El grupo, al que le correspondió la primera dosis esta semana, está lejos del cumplimiento que presentan los mayores de 50, donde ya se alcanzó la población objetivo.
SEBASTIÁN HENRÍQUEZ
Esta semana se alcanzó un hito.
En algún minuto entre la tarde del jueves y la mañana del viernes, en uno de los miles de centros de vacunación que se han habilitado en el país, se inoculó la segunda dosis a la persona 7.000.000 del programa.
No se abrió una caja con globos de colores, o cayeron serpentinas del techo, pero bien podría haber ocurrido.
Sucede que con esta persona se alcanzó una cobertura del 50% de la población con primera y segunda dosis en el programa de inmunización contra el coronavirus. Esto es, la mitad de la población objetivo para lograr la tan deseada inmunidad de rebaño, ya fue alcanzada.
En la Región del Biobío, de hecho, la cifra es algo mayor: un 53% al viernes, último día con cifras disponibles.
Ello, a pesar de numerosos desafíos, logísticos primero y de comportamiento después. Este último, debido a la resistencia que presentan ciertos grupos etarios a la vacuna.
Entre este dato y el avance a la Fase 2 del plan Paso a Paso para toda la intercomuna, queda una impresión positiva sobre la pandemia, lejos de la pesadumbre que dejaba, a fines de febrero, mirar las cifras de nuevos contagios y de ocupación de camas en la región.
El desglose de las cifras permite un análisis algo menos optimista.
A la fecha se ha vacunado a grupos de personas con enfermedades crónicas, personal de salud o de emergencias y otros grupos priorizados. Ellos, y las personas mayores de 50 años, han cumplido ya con al menos una cobertura del 80% de vacunación.
Sin embargo, los grupos que siguen son problemáticos.
Según el Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS), hay unas 900.000 personas rezagadas sólo en el grupo que comprende a las personas entre 40 y 49 años.
Se trata del grupo que terminó su prioridad para acceder a las vacunas este 8 de mayo, la semana pasada, y la cifra contrasta con las cohortes anteriores. Esto, porque con las personas mayores de 49 años se cumplió con el objetivo de superar un 80% de cobertura, mientras que con este grupo, se llegó apenas al 69% en la Región del Biobío.
Se trata de una situación grave, pues este rango etario está representando cerca de un 16% de los casos confirmados diarios de Covid. Es decir, se están contagiando.
La situación podría repetirse con el grupo que sigue, los menores de 39 años, que comenzaron a vacunarse esta semana.
Acá, la situación es peor: según el DEIS, apenas un 37% de la población objetivo concurrió a los centros de vacunación en la primera semana.
Desde la Organización Mundial de la Salud explican que hay varios motivos detrás de este comportamiento.
La asesora del organismo, Jeannete Vega, señaló hace una semana a La Tercera que existen tres factores.
“Lo primero es que en la medida en que va disminuyendo el grupo de edad, en todos los países se ha visto que hay menos adherencia y tiene que ver con tres factores: la noción de riesgo es más baja, son personas también en edad laboral activa, que tienen que buscar un espacio para concurrir a vacunarse. Y el tercer aspecto es que empieza a existir la percepción de que si está vacunado el resto, no es tan necesario que yo me vacune. Frente a esto, es importante generar espacios fuera de los días habituales de trabajo para poder vacunar a estas personas”, informa.
A ello se suma un factor de miedo a las vacunas mismas.
Sucede que esta es la generación que vio por última vez una jeringa hace 15 o 20 años, cuando finalizó el programa de vacunación escolar. Pero, al mismo tiempo, son muy jóvenes como para inmunizarse cada año en el programa contra la influenza.
Son, de todas las cohortes del país, los que menos recuerdan que el pinchazo dura un segundo y que no duele nada.
La subsecretaria de Salud, Paula Daza, advirtió esta semana sobre este fenómeno y dijo que “varios de ustedes (en referencia al grupo etario) nacieron un poco después de que se creara el Programa Ampliado de Inmunización el que ha permitido disminuir la morbilidad de muchas enfermedades y la disminución de la mortalidad infantil», afirmó la subsecretaria Daza.
“Les pedimos a todos ustedes que se vayan a vacunar, que se den su tiempo y, de igual forma, a sus empleadores, en la medida que todos nos vayamos a vacunarnos vamos a poder seguir cuidándonos entre todos”, pidió.
El presidente local del Colegio Médico, Germán Acuña, dice que hay varias explicaciones detrás de este fenómeno pero que no hay que “apuntar con el dedo, en esta pandemia, todos somos responsables”.
“No es muy sano apuntar con el dedo a un grupo generacional, hemos tenido otros factores, ampliamente comentados, como desórdenes en las comunicaciones, hay más responsabilidades que sólo lo individual”, afirma.
Según el galeno, los grupos entre 30 y 49 años tienen un elemento en común, y es que son laboralmente activos, y eso cambia las cosas.
“En este grupo están los trabajadores, los que van a las industrias, a las forestales, es donde se concentra la masa de trabajadores, y es importante que este grupo de movilidad se vacune, pero no estamos frente a jóvenes irresponsables, estas son las personas que forman la mano de obra calificada en la industria, a los que les falta tiempo, que no tienen permisos”, recalca.
Acuña defiende a esta cohorte, y dice que no hay irresponsabilidad en este retraso. “No veo rebeldía, primero, el personal sanitario que tiene en gran medida esta edad, está 100% vacunado, los profesores, el personal de emergencia… acá debe haber otros factores”, añade.
Todos los municipios del conurbano están por debajo de la meta en esta primera semana de vacunación, para el grupo etario de menos de 39 años. Conviene señalar, sin embargo, que hay diferencias y que éstas pueden dar luces a la autoridad sobre dónde reforzar la campaña.
Concepción, Talcahuano y Tomé, por ejemplo, están bien por sobre el promedio, pues en todas ellas se superó el 40% de cobertura.
Penco, Chiguayante y Hualpén, están sobre el 35%; mientras que Coronel y San Pedro de la Paz, sobre el 30%.
En Hualqui y Lota, a pesar de que no son las comunas más populosas del Gran Concepción, se llegó apenas al 28% y 29% respectivamente. Aquí, dicen especialistas, es donde hay que reforzar el llamado.