Especialistas analizaron, junto a ellos y sus padres, lo ocurrido en la Región y el país, además, entregaron herramientas para manejar mejor el miedo y la ansiedad propios de estos días.
Los niños, niñas y adolescentes son de los grupos más vulnerables de esta crisis social. Los más pequeños no entienden lo que está pasando y los más grandes sienten curiosidad por lo que ven en los medios. Esto se traduce en un gran desafío para padres y adultos responsables. En este contexto, el programa Umbral Barrio Norte, de la Corporación Catim, desarrolló el taller “Interpretando el Conflicto Social“, donde los niños y sus familias trabajaron en sus emociones sobre el conflicto que vive nuestro país, para entregar herramientas sobre cómo manejarla, guiados por los profesionales a cargo.
Umbral Barrio Norte existe desde 2017 y su principal objetivo es brindan atención psicosocial ambulatoria a niños que han sido víctimas de vulneraciones de derechos de mediana complejidad, trabajo que se realiza junto a sus familias.
Es por eso que, al ver lo que estaba ocurriendo, los profesionales del proyecto realizaron este taller, donde adultos y niños trabajaron de forma separada cómo han vivido estos 40 días de crisis social.
Jerson tiene 12 años y su principal miedo es que le pase algo a su papá cuando sale a trabajar, “porque por las noticias hemos visto cómo lo pasa la gente que recibe los perdigones”. Sin embargo, entiende por qué hay gente en las calles. “Tienen el derecho de manifestarse, porque suben los precios de la micro, del metro, todo lo que cuesta, y los remedios”. Contó que el taller realizado le sirvió “para reflexionar de lo que pasa en Chile y cómo lo podemos solucionar”.
Nicolás, de 11 años, reconoció que fue a una marcha por curiosidad y que no volverá. “Tuvimos que arrancar de los Carabineros, además, a mi amigo lo asaltaron y le quitaron su bicicleta”, dijo. Agregó que en su familia están esperando los cambios, “pero el Presidente no ha dicho nada importante que nos ponga conformes a los demás”.
Para los adultos responsables que participaron en el taller, lo mejor fue tener herramientas que le permitan manejar mejor el estrés y ansiedad, y poder contener y explicar de mejor manera lo que ocurre a sus hijos.
Mackarena Jeldres contó que ha tenido que explicarle a su hija de 10 años lo peligroso de las marchas, porque, por curiosidad, ella quiere ir. “Es bueno que hagan estos talleres. Nos gusta que incluyan a los niños para que expresen lo que sienten, los más chicos sobre todo, porque tienen miedo. Acá nos escuchan y nos hace bien”, sostuvo.
Ruth Aguayo agradeció la instancia. “A todos nos afecta lo que pasa. Es terrible por los escolares que tienen que viajar en la mañana, que no haya micros, que pasa esto y lo otro. Yo no tengo miedo, vivo el día a día, porque ya viví el golpe militar el 73, entonces, ya sé de qué se trata todo este cuento”, comentó.
Gianfranco Brebi, psicólogo del programa, explicó que en la reunión semanal que tienen como equipo se dieron cuenta de la necesidad de realizar este taller.
“Como se ha dado la contingencia nacional y trabajamos con familias altamente vulnerables, tomamos la necesidad de actuar y concluimos que era necesario ayudarlas a elaborar lo que ha pasado últimamente. A partir de eso, tomamos ideas para armar un taller para niños y padres para apoyarlos en este proceso”, relató Brebi.
Precisó que le sorprendieron las respuestas de los niños. “Ellos han podido, gracias a sus familias, elaborar lo que les pasa y saben identificar emociones en ellos y en otras personas”, manifestó.
Agregó que, con la información recabada, podrán saber si alguno de los participantes necesita más apoyo.
Daniel Venegas, trabajador social del programa, dijo que percibieron temor en los adultos “por recuerdos de situaciones anteriores en nuestro país, y respecto de sus hijos, refieren que tienen temor, un poco de angustia. En ellos hay sentimientos de esperanza por lo que pueda pasar, como también de desesperanza, respecto del tiempo que esto pueda durar”.
Valoró que las conclusiones del taller les servirán para la orientación y que ellos puedan aportar estrategias de contención, para entregar información de forma más adecuada. “La mayoría de los niños hacen preguntas, no saben en detalle todo lo que pasa, sienten ruido en la calle y preguntan, por lo que es importante que los adultos sepan cómo trasmitir la información y contenerlos en los momentos de ansiedad y de angustia”, aportó Venegas.