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La familia: primer modelo de rol natural en las vocaciones científicas

Fotografía: Cedida

La familia es sin duda el primer vínculo afectivo y de identidad para toda persona, siendo los padres los responsables de motivar y desarrollar las potencialidades de sus hijos, convirtiéndose en los primeros modelos de rol significativos.

Precisamente este vínculo es el que la iniciativa Provoca, de AUI/Nrao (Observatorio Radioastronómico Nacional de Estados Unidos y Associated Universities, Inc) rescata y promueve con el propósito de mejorar la equidad de género en carreras denominadas STEM (acrónimo en inglés asociado a áreas del conocimiento de ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas).

Sonia Duffau, astrónoma y subgerente de divulgación y diversidad de AUI/Narao, destacó la importancia no sólo de acercar referentes científicos reales a las nuevas generaciones, sino también la necesidad de poner en valor el aporte de la familia en la motivación de la curiosidad científica.

“En la medida que hagamos un cambio cultural, derribando mitos y prejuicios en relación a la participación femenina en ciertas carreras inspiradas en ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas, podremos mejorar las estadísticas de equidad en la academia y en los espacios laborales, un desafío que parte en el hogar y los primeros años de enseñanza escolar”.

Según las cifras de ingreso a las universidades chilenas en marzo de 2020, de 116.047 estudiantes seleccionados para 41 universidades, un 55% correspondieron a mujeres. Pese a ello, un 10% de las mujeres ingresó a ingeniería, industrias y construcción, consideradas STEM, respecto de un 28% de los hombres. De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la tendencia internacional es que solo 3 de cada 10 personas en ciencia y tecnología son mujeres.

Incentivar la curiosidad y perseverancia 

Iván López (50 años) es un ingeniero con larga trayectoria en las industrias del petróleo y la minería y trabaja como gerente de prevención de riesgo, seguridad, medio ambiente y salud del Observatorio ALMA. Recuerda que, tras su contrato, lo primero que le dijeron sus hijas fue: “¡Qué bueno que en este trabajo no vas a destruir nada!”, comentó entre risas.

Iván estudió bachilleratos de ciencias del medio ambiente y de computación en la Universidad de Calgary en Canadá, y más tarde un magíster en prevención de riesgos en la Universidad de Barcelona. Junto a su esposa, volvieron a Concepción, donde nacieron sus hijas Tatiana y Natalia, hoy de 18 y 21 años.

Tatiana es estudiante de Ingeniería Civil Aeroespacial en la Universidad de Concepción (UdeC) y en paralelo postuló para trabajar como astronauta análoga en una misión del Instituto Federal de Tecnología de Lausanne en Suiza. Comentó que desde niña se divertía jugando con un destornillador desarmando todo tipo de cosas. “Siempre me ha gustado aprender. Participar en ferias científicas me permitió sacar el conocimiento de los libros y hacerlos reales, en especial la astronomía. Ingeniería resolvió mi inquietud por combinar el universo y el armar cosas con mis manos. Estoy en un viaje para convertirme en astronauta …ya estoy un paso más cerca de ese sueño”.

Su padre señaló que “actualmente las discusiones de sobremesa son muy interesantes y apasionadas. Nos gusta compartir tiempo juntos y disfrutar viajes que combinan el conocimiento y el descanso. Saber que ella es feliz le da sentido a este recorrido”.

Participación de mujeres 

Según la Unesco, sólo un 32% de la participación en ciencia y tecnología en Chile es desarrollada por mujeres, ubicándonos sobre el promedio mundial (28,8%), pero bajo el nivel de Latinoamérica y el Caribe (45,4%). Los estereotipos de género están profundamente arraigados en nuestra cultura y afectan las decisiones vocacionales de niñas y jóvenes. Investigaciones internacionales y en Chile demuestran que las expectativas de padres y profesores generan profecías auto-cumplidas respecto del rendimiento de las niñas en áreas como las matemáticas.

Para Duffau la estadística nos indica que la realidad que muestra testimonios como el de Tatiana no es la norma para la mayoría de las niñas interesadas en carreras u oficios STEM.

“Esperamos que ninguna niña enfrente condicionantes y prejuicios a sus aspiraciones STEM desde su círculo más íntimo y de mayor influencia: el núcleo familiar. La campaña Provoca busca no solo descubrir y despertar en las niñas una vocación, sino también visibilizar en la sociedad el rol fundamental que todos jugamos para hacer crecer, sin barreras y con las herramientas correctas, el potencial que ellas tienen”.

 

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