Mientras en el Colegio de Matronas explican el sentido que tiene la medida, grupo feminista y dirigenta de campamento apuntan a lo perjudicial de la medida en el control de la natalidad.
Sorpresa causó en la opinión pública, principalmente entre las mujeres en edad fértil, testimonios dados a conocer en redes sociales acerca de exigencias que estaban solicitando algunas farmacias, para vender pastillas anticonceptivas. Se solicitaba receta médica, tanto en compra online como presencial.
El revuelo incluso escaló hasta el Ministerio de la Mujer, siendo la misma ministra de la cartera, Mónica Zalaquett, quien a través de Twitter indicó que “estamos realizando gestiones para que el Instituto de Salud Pública (ISP) revierta en el más breve plazo la disposición de exigir receta médica para la compra de anticonceptivos”.
La vicepresidenta regional del Colegio de Matronas, Alejandra Ceballos, detalló que la medida del ISP responde a que “en Chile los anticonceptivos orales pueden ser prescritos por médicos y matronas, y si bien debe haber un control médico cada tres o seis meses nuestra cultura lo ve como un derecho adquirido, va y lo compra, pero no es libre, debe ser ajustado cada cierto tiempo”.
Ceballos agregó que “si bien por la pandemia se extendió la receta de anticonceptivos, hay que evitar los embarazos no deseados y eso hay que hacerlo con una bajada de recursos y eso se establece con consultorios virtuales para entregarles a la mujer la oportunidad, pero a la que no puede acceder a Internet hay que hacer un trabajo mayor, porque aún hay una deuda país para con ellas”.
La vocera de Faem Chile, Paloma Zúñiga, explicó que la medida es arbitraria y va en contra las más vulnerables.
“La medida del ISP, atenta contra las que tienen Fonasa A y las que se atienden en un Cesfam y no tienen acceso a un ginecólogo pagado, porque no tienen $40.000 al mes, a lo que se suman exámenes de sangre y luego la receta. Aquí no hay estrategia social, sobre todo considerando el escenario de la pandemia y nulo o escaso acceso a Internet para poder imprimir una receta en el caso que puedan tener a una consulta virtual”, comentó.
La dirigenta del campamento Algas Bajas de Talcahuano, Cristina Durán, indicó que “estamos en plena pandemia, estamos cesantes y en el caso de los campamentos hay muchos hijos, por lo tanto, restringir la compra de anticonceptivos, por una receta mensual, cuando muchas veces en el consultorio no los están entregando, es perjudicial, porque aumentaría la tasa de nacimientos. Se está pasando por alto nuestros derechos, el Estado debe velar por los derechos de la mujer y el no querer tener hijos es un derecho”.
Ayer el ISP ofició a las farmacias a vender de forma “supervisada” los anticonceptivos sin receta, comentó la químico farmacéutica penquista, Ángeles Mas.
“Tuvimos una reunión donde se nos informó que el director del ISP, Heriberto García, dio el vamos para que las pacientes que no cuenten con la orden médica al momento de hacer la compra sean asesoradas por nosotros, sobre la mejor opción anticonceptiva, ya que no hay control de stock. Sin embargo, la venta del anticonceptivo, dependerá del criterio de cada profesional a cargo de la farmacia para ser despachado”, detalló la farmacéutica.