17 mil denuncias se han realizado por VIF en Bío Bío durante la crisis

05 de Octubre 2020 | Publicado por: Mauro Álvarez
Fotografía: Archivo

Confinamiento sería la principal causa. Los índices de violencia intrafamiliar han aumentado durante la pandemia, según datos de SernamEG. Psicólogas explican si es posible corregir a hombres violentos.

Yo me separé a raíz de la violencia que mi ex marido ejercía hacia mí, mil veces me prometió que iba a cambiar, pero las drogas lo tenían cegado y no medía sus palabras, como tampoco sus golpes cuando le decía que me iba a separar. Yo tenía que pensar en mi hijo”.

Las palabras son de Abigail, cuya identidad real fue cambiada debido a su crudo testimonio. “Él me prometió que iba a cambiar, incluso, tomó terapia para controlar sus impulsos, pero a diferencia del marido de mi hermana, que era igual de violento, se asesoró y cambió. Mi ex no lo hizo, por lo que ya llevamos varios años divorciados”, detalló.

Así como ella, son miles las mujeres que sufren violencia en Chile, cuyos índices han aumentado durante la pandemia, sobre todo durante las cuarentenas, que buscan controlar la trazabilidad y así disminuir la cantidad de contagios.

Aumento de denuncias

Desde marzo a la fecha, se registró un aumento en las llamadas a los servicios de ayuda, en específico a la línea 1455 del Servicio Nacional de Mujer y Equidad de Género (SermanEG) y a la línea 149 de Carabineros.

Estos llamados han aumentado a 17 mil, durante el tiempo de pandemia, porque se están visibilizando aún más hechos de violencia que se arrastraban desde antes, lo que se da por una cultura patriarcal que de alguna manera propende a que se marquen las diferencias entre hombres y mujeres, y que llevan a que se den situaciones violentas”, sostuvo la directora de SernamEG, Lissette Wackerling.

En la misma línea, la profesora asociada al departamento de Psicología de la Universidad de Concepción (UdeC), doctora Paulina Rincón, indicó que “si bien se ha tendido a pensar que el estrés familiar puede llevar a la violencia, esto no es así. Los agresores agredían antes de la pandemia, sin el estrés que estamos viviendo actualmente. No hay una relación causal, pero sí hay bastante evidencia de la relación que existe entre la visión de la mujer como un objeto del que el agresor puede disponer y a quien puede castigar de la manera que estime”.

Visión que comparte la también psicóloga UdeC, Pamela Vaccari, quien aseguró que “en familias con estructuras jerárquicas rígidas y/o con desigualdad de poder entre los miembros de la misma, y/o entre las parejas, esta violencia se profundiza más aún en periodos de confinamiento”.

Control de impulsos

Desde el año 2011, existe en la Región del Bío Bío el Centro de Reeducación, como parte de la estrategia de SernamEG, en asociación con la Municipalidad de Concepción, donde los agresores son derivados desde Tribunales. “Tenemos cupo para 80 hombres, que son atendidos por profesionales para trabajar en su control de impulsos. Hemos tenido muy buenos resultados”, expresó la directora Wackerling.

Pero, ¿es posible que un hombre violento cambie? “Sí, se puede recuperar, siempre y cuando tenga la convicción de querer cambiar sus conductas y actitudes. El primer paso es reconocer que esas pautas fueron desarrolladas dentro de una cultura patriarcal dominante que establece estereotipos de género rígidos para hombres y mujeres, descalificando todo lo que se aleje de esos roles, donde suelen estar en condición de inferioridad las mujeres, las niñas, las personas trans, entre otros. Son cambios progresivos, pero requieren de la convicción de quien asume el cambio”, señaló la psicóloga Pamela Vaccari.

La psicóloga y parte de la Red de Articulación Feminista de Concepción, Camila Inostroza, señaló que “el cambio conductual de un hombre que ejerce violencia se tiene que hacer desde ciertas condiciones. Se debe cambiar la dinámica de la pareja, algo que puede ser muy complejo, pero siento que todos pueden hacer un esfuerzo y aquí el Estado tiene que intentar rehabilitar a las personas que ejercen violencia, por lo que me parece bien contar con un centro de reeducación”.

En tanto, la doctora Paulina Rincón enfatizó que “el punto de partida es que los agresores reconozcan la violencia. Lamentablemente, en nuestro país, en muchos de los casos de agresores que van a los centros de reeducación, la motivación no es personal (intrínseca), sino que es una obligación legal. Por tanto, las probabilidades de que la intervención sea exitosa en estos casos son bajas”.

Opinión que comparte Abigail, quien detalló que “para que un hombre que ejerció violencia cambie, debe acudir por su voluntad a un psicólogo, no porque un tribunal lo obligue, la rehabilitación parte por uno, si es obligada, los patrones de conductas nunca cambiarán”.