Parlamentarios locales analizan ventajas y desventajas del actual sistema electoral chileno que hoy tiene, a casi ocho años de su implementación, al Congreso debatiendo el regreso del voto obligatorio.
A partir del 31 de enero del 2012, bajo el primer mandato del Presidente, Sebastián Piñera, se estableció en Chile la modalidad de inscripción automática en el padrón electoral y voto voluntario, para determinar a los representantes políticos de la población.
A casi ocho años de su implementación, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de la parlamentaria DC Joanna Pérez, quien busca restablecer el voto obligatorio.
¿Por qué la modalidad voluntaria no logró tener éxito en el país? Ninguna elección desde su implementación ha superado el 50% de la participación ciudadana, y las elecciones municipales del 2016 mostraron el índice más bajo de participación con apenas un 34,89%.
“No había un acompañamiento para el ciudadano, para la formación cívica, para que hubiera plebiscitos, espacios de participación. Con el voto voluntario se genera una elitización del voto, la mayor concentración de participación está en los sectores más altos y la menor participación está en los sectores más vulnerables, y así las autoridades se preocupan de mantener activa esa participación, generando algo inverso a una mayor representatividad”, señala la diputada Joanna Pérez, propulsora del proyecto que avanza en el Congreso y que busca restituir el voto obligatorio en el país.
“Hubo una evaluación apresurada del desarrollo de la sociedad chilena, respecto de consagrar la libertad de ir o no ir a votar, no teníamos la madurez cultural suficiente. Esto tiene que ver con dos ejes principales, la participación ciudadana y la exclusión socioeconómica que sienta la ciudadanía, por eso votan menos en los sectores populares y más en los sectores acomodados. La gente vulnerable no siente un compromiso con la democracia porque no ha sido la democracia quien les ha resuelto los problemas de desigualdad”, sostuvo el parlamentario del PS, Gastón Saavedra.
“El voto voluntario funcionó porque develó que había una falta de calidad en la oferta política. Cuando era obligatorio parecía que todos se validaban porque iban a votar, pero era porque si no había multa. Si queremos mejorar la calidad de la política es importante que sea con voto voluntario, significa mejorar la oferta de candidaturas y de partidos políticos de manera que la gente se motive. Los candidatos tienen que encantar a los electores, no las multas”, expresó el diputado Félix González (PEV), quien se mostró en contra de la iniciativa que busca la vuelta del voto obligatorio.
“Cuando se eliminó el voto obligatorio fue prácticamente por unanimidad transversal de todos los sectores políticos, eso fue hace muy poco tiempo, no me parece serio volver a cambiar tan rápidamente en este sentido. Debemos avanzar en incentivar positivamente la participación electoral y el compromiso ciudadano que se refleja tras ello. El anhelo ciudadano de tener servidores públicos más cercanos está alineado con los incentivos que arroja el voto voluntario”, puntualiza el diputado UDI Enrique Van Rysselberghe, quien voto en contra de la moción para retornar al voto obligatorio.
“Es necesario fortalecer la participación y la representatividad en los procesos electorales, por eso considero que el voto obligatorio es una manera de fortalecer la democracia y la legitimidad de las instituciones en nuestro país. Con esto, la voluntad manifestada en las urnas tendrá mayor legitimidad. Se debe incluir la educación cívica y apoyo en transporte”, detalló la diputada RN, Francesca Muñoz.