Diversas reacciones han generado las noticias en torno al culto evangélico de Boca Sur que se transformó en uno de los principales brotes de coronavirus (Covid-19) en la Región del Bío Bío.

Ante este complejo escenario, han nacido una serie de cuestionamientos contra la Iglesia Evangélica “Del Nazareno”, por no haber suspendido los cultos en el momento en que se desató la crisis sanitaria. Otras denominaciones adoptaron la medida inmediatamente y cerraron las puertas de sus iglesias tras el primer llamado para resguardar la integridad de sus feligreses.

“En eventos como este en los que está en juego la salud de la comunidad, respetando las creencias de todas las iglesias y misiones, no se puede generar interferencia en términos de la preservación de la salud pública. Estamos en un estado en el que hay separación de poderes (religión/Estado) y en estas situaciones, la voz la tiene el Estado, de manera que todos debemos obedecer”, explicó el sociólogo y académico de la Universidad de Concepción, Manuel Antonio Baeza.

Agregó que en momentos en que se vive la primera situación pandémica en la “era de la modernidad”, se comprende que la gente se aferre a sus creencias religiosas y su fe, sobre todo, si se sabe mucho sobre la mortandad que causa el virus, pero poco sobre del origen y una eventual cura.

“Para hacer frente a esta situación, se requieren argumentos psicosociales para mantener la serenidad. Si la gente encuentra esos recursos en el plano metafísico, creo que corresponde a la fe y las creencias de cada cual. Sin embargo, acá estamos a nivel de ciudad y de la sociedad entera, por lo que, debiera existir una preocupación por el autocuidado y por cuidar al entorno. Eso no lo estamos viendo en este caso, pese a que el llamado universal de la Iglesia (sin distinguir denominaciones) es a velar por todos”, explicó Baeza.

Escuchar el llamado

Pese a las críticas, los concilios y grandes denominaciones habían convocado a sus iglesias a respetar el llamado hecho por el gobierno.

“Nosotros tenemos el deber de llamar a que la comunidad evangélica acate completamente las medidas tomadas por el gobierno. En este caso, en principio, hubo cierta resistencia porque se pensaba que era algo que no iba a complicar tanto a la población, pero cuando se vieron los efectos de la pandemia, atendimos el llamado porque la palabra de Dios nos invita a respetar a nuestras autoridades”, explicó Luis Aguilera, pastor y presidente del Concilio de Pastores de Coronel.

Agregó que, durante las últimas semanas, desde que se comenzó a hablar de la pandemia, no ha visto rebelión de misiones o iglesias para seguir haciendo cultos y desobedecer a las autoridades.

“Debemos marcar una diferencia entre lo que es una Iglesia y un culto. Hay muchas misiones que se dividen y van formando sus propias denominaciones. Estas ‘iglesias’ son levantadas por personas que jamás se han sometido a la autoridad, por eso levantan cultos en casas o en cualquier lugar donde se puedan reunir. Habría que investigar si esta iglesia cuenta con el respaldo de una misión o es solamente un culto pequeño. Como sean las cosas, el daño causado es y será muy grande”, indicó Aguilera.

De momento, las autoridades sanitarias de la Región se encuentran a la espera de confirmar los exámenes realizados a personas que se relacionaron con los asistentes al culto para determinar quiénes se contagiaron en la última reunión.