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Cansancio y estrés en personal de salud obliga hasta a triplicar dotación de funcionarios

En 2020, el sistema de salud del Biobío realizó 61 mil atenciones por Covid-19,ingresos que requieren seguir estrictos protocolos. El agotamiento preocupa, dicen los gremios, mientras la autoridad responde con más contrataciones, y contención psicológica.

Por: Diario Concepción 31 de Enero 2021
Fotografía: Cedida

Por: Sebastián Henríquez

La pandemia avanza. El Biobío superó esta semana los 60 mil contagios totales, y cerca de 2.800 casos están activos. Contener el avance del coronavirus ha implica-do tomar medidas duras, hoy de hecho, hay 21 comunas de la Región en cuarentena total, y otras cuatro en Fase 2, es decir, con restricción al desplazamiento los fines de semana. Esto es, sólo ocho comunas de la Región no tienen restricciones al momento. Y de ellas una, Yumbel, entra a Fase 2 mañana. El dato duro: a la fecha hay 1.050 fallecidos en la Región debido a la Covid-19.

Y ello a pesar de los esfuerzos desplegados a todo nivel por personal sanitario, médicos, enfermeros, trabajadores en UCI y demás. Es decir, a pesar de que la Región pasó de tener 100 camas críticas al inicio de la pandemia, a tener hoy 253. A pesar de que se dedicaron hospitales completos, como el Traumatológico, para hacerse cargo delos casos más graves. A pesar de que la Región ha triplicado el personal que trabaja en la Seremi de Salud. Este esfuerzo extenuante está pasando la cuenta, y desde gremios y funcionarios, han manifestado inquietud por cómo se aborda el tema.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alargado es-fuerzo de los funcionarios de hospitales y centros médicos ha redundado en cansancio. O, en palabras de un informe emitido hace tres meses por el organismo, “Burnout”. Del inglés: calcinado. La palabra se usa tal cual en español para describir los efectos de episodios prolongados de estrés laboral, como es el caso de nuestro personal sanitario.

La medida del cansancio

Según el presidente regional del Colegio Médico, Germán Acuña, el tema es “preocupante”, pues la zona ha debido acoger a los pacientes locales, y también los derivados desde otras regiones con menor capacidad de camas, o derechamente copadas.

“Al principio cuando era menos fuerte, recibimos pacientes de Santiago, entonces el personal, en particular de las UCI, no ha para-do desde que esto comenzó”, dice Acuña.

Son casi once meses de trabajo incesante, dice el líder del gremio. Para hacerse una idea de cómo ha aumentado la cantidad de trabajo en los hospitales de la Región, vale la pena comparar con años anteriores. Hasta 2019, alrededor de un 20%de los pacientes que ingresaban a los hospitales de la Región, según el sistema estadístico del Ministerio de Salud, lo hacían por problemas respiratorios.

Ese año y en la Región del Biobío, por ejemplo, 7.394 personas ingresaron con diagnóstico de Influenza. Con neumonía, 14.262 y con bronquitis aguda, 40.637.Esto es, un total de 62.293 atenciones por situaciones de grave-dad media o leve. La cantidad de personas que ingresó a los hospitales del Biobío, sospechosa de Covid-19 o confirmada, en 2020, es de 61.491. Casi la misma.

Y estos ingresos, que se suman a los normales, implican además protocolos estrictos: guantes, mas-carilla, protección facial, disposición de espacios. Todos, pasos a seguir que requieren atención y cuidado del personal. Este aumento en la demanda generó no sólo cansancio en el personal estable, con experiencia, de los hospitales.

También llevó al sistema de salud, completo, a requerir servicios de personal adicional y habilitar infraestructura. “Por supuesto añadir nuevas ca-mas es añadir personal que no necesariamente tiene la experiencia de quienes regularmente trabajan en cuidados intensivos, hay re conversión, pediatras que están cuidando adultos, anestesiólogos que están trabajando en cuidados intensivos en distintas unidades, yeso nos tiene preocupados”, afirma Acuña. “Eso sí, yo confío plenamente en la capacidad profesional y la responsabilidad y comportamientos éticos de los colegas, pero es el cansancio el que va a hacer de las suyas”, complementa el líder gremial.

Proteger a los que protegen

Según la OMS, uno de cada siete contagiados de Covid-19, es trabajador del sistema sanitario. Esto implica una carga muy fuerte, tanto a nivel personal, como en el re-cinto de que se trate.

La cifra, mundial, tiene correlato en la Región. Por ejemplo, en el hospital regional, donde trabajan en distintas modalidades unas seis mil personas, ha habido mil casos. Es una baja importante, aunque afortunadamente los casos se han dado en forma paulatina y no al mismo tiempo.

Para enfrentar el cansancio que implica enfrentar la carga laboral, el estrés que significa contagiarse y los estrictos protocolos, se han seguido dos caminos. Uno, aumentar la dotación del personal.

En el caso de la Seremi de Salud, por ejemplo, pasó de 450 funcionarios, a 1.400.Según el seremi de la cartera, Héctor Muñoz, “desde la pandemia hasta el día de hoy nuestra dotación se ha triplicado totalizando, con 850 nuevos ingresos mientras dure alerta sanitaria por esta materia”. El trato directo con los pacientes ,eso sí, se da en los hospitales. Allí, la dotación aumentó en un 15% en promedio.

Según el director del Hospital Regional, Alejantro Torche, “los funcionarios están extenuados, y también hemos tenido que contener gente que se ha enfermado, o dar vacaciones o permisos. Eso pone una presión adicional”.
La cifra de licencias, o de permisos, eso sí, no ha variado respecto de años normales. Y esto, señala Torche, es encomiable. “Hay que destacar varias cosas, primero el compromiso de los funcionarios, la responsabilidad ha sido a toda prueba”, sostiene.

El hospital, además, implementó nuevos sistemas de turnos, para asegurar disponibilidad del personal y reducir el riesgo de contagio. La segunda vía para enfrentare l problema, es la atención psico-lógica. “Tenemos varias instancias de contención y apoyo psicológico, en primer lugar contamos con la plataforma “Hospital Digital” que acoge a todos los funcionarios y funcionarias del sector salud a nivel nacional”, asegura Muñoz. Se han incorporado además otras cosas. “Se implementó un sistema de Primera Ayuda Psicológica vía telefónica a cargo de dos psicólogos y abierto a todos quienes se desempeñan en la institución. Asimismo, se ha desarrollado un plan de acompañamiento a grupos considerados críticos, como los funcionarios diagnosticados con Covid-19”, añade.

La salud mental se convirtió en una necesidad tan abrumadora, que un equipo de sicólogos y siquiatras de la Región decidió con-formar un grupo que hoy se denomina, informalmente, “grupo de psicotrauma”.“Es un equipo que funciona con personal especializados, de nuestra propia red, y que se activa frente a una catástrofe, se unen como grupo y se ponen a servicio. Es un grupo grande de funcionarios que comenzó su trabajo en marzo o abril del año pasado”, señala Torche.

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