Especialistas detallaron que es normal tener una sensación de cansancio mayor después de un año tan atípico. Aseguraron que tener algún plan de actividades y rutinas para sábado y domingo es necesario.
La llegada del verano, las compras navideñas y la esperanza contra pronto con una vacuna, aumentó la ansiedad de los residentes del Gran Concepción y la Región en general, lo que ha llevado a pensar en una posible cuarentena total (Fase 1), debido a las altas aglomeraciones previas a las fiestas de fin de año, han dicho las autoridades.
Lo anterior, sumado a que aún nos encontramos en Fase 2, lleva a que “se mantengan o aparezcan síntomas como: estar más irritable, impulsivo o nervioso, sensible emocionalmente, que aumente o disminuya nuestro apetito, que tengamos problemas para dormir”, aseguró el psicólogo de la Universidad de Chile, Antonio Villalba.
Junto con ello, el profesional detalló que la salud mental es algo que preocupa, puesto que quienes son propensos a sufrir cambios anímicos y emocionales cuando se encuentran con restricciones a su vida cotidiana, pueden sufrir complicaciones.
“Hay personas que hoy están tan interiorizadas sobre las medidas de seguridad impuestas y que se han ido adaptando a vivir en esta nueva rutina por la pandemia, que no les va a resultar especialmente difícil acomodarse al encierro de fin de semana. Para otras, sin embargo, esto puede suponer un jarro de agua fría y generar un estado de desesperanza, abatimiento, disconformidad, sentimientos de indefensión o desánimo debido al retroceso”, detalló el profesional Villalba.
El psicólogo dijo que es normal tener una sensación de cansancio mayor después de un año tan atípico, por ende, las ganas de salir de vacaciones pueden estar más presentes de lo habitual.
El psicólogo de Vidaintegra, Felipe Mora, agregó que hay que prestar atención a una complicación asociada frecuentemente al estrés: el insomnio.
“El hecho de estar en Fase 2 genera un estado de incertidumbre frente a lo que se viene, la amenaza de un posible confinamiento total sólo contribuye a aumentar esta emoción y los mecanismos internos de alerta frente al estrés se activan, los que pudiesen ser insomnio, en sus tres tipos: conciliación, intermitente y de despertar temprano. Las consecuencias de estos pueden ser diversas, en función de la cantidad de estrés acumulada que presente cada persona”, sentenció.
En ese sentido, y para hacer frente a este proceso y una eventual cuarentena total, la psicóloga y parte del Observatorio de Parentalidad UdeC, Karen Oliva, recomendó que lo mejor es organizarse y tomar consciencia que será un verano distinto. “Debemos reconocer que este periodo no será un periodo normal y en ese contexto debemos adecuarnos al nuevo escenario que deja la crisis sanitaria. Debemos hacer una pausa y explorar actividades de ocio, de acuerdo a los que se nos permita”, detalló.
Además, el especialista aconsejó mirar el futuro con optimismo, ahora que las vacunas están comenzando a ser empleadas. “Debemos procurar tener una mejor rutina de sueños y mantenerse activo. Este verano, tendremos un descanso simbólico, donde lo relevante sería desconectarse de las pantallas”, aclaró.
El estudio “Termómetro de la Salud Mental en Chile Achs-UC” estableció que la pandemia ha afectado al 49,4 % de los adultos a nivel país, que evalúan su estado de ánimo como peor o mucho peor, desde que el virus llegó al país. Además, el 34,6 % reconoció presentar problemas de salud mental.
Lo anterior, quedó evidenciado en el informe de la Comisión Médica Preventiva e Invalidez (Compin), el cual detalló que, hasta septiembre en la Región se emitieron cerca de 60.000 licencias médicas por trastornos mentales y de comportamiento.
Es por ello, y para evitar que los niveles de estrés aumenten en verano el especialista en salud mental, Antonio Villalba precisó que “es necesario acudir a un especialista y recibir terapia cuando el estrés se empieza a instaurar en los distintos ámbitos de la vida, no sólo en instancias puntuales, y nos sentimos incapaces de manejarlo”.