Casi medio millón de pesos mensuales cuesta un medicamento llamado Bosentán, que está recibiendo una joven penquista que sufre de hipertensión pulmonar severa.
Liss Torres, de 21 años, fue diagnosticada hace poco más de un año con la patología y, si bien recibió el tratamiento habitual que asegura la ley Ricarte Soto, “no tuvo los resultados que esperaban los médicos”.
Como ningún medicamento fue efectivo “decidieron comprarme un medicamento que se llama Bosentán, que no está en la cartera de los medicamentos del sistema de salud y que cuesta casi $500 mil por mes, que ha funcionado bien para mí”, dijo.
Cabe destacar que la hipertensión pulmonar severa, que implica un aumento de la presión de las arterias de los pulmones, lo que genera estrechez y endurecimiento de los vasos sanguíneos que transportan la sangre desde el corazón a los pulmones.
Producto de ello, el corazón debe hacer un mayor esfuerzo para bombear sangre. Con el tiempo se debilita y puede desarrollar insuficiencia cardiaca.
Dificultad para respirar, cansancio, dolor en el pecho, ritmo cardiaco acelerado y falta de apetito son parte de los síntomas iniciales. “Yo vivía normalmente y empecé a cansarme mucho más, cada vez más. Al principio no le hice caso, pero terminé hospitalizada por un mes. Me hicieron muchos estudios hasta confirmar el diagnóstico”.
Se estima que a nivel nacional son cerca de 800 personas las que sufren hipertensión pulmonar.