El seremi de transportes del Biobío comentó que comprarán cámaras para controlar uso de vías exclusivas. Además, crearán ciclovías en Caupolicán y Rengo.
Los mayores puntos de congestión siempre han estado en El Trébol – Alessandri, Ruta 160 y par Collao Novoa, aseguró el seremi de Transportes, Jaime Aravena, pero ahora, con la pandemia, varían según el comportamiento de la gente.
“Es más difícil determinar la punta mañana y tarde, esta última varía según el horario del Toque de Queda, generando mayor congestión en tarde, más conflictivo de lo que era la punta mañana habitual”.
Reconoció que el temor a contagiarse de coronavirus impulsó el cambio en hábito de movilizarse en transporte público a un automóvil. “Mutó por una sensación de inseguridad (…), demostrado con la creciente compra de automóviles que hicieron que en agosto el transporte público bajara en 48% y 77% en cuarentena”.
No hay contagios masivos de Covid-19 en el transporte público, dijo y destacó que sólo 4% de los casos se vinculan a dicho modo, cifra que a pesar de ser menor le hace asumir que es difícil que en pandemia el que tiene vehículo lo deje en casa.
“Pero a los que no lo tienen hay que darles una alternativa segura con sanitización de buses, ventilación, uso de mascarilla y aumentar el distanciamiento subiendo la flota y la frecuencia, sobre todo, en punta tarde”.
Actualmente, según dijo, está funcionando casi el 70% de la flota total “para cumplir con la frecuencia óptima que no va más allá de 3 o 4 minutos en punta tarde para que exista certeza que pronto vendrá otro y no se suba a uno muy lleno”.
Para peatones potenciarán la facilidad en los cruces y crearán ciclovías temporales en Caupolicán y Rengo que irá desde el parque Ecuador hasta Manuel Rodríguez, obra en licitación del municipio, que se espera inicie en enero.
Descartó de plano decretar una restricción vehicular, pues la ley establece que no se hacen por congestión, sino por contaminación.
“Pero, además, cuando restringes el uso del automóvil, el que tiene recursos se compra otro, para usar uno por cada día con restricción, el que tiene recursos, pero sólo un auto, a lo más usa una aplicación o un taxi (…) y el que no tiene para pagar taxi se va a subir al transporte público, aportándole más carga y las aglomeraciones en hora punta”.
Si bien la zona cuenta con corredores de transporte público, el seremi aseguró que requieren fiscalización, que esperan concretar pronto con un sistema de cámaras que permita cursar infracciones de forma automática para desinsentivar que los privados ingresen a estas.
Un total de $2.500 millones se necesitan para colocar cámaras en todos los corredores, recursos que se analizan en el ministerio para implementarlos en San Pedro y Paicaví a inicios del próximo año.
Y si a eso se le suma que los buses sean cómodos con acceso universal y prestaciones mínimas con el proyecto Red, que partiría el próximo año, “podría hacer cambiar y dejar el auto, privilegiando otros modos de transporte. Por mucho tiempo se construyeron carreteras y se ensancharon vías para los automóviles, hoy es el tiempo de pensar en los peatones, ciclistas y en el transporte público. Para allá apuntan los proyectos que nacen de los estudios que hacemos nosotros (…) ruta a Pie de Monte y Costanera Mar, por ejemplo, ayudarán a descongestionar la 160”.
Manifestó que se requiere mayor esfuerzo económico para solucionar el problema “porque la movilidad y el transporte público es un tema social. No puede ser que una persona se demore una barbaridad en trasladarse de su casa a su trabajo, pierde parte de su vida y se deteriora su capacidad”.
Seguir construyendo carreteras sólo llevará a que la gente compre más vehículos aseveró, y agregó que lo que “hay que hacer es optimizar el espacio vial”.
La apuesta está en el Plan Maestro de Transporte Urbano, que ya fue adjudicado por $600 millones y que pronto iniciará con la participación social, la academia y organizaciones para “ver lo que realmente queremos en transportes para los próximos 20 años”, puntualizó el jefe local de la cartera.