Vecinos del sector Curaco Alto esperan que organismo caduque el proyecto de la empresa Hera Biobio S.A. ya que afectaría los esteros y el río que llega hasta Pingueral.
Cerca de 100.000 toneladas anuales de desechos domiciliarios y 35.000 toneladas de residuos industriales podría llegar a recibir, si se concreta, la construcción del vertedero de la empresa Hera Biobío S.A. en el sector de Rafael, Tomé.
Lo que mantiene en alerta a los pobladores cercanos a Curaco Alto, lugar donde se instalaría el vertedero. Por lo anterior, se tomaron una escuela de la zona, hace unas semanas, desesperados por el impacto ambiental que traería el proyecto que data del 2001 y que estuvo en pausa hasta el 2015.
Ahora la iniciativa busca ser concretada por la empresa Hera Biobío S.A., sin embargo, al estar instalado en la cuenca hidrográfica del río Rafael, podría afectar el agua que consume la población local, como también de Dichato y Pingueral, indicaron los vecinos.
“Este proyecto tiene un impacto ambiental gigantesco dado que contaminaría las aguas, por la percolación de los residuos, además de afectarnos a nosotros que habitamos el lugar y a vecinos que también se dedican a la apicultura”, explicó la productora de miel, Fabiola Baza.
Agregó que “nuestros productos tendrían una impresión negativa al tener este mega proyecto contaminante. Nuestro rubro es fundamental, siendo no sólo productores de miel, sino una pieza fundamental en el ecosistema, polinizando el 70 % de la producción mundial. De llevarse a cabo, afectará de igual forma el turismo, ya que hay viñedos, producción agrícola y ganadera en el sector”.
El vocero de la mesa de trabajo de Rafael, Humberto Belmar, detalló que “esto es inhumano, es demencial, es un crimen ecológico lo que se pretende hacer al querer instalar un vertedero en la cabecera de la cuenca donde se produce el agua que consumimos en Rafael y en otros nueve puntos a veinte kilómetros hacia abajo, hasta terminar en Pingueral”.
Agregó que “no vamos a permitir bajo ningún punto de vista que se concrete, porque afectaría a los esteros del lugar y al río Rafael. Queremos que se caduque el proyecto en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y que no se presente otro proyecto, queremos que la empresa en cuestión se vaya de la zona, porque no se puede privilegiar el interés económico, por sobre la comunidad”.
La ex candidata a gobernadora y militante del PEV, Ana Araneda, comentó que “entregaremos una carta a la oficina de partes de la Superintendencia de Medio Ambiente y al SEA para que el proyecto se inhabilite, por estar aprobado con una resolución antigua (2001). Por las resoluciones del 2012 no debería efectuarse”.
Araneda comentó que “no debería tener la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), sumando, además, la resolución exenta del 2015 donde el SEA le dijo a la empresa que iniciara actividades sistemáticas de forma ininterrumpidas, lo que no ocurrió. No podemos permitir que se afecte el trabajo de las apicultoras y emprendedoras del lugar, por lo que este proyecto más que producir un deterioro ambiental en la zona, significa un daño socio ambiental”.
La recién asumida alcaldesa de Tomé, Ivonne Rivas (DC), tras reunirse con organizaciones de Rafael comprometió una mesa de trabajo para impedir que el proyecto se materialice. “Para esto, desde el municipio vamos a disponer de un abogado especialista en el tema ambiental, para que los apoye y asesore, y así puedan seguir las vías legales que nos permitan oponernos al vertedero, entendiendo todos los daños que va a causar el proyecto”, indicó.
Agregó que “invitaremos a la comisión de medio ambiente del Gobierno Regional para que sesione acá en Rafael junto a las organizaciones, para que así puedan trabajar este tema que tanto nos preocupa e interesa a los rafaelinos y habitantes de los distintos sectores rurales de la comuna. Finalmente, concretaremos una reunión con el superintendente de Medio Ambiente, a quien manifestaremos nuestra preocupación y ferviente oposición a la instalación del vertedero”.