular y dejar tiempo para relajarse son parte de la receta.
Otra de las claves para conseguir un sueño profundo es la ergonomía y, por tanto, “descansar sobre un buen colchón que permita un apoyo óptimo de la columna vertebral y de las zonas de soporte de la espalda”, dijo la profesional de Emma The Sleep Company.
En tanto, María Eugenia Valenzuela, kinesióloga magister en gestión de salud, especialista en patologías músculo esqueléticas, aseguró que lo ideal es adquirir un colchón ergonómico, adoptar una postura relajada para dormir, evitando flexiones extremas y apoyarse en almohadas si es necesario.
“La mayor cantidad de consultas por dolores musculoesqueléticos, tienen directa relación a la forma en cómo nos quedamos dormidos y las largas horas que permanecemos en esta posición”, agregó.