La comunidad teme por el ecosistema que incluye fauna, flora nativa, prístinos esteros y también por la propia salud ante la cercanía de las instalaciones que, de iniciar operaciones, removerán toneladas de sedimentos.
BioLántanidos hace unos años era sinónimo de sorpresa, pero hoy lo es de rechazo. Al menos para la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Penco. Y hay razones de peso: es el primer proyecto minero en su tipo y tendrá impacto ambiental. Así se desprenden de documentos ingresados al SEA Biobío para obtener luz verde.
Estamos hablando de un predio de 270 hectáreas que incluye 13 hectáreas de flora nativa que será intervenido con instalaciones para producir 1.700 toneladas de concentrado de “Tierras Raras” anuales durante 15 años. Es por ello que a la ciudadanía también le preocupa qué pasará con los esteros que atraviesan la zona y que son apreciados por su calidad. De hecho para el 27-F, cumplieron un rol relevante.
Según la documentación, el agua del proyecto será abastecida mediante captación e impulsión de los esteros Penco y El Cabrito (cuentan con los derechos de agua para ello), para ser enviada a la planta de procesamiento mediante tubería para su almacenamiento en estanques.
“La Región del Biobío no tiene una normativa ambiental que regularice este proceso. Concepción no está preparado para recibir este tipo de proyectos. Hay un vacío en la ley”, aseguró el integrante de la Comisión de Expertos de la Unión Comunal, Rodrigo Vera.
Los vecinos tienen, incluso, dudas por la polución que emitirá en la búsqueda de los 17 elementos químicos. Les asusta la palabra radiación. “Al ser una cantera cerrada, de cantera (…) No hay un informe concreto respecto al impacto”, lamentó Vera, ante los temores de qué podría pasar igualmente con las napas subterráneas por ejemplo.
Es que la cercanía con sectores poblados y soluciones habitacionales que esperan cientos de familias en el sector, hacen vacilar por la calidad de vida, especialmente con eventuales impactos en la salud. Muchos piensan en las consecuencias de Coronel y las centrales.
¿ Cómo se llegó a este momento? Fue en el año 2015 cuando un anuncio revolucionó a al Gran Concepción. Se trataba del descubrimiento de la existencia de “tierras raras” en Penco, específicamente en el Fundo El Cabrito, a pocos kilómetros de sectores poblados de Penco.
Nadie imaginaría que en este ecosistema, que incluye árboles nativos entrecruzados por el majestuoso copihue y prístinos esteros que dan de beber a ejemplares como el sapito de cuatro ojos, sapos de antifaz, codorniz, gorriones y palomas, se escondería un conjunto de metales utilizados para el desarrollo de aleaciones de fuselajes de naves, sistemas guías de misiles, drones, autos eléctricos, entre otros.
El entusiasmo se manifestó en el sector privado y público. Irrumpió así el nombre de BioLantánidos ( REE UNO SpA, ligado a Larraín Vial) . Se le permitió entonces instalar una planta piloto bajo la venia del SEA Biobío y las autoridades, quienes resaltaron que no se necesitaba ningún permiso, al menos de momento. La inversión fue importante. Alrededor de US$ 5 millones para realizar perforaciones y sacar casi dos toneladas al mes durante un tiempo. El gerente de la época, Arturo Albornoz, hablaba de “exploraciones inocuas y bastante sencillas”. La comunidad comenzó a prestar atención.
En el intertanto, los resultados fueron favorables para la compañía. Incluso se llevó a terreno a una delegación proveniente de China, uno de los países consumidores de estos elementos. De ahí en más, los inversionistas quisieron avanzar para dar paso a una mina de tierras raras propiamente tal por un monto relevante: US$ 44 millones.
El proceso no ha estado libre de tropiezos. Desde el primer hito, con la irrupción de la minera, hay al menos 10 momentos claves en la carrera por conseguir los permisos claves en el SEA con la venia final de las autoridades regionales.
Entre medio, el 2 de octubre del 2019 ( a días del denominado 18-0) entró un nuevo actor: la gran firma Hochschild Mining, quien compró el 96% de BioLantánidos en US$ 56 millones.
“Aunque la cantidad invertida representa un pequeño porcentaje de los ingresos actuales de metales preciosos de Hochschild, proporciona una opción importante en un mercado que se espera que crezca exponencialmente”, resaltaron los nuevos dueños.
Hoy se habla de un impacto económico positivo para la comuna, la que entraría a nivel mundial en la materia.
Pero el discurso parece no estar convenciendo mucho. Según los argumentos del proyecto ante el SEA Biobío, “el incremento en la economía regional se asocia a los recursos que el Proyecto invertirá directamente en la Región, que se traducen, entre otros aspectos, en pago de honorarios y compra de insumos”.
Se detalló en el expediente que se necesitarán sólo 90 personas para la fase construcción y 140 para operaciones una vez que esté en funcionamiento por 15 años.
Hoy el proyecto BioLantánidos se encuentra en evaluación, con un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) ingresado el 30 de noviembre de 2018 y con la primera Adenda el 19 de noviembre de 2020.
La participación ciudadana irrumpió sorpresiva y fuerte. Fue en diciembre del año pasado cuando la Unión Comunal de Juntas de Vecinos y su Comité de Expertos, solicitaron al Seremi de Medio Ambiente del Biobío, Mario Delannays, “una nueva Participación Ciudadana (PAC) donde efectivamente sean consideradas las observaciones realizadas por la comunidad al proyecto minero”.
De hecho, la crítica hacia la autoridad fue que “cuando hubo la primera PAC no fuimos informados como Unión Comunal de la Junta de Vecinos. Luego poco a poco, nos enteramos de la iniciativa y decidimos formar una mesa transversal de profesionales de la comuna para abordar este tema”.
Delannays, respondió que “los titulares ( las empresas) deberían hacer un trabajo más intensivo en lo que significa mostrar a la comunidad un proyecto en particular”.
El gerente de Sustentabilidad de BioLantánidos, Sebastián Rojas, salió al paso y dijo “hay una especie de cambio de mano, donde nosotros sí priorizamos las relaciones territoriales, donde desde agosto de este año nos hemos reunido con diversas organizaciones como la Unión Comunal de Penco y otras juntas de vecinos”.
Fue así como el 18 de febrero de este año concluyó la nueva Participación Ciudadana (PAC), donde se hicieron las observaciones pertinentes. “Esperamos que el SEA tenga un pronunciamiento claro y no otorgue la pertinencia respectiva al Estudio de Impacto Ambiental del proyecto minero, ya que este tiene una serie de falencias, generando impactos negativos al medio ambiente. A modo de ejemplo, se pretende instalar esta minera a menos de 13 km de una zona donde habitan más de 50 mil habitantes”, declaró Rodrigo Vera en aquella jornada.
Mientras que el vocero de la Unión Comunal de las Juntas de Vecinos de Penco, Fernando Neira, sentenció: “ no estamos de acuerdo en cómo se llevó a cabo este proceso, pero aún así estamos cumpliendo con lo que se nos pidió y haremos la entrega de las preguntas y observaciones al proyecto”.
El dirigente, por cierto, agradeció el apoyo de la Red de Mujeres Penco-Lirquén, la Asamblea Territorial Penco-Lirquén, la ONG Conciencia Sur y la Agrupación Koñintu Lafken Mapu.
Fue durante octubre del año 2020 cuando la Coordinadora Regional de Medio Ambiente pidió al Sernageomin que fiscalizara a BioLantánidos por movimientos al interior del fundo, calificándolo como “inicio de faenas”, saltándose varios pasos. Es por ello que Roberto Francesconi, recalcó en aquella ocasión que los vecinos se estaban organizando para generar un recurso de protección.
El alcalde Víctor Hugo Figueroa , salió a aclarar que se trataba de movimientos relacionados con la planta experimental, que tuvo permiso por tres años, y que se trataba del desmantelamiento.
También descartó que haya dado autorizaciones de uso de agua. “Es falso, generamos observaciones en contra del proyecto”, aseveró la autoridad regional.
Y a fines de diciembre, la Municipalidad de Penco informó a la opinión pública que la iniciativa minera Biolantánidos que busca extraer ” tierras raras” había entregado al SEA Biobío observaciones al proyecto que hicieran la comunidad y las autoridades locales.
“Ahora viene un proceso en el cual debemos responder con argumentos jurídicos y ambientales, al documento entregado al Gobierno”, destacaron desde el municipio.
Se enfatizó que “el alcalde ha decidido convocar a un grupo de vecinos y vecinas, apolíticos y expertos en materias ambientales y jurídicas, para preparar la respuesta a la Adenda entregada por la minera”.
Y terminaron diciendo: “reiteramos que como municipio, acogemos la opinión ciudadana, por lo que continuaremos haciendo todo lo que la ley nos faculte y permita, para impedir la instalación de este proyecto”.
A juicio de Rodrigo Vera, el municipio y el alcalde debieron ser mucho más firmes y contundentes desde el inicio.
Otros que se han manifestado en desacuerdo con la iniciativa minera son los Consejeros Regionales. Incluso, con cierta polémica. Javier Sandoval Ojeda, calificó como lamentable la ausencia del informe con pronunciamiento unánime del Consejo Regional del Biobío rechazando el proyecto minero BioLantánidos, lo que sería investigado por Contraloría .
De todas formas, el presidente del Consejo Regional, Patricio Lara, aclaró que posterior a eso “se hizo un voto político de rechazo”, el que fue comunicado a la opinión pública.
“Nos correspondió como Core pronunciarnos en enero 2019 donde aprobamos en forma unánime un informe que nos envió el ejecutivo con bastantes observaciones sobre el proyecto de BioLantánidos y su relación con la estrategia de desarrollo regional. Independiente de eso, como Consejo no nos corresponde ver el tema medio ambiental, ya que tiene otros procesos donde se aprueba o desaprueba. Hemos tomamos el acuerdo de hacer el voto político donde el Consejo Regional se opone a este proyecto”, señaló aquel día.
Este viernes, Lara, como representante de la comuna en su calidad de consejero, reiteró: “ Estoy en contra de este proyecto”.
Asimismo, el senador Alejandro Navarro ha opinado. Y bastante fuerte: “Es a todas luces una vergüenza para Penco y para el Biobío, lo que queda de manifiesto tras las bochornosas consultas online que ha realizado el SEA, como la del 12 de enero que fue hackeada y donde solo un gerente de la empresa pudo hablar, pese a que habían más de 120 personas conectadas. O como la del 27 del mismo mes, cuyo link erróneo no permitió conectarse a decenas de ciudadanos, y que una vez más, solo permitieron ver al titular de la empresa y a funcionarios del Servicio de Evaluación Ambiental en las pantallas”.
El parlamentario tomó medidas. “Le hemos solicitado mediante una carta a la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, y al director ejecutivo del Servicio de Evaluación Ambiental, Hernán Brucher, que se suspenda el Proceso de Participación Ciudadana, hasta que nuestra comuna tenga las condiciones sanitarias que permitan que esta se desarrolle de manera correcta y con la inclusión de todos los habitantes que quieran participar, que vale decir, han demostrado hasta ahora un abrumador rechazo a este nefasto proyecto”.
A juicio del presidente del Consejo Regional, Patricio Lara, el destino de Penco quedará en manos de las autoridades regionales de Gobierno y “no la elegidas por el pueblo”, lamentó la autoridad regional.
En la decisión final de dar visto bueno a BioLantánidos, participará el intendente y 12 seremis. “Es una de las cosas que hemos dicho siempre. Que cómo es posible que finalmente este tipo de cosas las designen o se decidan por autoridades designadas, en vez de las que son electas como nosotros no tengamos ese tipo de decisiones”, subrayó Lara.
Y cerró: “Nosotros nos pronunciamos, pero lamentablemente, tampoco es vinculante en el proceso. Nos dijeron que venía una ley corta para darnos atribuciones y seguimos con las pocas que tenemos. Y lo mismo le va a pasar al próximo gobernador regional que sea elegido”.
De tener BioLantánidos vía libre, Rodrigo Vera , en su calidad de miembro de la Comisión de Expertos de la Unión Comunal de Penco, advirtió: “ Si se aprueba, será la puerta abierta para que otras iniciativas de este tipo lleguen a la zona”.
Fuente: documentación del proyecto en SEA Biobío. Diseño: Andrés Oreña. Diario Concepción.