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La importancia de la sedación óptima en pacientes conectados a ventilador

Monitores continuos que fueron creados hace décadas para el uso en pabellón, ahora contribuyen en el manejo de la pandemia. Hasta el 80% de los pacientes ventilados presentan desorden cognitivo, posibilidad que se reduce con el BIS.

Por: Ximena Valenzuela 05 de Julio 2021
Fotografía: Archivo

Actualmente 145 pacientes con coronavirus de la Región están la UCI conectados a ventilación mecánica, procedimiento que si bien contribuye a la función respiratoria, requiere de una sedación óptima para evitar complicaciones neurológicas y facilitar su recuperación.

Precisamente para que la administración de fármacos en pacientes con sedación prolongada sea la adecuada, como los con neumonía Covid-19, los especialistas recomiendan el uso de dispositivos conocidos como el índice biespectral o índice BIS, monitor continuo no invasivo que por medio de un cintillo con cuatro electrodos, ubicados en frente y sien, estima el grado de actividad cerebral del paciente dando así una herramienta para que el personal de salud determine la dosis correcta.

La tecnología BIS no es nueva, fue creada para uso en pabellón para determinar la profundidad de la anestesia, pero hace más de diez años están en las UCIs en Chile, constituyendo un aporte más juicioso de los sedantes administrados a pacientes Covid que están ventilados, aseguró Eduardo Tobar, médico intensivista y vocero de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (Sochimi).

Concuerda con Tobar la médico intensivista y jefa de la Unidad de Paciente Crítico de la Clínica Biobío, Leonila Ferreira. “Permite monitorizar a los pacientes más complejos la profundidad de la sedación, es extremadamente útil para determinar la dosis exacta para mantenerlo dormido y con bloqueo neuromuscular”, comentó.

Gustavo Galleguillos, médico cirujano cardiovascular que trabaja en el pabellón y en el equipo de gestión de riesgo del Hospital Regional, afirmó que “la utilidad de este tipo de tecnología contribuye para que anestesiólogos e intensivistas sepamos qué grado de conciencia puede tener un enfermo, si está más cerca del despertar, si está profundamente dormido (…). Colabora para que se pueda dirigir una terapia de sedantes en forma más racional”.

Cabe destacar que según su escala (donde cero indica que no hay actividad eléctrica y entre 80 y 100 que el paciente está despierto y consciente, o ligeramente sedado), se puede determinar qué nivel de sedación tiene la persona y si se requiere cambio.

El uso del BIS es recomendado por la Sochimi para el manejo de la insuficiencia respiratoria aguda en pacientes con neumonía por coronavirus, pues “permite que el paciente retome más rápido la ventilación espontánea y a su vez, es un factor económico porque se usan las dosis precisas, que a veces son difíciles de interpretar sólo con la evaluación clínica”, explicó Ferreira.

Evitar el delirium

Según la Sochimi entre el 50% y 80% de los pacientes, tanto de coronavirus, como de otras patologías, que han estado conectados a ventilación mecánica, una vez que se les quita la sedación presentan delírium, desorden neurocognitivo que se expresa en una disfunción cerebral aguda con cambio fluctuante en el estado mental de base, deterioro de la atención, pensamiento desorganizado y/o alteración de la conciencia.

La Sochimi durante años, según Tobar, ha investigado sobre el delírium y parte de las estrategias que sugieren para minimizarlo es usar los sedantes en dosis justas, tratando de evitar o minimizar la sobresedación.

“Los pacientes que están por mayor tiempo en sedación hacen mayor delirium que los que están por menos tiempo (…) y por lo tanto su recuperación es más rápida”, dijo Ferreira y comentó que en la clínica local tienen ocho módulos con el monitor continuo.

En tanto, el directivo de la Sochimi, médico intensivista de la Unidad de Paciente Crítico del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, agregó que han “tratado de incorporar la mayor cantidad de dispositivos BIS posible para asegurar el monitoreo a los pacientes con sedación profunda que, en estos tiempos de crisis, han llegado a ser 25 ó 30 de un total de 60 ventilados en una UCI expandida. Lo habitual en una UCI de 12 camas es que haya uno o máximo tres pacientes con indicación de monitoreo de sedación profunda”, comentó.
Además del BIS, Ferreira recomendó además usar el dispositivo TOF (Tren de cuatro) que regula la cantidad exacta de bloqueo neuromuscular que también facilita la pronta recuperación y evita “la debilidad del paciente crítico que es la debilidad muscular que, en algunos casos, tienen que aprender nuevamente a caminar”, comentó.

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