2020, año marcado por la pandemia, vio nacer 9.500 nuevos emprendimientos: un 25% más que en un año normal, tendencia que sigue en 2021. Entre los alicientes está la disponibilidad de recursos, principalmente por retiros desde las AFP. Diario Concepción calcula que US$1.184 millones provenientes de fondos de pensiones han ido a parar a inversiones para sobrellevar la crisis del coronavirus.
Sebastián Henríquez
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Cabra Loca.
Enseñan a los periodistas que las notas hay que comenzar a escribirlas con lo más llamativo al comienzo y, asimismo, lo más atractivo en este reportaje es la marca con que Pamela Mendoza trabaja ajíes en conserva. Son de cacho de cabra, de ahí el concepto, y los vende a amigos y conocidos en Concepción.
Para ser justos, esta nota también podría haber partido con la frase “Guadalupe te va a enseñar a hacer corazones mexicanos”: un curso online que Cristina Rojas impartió ayer en su cuenta de Instagram @guadalupe_by_pepa.
Pamela y Cristina tienen mucho en común, además de encabezar esta nota. Son emprendedoras: una en el rubro de la cocina; otra con talleres de artesanía, como restauradora y mueblista.
Comparten hitos en su historia reciente: entre la crisis económica que siguió al estallido social de 2019 y la que provocó la pandemia quedaron sin empleo y debieron profundizar su vocación comercial.
Ambas usaron los sucesivos retiros a las cuentas individuales en sus administradoras de fondos de pensiones para fortaleces sus negocios, después de pensar en cómo esto impactaría en sus jubilaciones.
Según la Superintendencia de Fondos de Pensiones, el primer retiro ha tenido 10.536.361 solicitudes, 7.774.032 el segundo y, hasta el viernes, el tercero llevaba 4.3 millones.
Pamela y Cristina forman parte del grupo que decidió usar estos fondos para fortalecer y empezar un negocio.
Es un grupo importante.
Según un estudio de la Universidad del Desarrollo, tras el primer retiro del 10% de los fondos de las AFP, un 40% de las personas consultadas, ahorró o invirtió este dinero.
Cadem, una empresa chilena de investigación en opinión pública y mercados, ha desarrollado varias encuestas al respecto.
La última, tras el segundo retiro, dice que un 37% de las mujeres consultadas ahorró o invirtió esos fondos. Dato al margen: los hombres fueron un poco menos, un 34%.
Otro análisis, del Centro de Estudios y Gestión Social del Maule, plantea lo mismo: el ahorro y la inversión están entre los principales usos de estos dineros. En el tercer lugar.
Un cuarto estudio, este desarrollado por el portal chiledeudas.cl, señala que en la Región del Biobío un 37% de las personas usarán los dineros para invertir en emprendimientos, mantener funcionando sus Pymes o para mejorar sus casas.
Esto es, las miradas coinciden.
Esta es la historia de dos emprendedoras y de cómo la situación de emergencia sanitaria y crisis las llevó a usar sus ahorros previsionales para financiar, total o parcialmente, sus negocios.
Es, según los mismos estudios mencionados anteriormente, el segundo uso más importante que se ha dado a los retiros desde las aseguradoras. El primero es el pago de deudas y la compra de comida.
Es además, la inyección más grande que se hace en este ámbito desde la pandemia. Es decir, los sucesivos retiros de los fondos de pensiones superan toda ayuda estatal para el tema.
Pamela Mendoza hace pan todos los días, dice que llegó a eso en abril del año pasado. “Me quedé sin pega en diciembre de 2019. En marzo tenía otra, lista, pero llegó la pandemia y ahí quedé”, cuenta.
Entonces, empezó con Cabra Loca, su marca de conservas de ají. A los pocos meses, siguió con Masa Mami, pan casero con masa madre, que hoy es su producto más destacado.
“Partí en abril del año pasado, primero para mí, no para vender, más que nada por un asunto de alimentación saludable. Fui aprendiendo, mejorando la receta, conociendo el horno”, dice.
“Fue un piscinazo. A la gente le empezó a gustar”, añade.
Pamela no tenía ahorros cuando inició este camino. “Lo primero fue el préstamo de unas excolegas, con eso compré mis primeros frascos”, recuerda.
Cuando llegó el primer retiro, usó el dinero en ingredientes, frascos y utensilios de cocina.
“Antes del primer diez porciento estaba mal. Recién entonces tuve plata para invertir”, asegura.
El segundo retiro, vino a complementar el negocio: compró una bicicleta con que hacer los repartos. “Me ha servido mucho, además es roja y bien bonita”, señala.
Sobre el tercer retiro, no sabe qué destino darle. “Estoy viendo un horno, con más capacidad que el que tengo ahora, que es el de la casa y que me da una producción más pequeña. Pero es un paso grande”, afirma.
PAMELA MENDOZA COMPRÓ FRASCOS para su marca de ají y todos los utensilios para elaborar pan con masa madre con el primer retiro. El segundo, le sirvió para adquirir la bicicleta en la que reparte. La encuentran en su Instagram @ajicabraloca.
Cristina Rojas lleva tiempo como mueblista. También lleva tiempo haciendo cursos de artesanía, como el de corazones mexicanos, que es una técnica de repujado de metal con resultado bien llamativo.
La combinación de estallido social y pandemia la dejó en marzo pasado en una combinación bien complicada: no sólo quedó sin trabajo, y con menos movimiento en su emprendimiento, sino que las restricciones sanitarias hacían imposible los viajes entre su casa y el taller, tanto para ella como para los maestros con que trabajaba.
“El retiro me vino como anillo al dedo, porque con eso compré máquinas, con eso pude optimizar el trabajo, reemplazar en parte la ayuda que tenía antes o los procesos que subcontrataba”, cuenta.
Quedó parada.
Hasta que, con el primer retiro, pudo comprar las herramientas que le faltaban.
“Compré lijadora, caladora, un montón de cosas”, recuerda.
Así pudo retomar en algo el ritmo previo.
“Gané un fondo de Fosis que me ayudó harto, de hecho, ahora estoy en una expo que es bien buena”, añade.
Cristina se enfrentó a dos fenómenos que dan cuenta del alcance de los retiros en la economía.
“No encontré todas las herramientas que necesitaba, no había stock, o estaban con precios disparados”, afirma.
“Eso sí, después del primer retiro, y no se, con los bonos que han dado, las personas que están en cuarentena se enfrentan con la realidad de sus casas, de sus muebles, y me han llegado hartos pedidos”, reconoce.
CRISTINA ROJAS APROVECHÓ EL PRIMER RETIRO para comprar las herramientas necesarias para mejorar su negocio de muebles. La pueden encontrar en su Instagram @guadalupe_by_pepa.
La Superintendencia de Pensiones cifra en US$ 40 mil millones los fondos que han sido transferidos, en las solicitudes acumuladas de los tres retiros, desde las AFP’s a los cotizantes.
No existe un desglose detallado para el Biobío, pero una estimación gruesa puede hacerse conociendo que tiene 836.426 cotizantes y que estos el 8% del total que solicitó el primer retiro. Obviando factores como la diferencia de sueldos entre regiones, el total local es de US$3.200 millones.
Bien cerca de los US$3.800 millones que exportó la zona en todo el 2020.
Según el Seremi de Economía, Mauricio Gutiérrez, la disponibilidad de estos dineros es uno de los motivos detrás del crecimiento en la cantidad de empresas durante la pandemia.
“En un año normal, se crean en la región unas 7.500 empresas. En 2020 fueron 9.457 y en lo que va del año 2021, llevamos 3.281, esto es, ha subido aún más”, dice la autoridad.
“Esto obedece a varios fenómenos, hay personas que pierden su trabajo y no pueden recuperarlo, hay otros que llegan al emprendimiento porque ven ahí una alternativa de desarrollo, como en el caso de los delivery, que tienen una actividad grande cuando se cierran comunas por motivos sanitarios”, explica.
Las personas pueden entregar informaciones poco veraces en una encuesta. Pero si cuatro estudios diferentes coinciden, el número es más creíble. De ahí que no es descabellado estimar que, si un 37% de los encuestados en los cuatro estudios citados arriba sí destino sus fondos para emprender, esto suma US$1.184.000 millones.
Según la seremi de Economía, entre los fondos para emprendimiento regulares y los de emergencia, se han inyectado a la zona unos US$28 millones.
La diferencia es sideral.
El debate sobre el tercer retiro estuvo marcado por distintas visiones sobre el efecto en las futuras pensiones. Según Fundación Sol, la mayor parte de los cotizantes que retiraron sus fondos verán una merma entre $5.000 y $15.000 en su pensión mensual.
Los casos más graves lo constituyen quienes se han quedado sin fondos. Sólo en la Región del Biobío este número llega a las 250.000 personas y podría crecer, pues ya se presentó el proyecto de ley para un cuarto retiro.
Para el seremi de Economía, Mauricio Gutiérrez, es un impacto negativo, al que hay que sumar otros. “Toda inyección de liquidez, hace que caigan los stock de productos y eso acarrea quiebre de stock, es decir, que no haya productos, o subida de precios”.
